jueves, 27 de diciembre de 2012

LA VOZ DE SANTIAGO


 
 
Poseedor de una naturaleza generosa, el apóstol Santiago predicó la palabra de Dios con tal celo y valentía que levantó las furias de todos los que odiaban a Nuestro Señor y a su Iglesia. Cuanto más le perseguían, más ardientemente y en alta voz, predicaba. Algunos decían que tenía una voz poderosa. Recibió de Cristo el nombre “Bonaerges”, significando “hijo del trueno”, por su impetuosidad. Pues bien, en Jerez hay una iglesia que lleva su nombre, donde su voz está callada desde hace demasiado tiempo, un templo que para sí quisieran muchas diócesis tenerla por catedral, un recinto que acogió a Dios, en un hermoso Sagrario, una casa para recibir a todos los que buscaban a Cristo para pedirle y suplicarle, un lugar para grandes fastos y también, para sentidas despedidas. Allí estaba Dios y Jesús preso, muerto y crucificado, junto a la paz, el desamparo y el dulce nombre de María.

Dicen los vecinos del barrio que desde hace ya demasiados años por aquellos caminos del extramuro jerezano que, desamparados de la muralla, se hicieron con agua, viento y frío, por Navidad se canta ¡A la gloria! y a su bendita Mare Victoria, la misma que un día le levantaron un templo los frailes mínimos. En el templo de Santiago daban posada al mismo Niño de Dios para que por Semana Santa llenara de sentimientos cofrades y rojiblancos los rincones del barrio, de negros lutos de muerte la madrugada y de sones sacramentales por Pascua. Pero aquel portal se cerró como tantas casas del barrio que tuvieron que clausurarse por el paso del tiempo y la marcha de sus vecinos a nuevas zonas. La voz de Santiago volvió, una vez más a silenciarse, permaneciendo callada desde entonces.

Cada Navidad los vecinos se vuelven a reunir junto a una candela, como aquellos pastores que vieron un ángel anunciando la buena nueva, buena como la muerte de Cristo y nueva como la calle de los corrales de vecinos y de los bronces gitanos. Y lo hacen junto a ese portal abandonado y expoliado que es hoy la iglesia de Santiago de Jerez, cantando una y otra vez aquellas coplas de “El Gloria”: “Si tu traes dinero toda la casa es tuya pero si no lo traes no hay posada ninguna”. Mientras que, muy cerca de allí, en la casa de la Mare Victoria, en “la vitoria”, como dicen la gente de allí, un apóstol impaciente llamado Santiago, triste y afligido pero con mucha fe, espera la llegada, un año más, del Niño Dios, con su casa cerrada .

Otro Santiago llamado “El Menor” en una de sus cartas nos dice: “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?  Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma". (Santiago 2:1-17). Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca". (Santiago 5:1-8).

Santiago está pidiendo ya a gritos que el “hijo del trueno” interceda por su templo para que el próximo año su voz poderosa haga posible la reapertura. Tengamos fe en ello pero, como dice el otro Santiago en sus cartas, solo con la fe no se salva, necesita obras si no quiere morirse en sí misma. Que la venida del Señor afirme los corazones y, entre otras cosas, el viejo Santiago gane para Jerez esta nueva batalla. Feliz Navidad.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 23 de diciembre de 2012 y ayer en VIVA JEREZ)
 
Procesión Eucarística de la Hermandad Sacramental de Santiago a mediados del pasado siglo XX.
  

lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD




          QUE LA LUZ DE MI BELÉN TRASPASE EL INTRAMURO DE TODO AQUELLO QUE NO SEA PAZ Y FELICIDAD. FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS SEGUIDORES DEL BLOG.

          EDUARDO VELO.


Nuestra Señora de la Paz en su Mayor Aflicción formando parte del belén montado hace años en la capilla de los Desamparados.

martes, 18 de diciembre de 2012

PEPE TORREGLOSA

 
 
