jueves, 29 de septiembre de 2011

PALACIOS DE SAN MIGUEL

          

            EN LA FESTIVIDAD DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jerez han convocado un concurso de ideas para recuperar una casa palacio del barrio de San Miguel. Se trata de la casa situada en el número 17 de la calle Ramón de Cala, en la Cruz Vieja, un notable edificio del siglo XVII, atribuida al prestigioso maestro Antón Martín Calafate.

Según la Guía Artística y Monumental de Jerez de la Frontera, esta casa, situada frente al palacio de Villapanés, fue vivienda de don Francisco Ponce de León, apodado El Caribe. Su fachada contiene un frontón roto que alberga el escudo familiar. Su interior se distribuye en dos patios con sendas arcadas en su frente y columnas de orden toscano blasonadas. Desde el segundo patio se accede al cuerpo de escalera cubierto con una interesante bóveda ovalada decorada con motivos geométricos y el escudo de los Ponce de León.

Esta casa que fue restaurada hace poco tiempo con una sensibilidad exquisita, va a ser redistribuida interiormente para construir viviendas protegidas en régimen de alquiler, con objeto de realojar a sus habitantes actuales, esperando se tenga en cuenta la importancia del edificio para que nada altere la restauración ya realizada, preservando sus valores patrimoniales y sus características propias de la arquitectura civil del siglo XVII.

Salvo la zonas más antigua del palacio de Villapanés, cuya noble fachada da a la calle Empedrada, de urgente restauración por sus valiosos elementos arquitectónicos y pictóricos, los palacios de San Miguel se encuentran en buen estado, o bien han sido restaurados recientemente para distintos usos, o porque sus moradores se encargan de mantenerlos bien conservados.

Digno de mención son las que aún mantienen su uso familiar como la número 20 de la calle Caballeros, con bellísimo patio que aún conserva sus losas blanquinegras y sus grandes macetones, o la de Pérez Luna de la calle Pedro Alonso. Estas dos son sólo una muestra de cuantas mansiones contiene el barrio de San Miguel; solo en calle Caballeros nos encontramos siete magníficos edificios, tres de la primera mitad del XIX, los números 17, 19 y 21 (hoy dependencias municipales y de la Fundación Caballero Bonald); y cuatro de la segunda mitad del mencionado siglo, los números 3l ,34,36 y 37, todos ellos con amplios y hermosos patios. En la calle Pedro Alonso son dignas de mención las casas número 3, neoclásica con adornos de palmeras neogriegas, los números 5, 8, 9, 17 y 18, todas también neoclásicas, o la número 21, de 1862 y más decorativa en su fachada. Al comienzo de la calle Sol, llama la atención la casa número 8, donde vivieran los Ramírez, con el genial Pedro, derrochando arte en su pequeño estudio junto a la dieciochesca portada. En la calle San Miguel destacan los números 14 de la familia Lassaletta, con portada del XVIII, con dos patios y dos jardines y la número 11, del siglo XVII.

Estas son algunas de las nobles mansiones que jalonan por el típico barrio de San Miguel, especialmente desde la parroquia del arcángel hasta la imponente fachada del palacio que un día mandara levantar el marqués de Villapanés como ampliación de su antigua residencia de Empedrada. La fachada que preside la Cruz Vieja, es uno de los emblemas del barrio y divide el San Miguel señorial y ganadero del San Miguel flamenco y castizo, por eso en sus dos esquinas aparecen labrados en Rococó, de nuevo los ángeles; porque de señorío y de “ange” está lleno el barrio.

Los palacios de San Miguel son esas nobles casonas que un día habitaron blasonados caballeros y que hoy la sociedad pone al servicio de todos. Esa es la grandeza de este barrio jerezano, que hace que, ahora, gracias al dinero público ,24 familias humildes puedan vivir con la comodidad y el bienestar de los Ponce de León de entonces, y todo ello sin abandonar su casa ni tan noble palacio.
(Artículo publicado en Información Jerez el 14 de julio de 2007)
Hermoso patio de la casa-palacio de D. Francisco Ponce de León "El Caribe", en el número 17 de la Cruz Vieja y frente al palacio Villapanés, cuya hornacina esquinera, con la figura de San Miguel, encabeza este artículo.