Los grandes espíritus son como las nubes: recogen para derramarse.
José Torreglosa Solano acaba de recibir el título de “Hijo adoptivo de Jerez”, fue una ceremonia entrañable y emotiva, más que justificada, sobre todo para este Jerez tan poco dado a los reconocimientos en vida.
Pepe Torreglosa ya es jerezano, se lo ha ganado a pulso. Una vida dedicada a hacer feliz a los demás, así lo reconocieron sus propios trabajadores en el homenaje que le tributaron al cumplirse cinco décadas desde la apertura de su negocio. José Torreglosa, quien fuera Hermano Mayor de la cofradía de la Soledad y embajador del Rey Melchor, ha recibido el reconocimiento y el homenaje de los jerezanos, que le han reconocido su labor social, su humanidad, su dedicación y su compromiso con la ciudad por medio de su empresa dedicada al mármol y a la construcción. Un empresario ejemplar que, haciendo gala de aquello que diría Charles Dickens, ha tenido claro que La verdadera grandeza de la persona consiste en hacer que todos se sientan grandes”.
José Galvín, instructor de la concesión, destacó, a la apertura del expediente, que esta distinción se concede por “el esfuerzo realizado desde que con 21 años abrió su primera empresa en nuestra ciudad, por su dedicación constante por los más necesitados, por la magnificencia de su figura en diversos sectores de la ciudad, por su carácter amable, dialogante y afable, por su defensa de nuestras tradiciones más genuinas, por ser un hombre bueno, buen padre de familia y buen amigo”. Fundador de la empresa familiar Mármoles Torreglosa, que cuenta con una importante nómina de trabajadores y ha contribuido a la transformación económica de Jerez y a la puesta en valor de nuestro patrimonio histórico-artístico. En definitiva por sus excepcionales valores humanos y profesionales.
Hace unos años fui a buscarle para pedirle asesoramiento sobre la colocación de un retablo cerámico en la iglesia de San Pedro, le faltó tiempo para ofrecerse a hacerme la obra. A los pocos días ya había mandado los andamios y el personal necesario para que, lo antes posible, la obra estuviese realizada y todo ello de forma gratuita. En una entrevista que se le realizó en este mismo medio afirmaba: Mire, yo hago cosas que no quiero que se entere nadie”.”Esto parece la casa de Jesús. Como ejemplo, vino una señora, María, una vez para que le pagase el recibo de la luz. Le di el dinero y a los dos días volvió porque se lo había gastado y no había pagado el recibo. Me dejó el recibo y ya me lo deja todos los meses. Una muestra de su desprendimiento y generosidad para con sus amigos, con las Hermandades, con la Iglesia, con los desfavorecidos y en general con todo lo que Jerez necesita de él. En estos tiempos difíciles en los que es tan necesario que nos ayudemos unos a otros, en los que la solidaridad está haciendo posible solventar muchas necesidades, en los que son los propios ciudadanos los que, ante la falta de soluciones por quienes nos gobiernan, están haciendo frente a los graves problemas de los que más necesitan, hacen falta, cada vez más, empresarios con corazón, hombres buenos como José Torreglosa Solano, sevillano de nacimiento pero jerezano de adopción, por derecho y por méritos propios. 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 16 de diciembre de 2012 y ayer en VIVA JEREZ)
Estampa del pasado de la Virgen de la Soledad en su paso de palio.
Hermandad que presidió durante varios años D. José Torreglosa Solano. 
 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

LOS DULCES DE LAS MONJAS


 
La Hermandad de Jesús Nazareno celebra estos días, en el patio de San Juan de Letrán, un mercadillo de dulces navideños provenientes de los conventos con obradores de la ciudad, concretamente de los conventos de Santa Rita, Clarisas de la Calle Barja y Clarisas de Madre de Dios.

Una iniciativa que, al igual que los años anteriores, intenta ayudar así a estas órdenes religiosas, acercando al centro de nuestra ciudad toda la producción que realizan a lo largo del año.

Cabe recordar que en los años anteriores, la hermandad vendió alrededor de 6000 euros, a repartir entre los conventos y que le ha supuesto la facturación de cuatro meses en sus tornos, lo que les ha ayudado a seguir manteniéndose con menos dificultades.

         Son siglos de vida conventual los que están detrás de cada uno de esos dulces. Normalmente, la gente no tiene problemas para entender la vida activa, pero cuando se trata de vida contemplativa, muchos tienen reparos y prejuicios que no les permiten entenderla. Muchos piensan que es una vida estéril y sin sentido, que de nada sirve estar todo el día rezando. No se entiende por qué las monjas de clausura no salen nunca del convento ni por qué reciben tan pocas visitas, incluso de su propia familia.

        
Hay que tener en cuenta que en la Iglesia cada uno tiene su función y esas monjitas contemplativas son el corazón dentro de la Iglesia, ese corazón que continuamente está bombeando amor para dar vida al resto de la Iglesia. Las monjas contemplativas llegan con su oración a toda la Iglesia, a todo el mundo; su marco de actuación no tiene fronteras ni límites.

          Difícilmente como está hoy el mundo y con los valores que prevalecen se puede entender la auténtica dimensión de estas religiosas consagradas a la vida contemplativa. Como ellas mismas afirman su sentido más hondo hay que verlo desde el corazón y desde la fe porque humanamente esto no tiene sentido, incluso para ellas tampoco lo tendría si no se sintieran tocadas por un misterio, para estas religiosas el sentido más grande es un Amor, que ha salido a su encuentro. Es un sentido lleno de mucha gratuidad. Unas vidas dedicadas solo a Dios que son testimonios del mundo.
 