Fachada correspndiente a la misma casa-palacio, construida en 1646 y en donde llegaron a vivir en los años 60 del pasado siglo, ya como casa de vecinos, 36 familias del barrio.



martes, 27 de septiembre de 2011

EL EDIFICIO DE LAS SIERVAS


Recientemente ha sido inaugurado un nuevo establecimiento hotelero en nuestra ciudad, concretamente en la calle Diego Fernández de Herrera 1, en lo que fuese durante un siglo convento de las Siervas de María, de grato recuerdo para los jerezanos.

Este noble edificio fue mandado construir, en 1856, por la familia Pemartín para viviendas y oficinas de su anexa bodega, una obra que se debe al arquitecto Agustín García Ruiz, dentro de un estilo más ecléctico que neoclásico. Posteriormente pasó a propiedad de la Iglesia que lo cedió a la comunidad de religiosas de las Siervas de María, aquellas hijas de la Madre Soledad Torres Acosta que tan loable labor realizaron en nuestra ciudad, consagrándose a la asistencia domiciliaria a enfermos e impedidos.

Ahora cuando el edificio luce esplendoroso tras su remodelación para adaptarlo a las exigencias hoteleras y los vestigios de la vida monástica aparecen por cada rincón de la nueva y moderna decoración, es cuando podemos comprobar lo difícil que resulta borrar el espíritu de las casas cuando ellas han sido testigo de obras grandiosas, porque grandiosa fue la obra de las Siervas de María en Jerez, porque, mientras estuvieron en Jerez, fueron un ejemplo de humildad, iban y venían casi a escondidas, sin ningún alarde, sin ningún modo de llamar la atención. Su preocupación siempre fue agigantar su vida interior, el hermanamiento en comunidad y la entrega al enfermo sin importarle creencias, raza, religión, edad o estado social o el tipo de enfermedad que padeciesen, aunque fuese contagiosa, llevándole a quienes visitaban, un rayo de luz y esperanza.

En septiembre de 1998 se marcharon de Jerez, la escasa vocación religiosa hizo que nuestra ciudad se privara de un auténtico lujo para quienes necesitan más la compañía cuando la enfermedad atenaza su soledad. Cuántos ciudadanos, por ser pobres, quedarían desatendidos desde aquella triste marcha y, la paradoja de la vida, cuántos en el mismo edificio de donde salía la mano amiga que confortaba al enfermo, serán exquisitamente tratados porque sus posibilidades físicas y económicas le permite disfrutar de estas magníficas instalaciones. La sociedad va transformando sus normas de conductas y hoy parece que no se lleva el servicio desinteresado, hoy todo lo maneja el dinero y aún más cuando la labor puede resultar desagradable e incómoda.

Las Siervas fueron un ejemplo de servicio a una sociedad que nada hace si no hay dinero de por medio. Los anuncios de personas ofreciéndose a cuidar enfermos llenan tablones y columnas de periódicos, pero por dinero; los geriátricos, si son subvencionados, engloban tal lista de espera, que son casi inaccesibles; y si son de pago prohibitivos para las economías modestas; los hospitales saturados los de la Seguridad Social y con todo tipo de comodidades los privados porque cuesta lo suyo; y no hablemos de los enfermos que dejan herencia y de los que no, porque entraríamos en unos terrenos sumamente egoístas de esta sociedad materialista. Y por encima de todo esto la grandiosidad humana y de servicio de las Siervas de María, aquellas que hace una década se tuvieron que marchar de Jerez porque no encajaban ya en esta sociedad del dinero, porque no había vocaciones para que esos cinco mil ancianos que viven solos en Jerez, según ha hecho público el área de Bienestar Social de nuestro Ayuntamiento, de los cuales muchos estarán enfermos. Ancianos en soledad que fuesen menos, si hoy siguieran entre nosotros aquellas monjas que estaban dispuestas a abandonar durante unas horas su clausura para darse a los demás sin esperar nada a cambio.

El edificio de las Siervas es hoy un gran hotel, pero sigue siendo un sempiterno recuerdo de una comunidad de religiosas que dejaron allí en el centro de su nostálgico patio un mensaje hecho escultura por Chaveli que, con su mano, señaló un corazón tan grande como la mano que consuela a un enfermo cuando no hay dinero, cuando sólo hay amor. Ni la mejor suite del mundo puede pagar un solo día de las Siervas en Jerez.
(Artículo publicado en Información Jerez el 24 de junio de 2006. En septiembre de 1998 se nos marcharon las Siervas de su casa de Jerez, en este septiembre que también se nos marcha el recuerdo y reconocimiento a aquellas religiosas que tan profunda huella dejaron en el corazón de los jerezanos.)

Imagen melancólica de los últimos instantes de las religiosas Siervas de María en nuestra ciudad


Las galerías superiores del convento cuando aún servían de tránsito a las monjas en su ir y venir al servicio del enfermo.


La iglesia, hoy restaurante, recibe las últimas oraciones cuando ya parte de sus ornamentos e imágenes han sido trasladadas a otros lugares de culto.


Se marcharon las Siervas, pero nos dejaron su inmenso corazón. Un amor a los demás representado en esta imagen del Sagrado Corazón de Jesús que continua presidiendo la entrada del edificio como testimonio de cuanta entrega quedó para siempre entre sus muros.








viernes, 23 de septiembre de 2011

LA MERCED ES JEREZ



             EN LAS VÍSPERAS DE LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LA MERCED, PATRONA DE JEREZ.

            Hoy es el día de Jerez, porque ninguno como otro condensa tanta historia, tanta devoción y tantas peculiaridades jerezanas.

Hoy es el día de Jerez, porque hoy sale Jerez a la calle y sale en forma de procesión, representado en una Virgen morena, Madre de los jerezanos y de sus campos en flor. Jerez sale en la Merced porque la Merced es Jerez. La procesión de esta tarde, no es una procesión más de esta noble ciudad, la procesión de esta tarde es la esencia misma de lo jerezano.

La procesión de la Merced es como es, porque Jerez es como es, equivocados están los que pretenden que Jerez cada 24 de septiembre sea un 15 de agosto de Sevilla o Sanlúcar, o un 8 de Septiembre de Chipiona o del Puerto de Santa María, equivocados los que anhelan en el día patronal de esta ciudad arcos triunfales, alfombras de sal, soldados de escoltas, verbenas o famosas de turno acaparando protagonismo. La Merced de esta tarde no tendrá nada de esto. Quizás ni siquiera fuegos artificiales porque la Merced de Jerez es otra cosa, ni mejor ni peor pero si distinta, por la sencilla razón de que Jerez es distinto, ni mejor ni peor que cualquier otra ciudad. Jerez es Jerez y por ello la Merced es la Merced.

La historia de la Merced de Jerez anda paralela a la misma historia de la ciudad, pero no por perderse en los anales históricos jerezanos, ni siquiera por ser protagonista de acontecimientos locales de importancia y aún menos por ser proclamada patrona por los propios jerezanos allá por 1272, jurándola como tal la ciudad en 1300 y refrendada como Patrona Canónica por Pío XII un 27 de Junio de 1949. La Virgen de la Merced es Jerez porque en Ella, y en lo que representa para Jerez este día, está cuanto es y significa la ciudad.

La Merced es un compendio de elegancia, historia, devoción, es barrio gitano y centro, es apatías y resurgimientos, es devoción y motivo de distracción, es nutrida procesión y escasas visitas, es San Juan Grande y San Dionisio arrodillados, es Pemán en himno de Coronación, es Primo de Rivera en el fajín, es los Domecq de aquella recordada esclavitud, es el Padre Manuel levantando fervores, es niños cantores y damas nobles, es Monjas de la Caridad cuidando hospital, es recuerdos de altavoz y banda municipal, es Martín ante el paso y Ana María Salas en la primera banca.

La Merced es Septiembre y Mayo, es campo y ciudad, es capital y pueblo, es lo antiguo con lo nuevo, es lo aconfesional con el clero, es fidelidad de las Hermandades y ausencias notables.

La Merced es el reflejo de su ciudad, por ello no puede cambiar a ritmo distinto de Jerez, porque cambiar sería traicionar a su tierra, a esta tierra que por Voto se obligó, en el año 1600, a acudir perpetuamente a su Monasterio para, en voz de su Ayuntamiento, dar gracias a la Virgen por los innumerables beneficios concedidos a los jerezanos.