           Hay un ejemplo muy gráfico que se suele poner para entenderlo: las raíces de los árboles. Hay una raíz, oculta, que da vida. Hay una misión oculta en la Iglesia y que da sentido y que le hacen no ser personas aisladas pues, al igual que las raíces sin el tronco y sus ramas, no pueden vivir el uno sin el otro, se necesitan mutuamente.

           Una vida orante en silencio. Un silencio y una labor artesana con sabor divino que en estos días se muestra en el patio de San Juan de Letrán y que sabe a gloria bendita, solo hace falta que colaboremos con ellas adquiriendo esos productos que llevan como ingredientes siglos de espiritualidad y de manos limpias al servicio de un mundo mucho mejor desde unos valores que son los auténticos dulces de las monjitas.
           (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 9 de diciembre de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Mercadillo de productos conventuales celebrado el pasado puente de la Inmaculada en el patio de la iglesia de San Juan de Letrán.


El convento de Santa María de Gracía, vulgo de San Rita, es uno de los de más afamados de Jerez por su productos navideños que elaboran las religiosas. (Foto antigua propiedad de Manuel Gps)
 
 

domingo, 9 de diciembre de 2012

EN EL CORAZÓN DE BIZCOCHEROS


 
EN LAS VÍSPERAS DE LA FESTIVIDAD DE NTRA. SRA. DE LORETO
La jerezana calle de los Bizcocheros es la arteria principal del castizo barrio de San Pedro. Es la aorta de una antigua collación que une la Albarizuela con el centro de la ciudad, tiene varios ramales que, como venas, vienen a confluir en ese conducto principal que aúna a todo el barrio en torno a la iglesia del Apóstol Papa, a esa iglesia escondida en el centro de Jerez, como diría el recordado poeta León Manjón.

Bizcocheros fue camino de cementerio cuando los judíos situaron su osario en la Albarizuela, fue frontera entre huertas dominicas y franciscanas, y fue lugar de labor de los trabajadores de los hornos del Guadalete, aquellos que proveían de bizcochos a la Armada y cuyo intendente era aquel caballero veinticuatro Pedro Fernández de Leyguardia quien fundara a principios del siglo XVII el convento de los Descalzos, cuya iglesia, hoy parroquia, fue en tiempos filial de la de San Pedro.

La calle Bizcocheros ya se cita en el padrón municipal de 1550, es por lo tanto una de las calles más antiguas de la ciudad y por lo tanto una de las de más historia. En esta calle nacieron personajes importantes como el cardenal Herrero, arzobispo de Valencia y cardenal de León XIII, destacado prelado, hispanista, jurista y literato jerezano, cuya generosidad con nuestra ciudad aún no ha sido suficientemente reconocida; o María de Xerez otra poetisa y escritora gran defensora de las cosas de nuestra tierra. La calle Bizcocheros es fiel testimonio de un barrio por el que corre jerezanía por sus venas, barrio de afamados toreros, cantaores y guitarristas, de poetas y santas mujeres, de algarabías infantiles y noches de ensueños entre visillos de señoriales cierros o patios de puro sabor andaluz.

Y en medio de tanta historia y tanto casticismo la fachada de su decimonónico templo, aquel que levantara un inquieto párroco de San Miguel, Ramón Álvarez de Palma, para atender a este sector de su feligresía tan alejada de la iglesia del Arcángel.

San Pedro es el corazón de Bizcocheros y el de todo el barrio, allí concurre la sangre de las devociones y el palpitar de sus vecinos, porque allí está el motor que hace bombear la devoción de sus feligreses, la Virgen de Loreto. Esa Virgen que, según cuentan los antiguos del lugar, llegase un día a esta iglesia desde el cercano palacio del Marqués de Villamarta donde presidía su recoleta capilla y donde fue depositaria de las oraciones de la nobleza jerezana. De la dolorosa de San Pedro hay quienes defienden que, al igual que es patrona de la Aviación por su advocación de Loreto, debe ser también denominada como patrona de la nobleza jerezana por su historia vinculada a los Dávila y a los Grandallanas, apellidos que se pierden en los anales más sobresalientes de nuestra historia local. Cuántos nobles jerezanos acudirían a esa renacentista mansión, de la calle Larga para compartir eventos religiosos de los Villamarta en su señorial oratorio y ante tan sublime imagen de la Madre de Dios.

Cuantas oraciones se depositarían ante esa imagen que hoy, cargada de historia, reina en San Pedro. La misma devoción que la acogió cuando su traslado al templo parroquial e hizo llenar de exvotos su altar y la misma devoción que hizo que hace más de medio siglo se creara una hermandad para que nunca le faltara el culto a tan señera y celestial dolorosa.

Mañana es la fiesta de la Virgen de Loreto, y mañana palpitará con fuerza el corazón de Bizcocheros, porque junto a la historia y la devoción, habrá un sentimiento común de veneración a una Virgen, con cara de emperatriz, que ha hecho posible que los tiempos pasen, que las personas cambien, que las mentalidades sean otras, pero que su atractivo sea el mismo, el mismo que veneró su pena entre nobles blasones y el mismo que hoy se viste de fiesta cada 10 de diciembre, porque el llanto de una madre, como el de esta Madre de Loreto, vuelca la historia y vuelca el corazón.
(Artículo publicado en Información Jerez el 9 de diciembre de 2006, vísperas de la festividad de la Virgen de Loreto)
 
El recordado párroco D. José Rodríguez, en el corazón de la calle Bizcocheros, ante el templo de San Pedro un día antes de  la reapertura tras su reconstrucción.
 

 

 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

CON LA MULA Y EL BUEY


 
 
 
Se presentó el calendario festivo de cara a la Navidad y se dio el pistoletazo de salida con las primeras zambombas y el encendido del alumbrado navideño el pasado viernes. Comenzó el montaje del belén de la Alameda Cristina, aunque este año con cambio de ubicación por aquello de no entorpecer la entrada de unos claustros dominicos, felizmente restaurados y magnífico escenario para muchos de los actos que allí tendrán su marco. Y mientras la ciudad se llena de luces y de ambiente prenavideño, en los hogares jerezanos volverá la bonita tradición del montaje de los “nacimientos”, este año con la absurda disyuntiva de poner o no poner la mula y el buey por aquello de los últimos comentarios del Papa sobre la tradicional presencia de estos animales en el portal.


          Hay algo bueno en la vana polémica que ha surgido en torno al libro del Papa sobre la infancia de Jesús y la presencia del buey y la mula en la representación del belén: habrá personas que compren el libro y disfruten con su lectura y habrá personas, sobre todo, que volverán al texto bíblico para buscar allí la verdad de la fe cristiana.
 
En la mayoría de los casos, nuestra religiosidad está más construida con tradiciones humanas, con nuestras devociones y sensibilidad que con la verdad de todo esto y la historia viva de Jesucristo. Como muy bien apunta Manuel Pérez Tendero en un interesante artículo sobre este tema: “Cuando la tradición suplanta al origen, se distorsiona la verdad y quedamos confundidos. Cuando la tradición suplanta la verdad, cuando lo secundario se convierte en protagonista, todo el proceso de la fe queda viciado y, además, se tambalean nuestras certezas con cualquier interrogante. El buey y la mula, como muchas otras tradiciones de la piedad cristiana, tienen un profundo sentido espiritual y humano; pero han de ser entendidas en su justa verdad, en su intención”.

 
          “El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende” (Isaías 1,3). Este es el sentido de la presencia de estas bestias en el portal y lo demás ganas de banalizar la información y de buscar polémicas absurdas. “¡Poned el belén con la mula y el buey y sabed lo que significa! El Papa dice que hay que seguir con esa preciosa iconografía”, de esta forma se ha pronunciado el portavoz de la Conferencia Episcopal zanjando esta polémica estéril que solo pretende confundir a la opinión pública. El Papa, como en los dos libros anteriores sobre Jesús de Nazaret, habla como creyente y como teólogo, la tradición es otra cosa.

          
Pongamos, por tanto el buey y mula en el portal como siempre, como la hilandera, el cagón o la lavandera que tampoco viene en los Evangelios, conscientes de lo que significa y de cuanto aporta a la ambientación de tan sublime misterio. Pongámoslo no vaya ser que haya quien le haga caso a tantas informaciones en las que nos hablan de suprimir estos animales del portal y veamos mutiladas pinturas, relieves o valiosos conjuntos escultóricos representativos del Nacimiento, tales como los del retablo de San Miguel o San Marcos, el Carmen o la fachada de la Catedral jerezana por fundamentalistas que por motivos doctrinarios o de moral pretendan cometer algún que otro “articidio” suprimiendo el buey y la mula de estas representaciones artísticas.


          Está muy de moda interpretar todo lo religioso desde lo universal-arquetípico o desde las categorías del mito. La Biblia es otra cosa, pretende ser otra cosa.

           
Hoy, como en la época de Isaías, existe mucha ignorancia, también entre los creyentes. La polémica sobre el buey y la mula es un signo evidente de ello.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 2 de diciembre de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 
Retablo mayor de la iglesia de San Miguel de Jerez.
Arriba detalle de la sillería del coro de la catedral jerezana.