Por ello cuando hoy la procesión se ponga en marcha, cuando los desamortizados claustros se llenen de estandartes y chaquetas oscuras, cuando los nardos comiencen a tambalearse y los plumeros de los guardias municipales abandonen su quietud, se pondrá en marcha Jerez, como preciada reliquia sin necesitar pendón ni representación alguna, porque Jerez marchara con la misma procesión. Allí irá el pasado, el presente y el futuro, lo castizo y lo nuevo, la idiosincrasia jerezana y la iglesia caminante, la oración y el indiferentismo, la fe popular y el ocio, el arte y la leyenda, la cultura y la tradición, la nobleza y el pueblo, personajes y personalidades, la izquierda y la derecha, lo popular con lo exquisito, el mayor con el joven, lo de antes y lo de hoy. La Merced de Jerez si que está por encima del bien y del mal de esta ciudad. Porque decir Jerez es decir Merced y decir Merced es decir Nuestra Señora de Jerez.
(Artículo publicado en Información Jerez el 24 de septiembre de 2005. Festividad de Santa María de la Merced)
Grandiosa escalera del exclaustrado convento de la Merced cuando aún formaba parte del hospital de Santa Isabel. Hoy el recinto acoge a al Instituto de enseñanza "Santa Isabel de Hungría".

Imagen retrospectiva del claustro mercedario

Foto del ayer de la Sacristía del templo donde podemos contemplar parte del rico patrimonio que custodian los padres mercedarios.
La Patrona jerezana, en los años posteriores a la guerra civil española, preparada para su salida procesional.

La Virgen, unos años después, en el instante de su salida con las monjas de la Caridad al fondo contemplando la procesión desde el balcón del hospital de Santa Isabel  

miércoles, 21 de septiembre de 2011

JEREZ - LOS BARRIOS


No es sólo Jerez-los Barrios una magnífica autovía de conexión entre Jerez y la bahía de Algeciras, ni un encuentro de fútbol entre nuestro equipo local y el del municipio del Campo de Gibraltar que fue fundado para acoger a los españoles obligados a huir de la ocupación inglesa del peñón. Jerez-los barrios es otro tipo de competición, la que hace ahora unos cincuenta años tiene Jerez, entendido como centro-ciudad, con sus barrios, más bien con sus barriadas. Una competición sana pero a su vez imparable porque desde que en la época de la posguerra Jerez abre nuevos horizontes más allá de la calle Lealas, de la fábrica de botellas o de la Hoyanca el tira y afloja entre el centro y el extrarradio ha sido una constante. En estos años la creación de nuevos barrios o barriadas ha servido más que para acoger al desarrollo normal de habitantes de una ciudad que ha incrementado su población considerablemente, para dejar deshabitado a un centro histórico que, a duras penas, intenta sobrevivir a los nuevos tiempos. Si es verdad que, en los últimos años, se ve una cierta tendencia a la rehabilitación de edificios del casco antiguo, lo que por un lado está contribuyendo a reavivar y recuperar la vida en el centro histórico, pero sin la fuerza de antaño ya que en viviendas donde hace unos años habitaban diez o veinte familias ahora, esa misma casa, sirve para una sola, sustituyendo salas y alcobas por garajes y locales, y varias viviendas antiguas por una amplia con todas las comodidades.

Hoy Jerez-los barrios sigue siendo una competición en la que el marcador se inclina a un lado o a otro según intereses inmobiliarios, y no sólo en el sector de las viviendas, hay quienes aún no saben en el terreno que juegan. Jerez podrá tener verbenas de barrios, como la recordada de la Hispanidad, pero una sola Feria, la del Caballo; podrá tener procesiones de barrios, pero una sola Semana Santa, la de la Carrera Oficial que debe iniciarse en Cristina; podrá tener devociones marianas y sus Corpus chicos en los barrios, algo digno de potenciar, pero una sola patrona, la que vive en la basílica mercedaria y un solo Corpus, el de la custodia de Gabella y catedralicio; podrá ver pasar a Reyes Magos entre bloques y avenidas, pero una sola Cabalgata oficial la que discurre el centro entre miradas de inocencia en una noche de ilusión; podrá tener centros comerciales dispersados por el extrarradio, pero un solo comercio clásico dando vida a un Jerez-histórico; podrá tener asociaciones de barrio y sus delegados pero sin pretender mandar más que la alcaldesa de la ciudad; podrá tener equipos, centros culturales y peñas rocieras de barrios pero un solo Xerez, un solo Villamarta y una sola Hermandad del Rocío de Jerez, madre de los rocieros jerezanos.

Ahora que las parroquias de San Rafael y las Viñas celebran sus Bodas de Oro y con ellas el cincuentenario del nacimiento de un Jerez de barrios que tanto ha trasformado a esta ciudad, ahora que nuestro barrios están cobrando el protagonismo que le corresponde como barrios para no ser jerezanos de segunda, es necesario acabar con esa competición entre Jerez-los barrios, para que ni el centro sufra las consecuencias del exilio como si de un nuevo Gibraltar se tratara, ni los barrios tenga que padecer el olvido de las administraciones por no vivir sus vecinos en la calle Larga. Jerez-los barrios no debe de ser una competición a ver quién gana, a ver quién puede más, si las ventajas del centro o las comodidades de las nuevas urbanizaciones. No debe ser una constante queja de sus vecinos por sus carencias y necesidades, ni un juego de intereses de inmobiliarias o de explotadores de aparcamientos subterráneos. Jerez y los barrios son un mismo equipo, que juegan en el mismo campo y con los mismos jugadores, los jerezanos, lo que necesita es un mayor interés de todos, por encima de asuntos políticos y económicos, para que tanto en la primera vuelta, su centro histórico, como en la segunda, sus barriadas, alcanzar la anhelada primera división.
  (Artículo publicado en Información Jerez el 27 de mayo de 2006. En estos días el Ayuntamiento jerezano viene presentando a los vecinos la nueva distribución de la ciudad en distritos)
Vista aérea de la barriada de la Vid recién construida en los años cincuenta del pasado siglo XX.

Esta otra vista aérea de la barriada de La Granja pertenece a los años setenta.



lunes, 19 de septiembre de 2011

LA INFORMACIÓN LOCAL


             Vanesa Coscia en su “Periodismo Hiperlocal: de lo local a lo global” nos habla que en un mundo globalizado, en el que todo nos parece al alcance de la mano, el contexto cercano, aquel que nos afecta directamente sigue siendo la principal experiencia y la principal necesidad. El Periodismo Hiperlocal, como se lo ha llamado, busca proporcionar esa información cercana al contexto geográfico inmediato.  Apuntando, además, que en este sentido, grandes medios estimulan el desarrollo de espacios para este periodismo, que ofrece a su público información útil que los afecta de manera directa, de su barrio, de su ciudad, de su región. Medios de comunicación muy pegados a nuestra realidad cotidiana, que buscan satisfacer una demanda ligada a la experiencia directa.

            Los medios de comunicación locales no pasan por sus mejores momentos, el periodismo digital y las nuevas tecnologías están haciendo mella en los métodos más tradicionales de la comunicación. Con la llegada de la TDT se dejaron de emitir muchas TV locales que no pudieron o no quisieron adaptarse a estas nuevas técnicas. Por otro lado la dependencia que muchas de ellas han tenido de los propios Ayuntamientos ha supuesto que, debido a la crisis actual y a la precaria situación de la mayoría de las arcas municipales, se encuentren con auténticos problemas de subsistencia, sino han firmado ya su certificado de defunción. Una crisis y una nuevas tendencias en lo que a la información se refiere que también está afectando, duramente, a la prensa escrita.

            Jerez no es ajeno a todo ello y poco a poco vemos como ese Periodismo Hiperlocal tan pegado a nuestra realidad cotidiana, se nos va de las manos en aras de una globalización mucho más sostenible pero cada vez más impersonal y menos cercana. Una tendencia que viene siendo la nota dominante en todo lo que se refiere a la economía, en el comercio, en el deporte, en el lenguaje, etc., cada vez más prima los grandes imperios económicos por encima de lo cercano y lo propiamente nuestro.

            Siempre he defendido la información local por encima de aquello que nos resulta tan lejano que apenas nos afecta. Al ciudadano le interesa más, la actividad de su ciudad, lo que le ocurre a sus vecinos, las propuestas de ocio, la información cercana en general que aquello que pasa en el otro extremo del mundo.

            Por eso, en estos días, cuando llegan noticias del cierre de periódicos locales o la grave problemática que viene padeciendo Onda Jerez, la preocupación es evidente, principalmente por los puestos de trabajo y también  porque peligra una voz que nos ha cubierto esa necesidad que todos tenemos de saber y de conocer cuanto acontece a nuestro alrededor, esa ventana que se nos abre, cada día, al propio Jerez.

            De la prensa escrita pasamos, a la radio, de la radio a una TV nacional y de ella a cuantos canales hoy componen el panorama televisivo. Llegó después Internet y revolucionó los medios de comunicación y mientras tanto fueron naciendo TV locales, e incluso Hiperlocales, que nos llenaron de una realidad inmediata sin apenas tener que salir de casa. Los tiempos son otros pero la necesidad de información es la misma, las nuevas tecnologías han quitado y seguirá quitando muchos puestos de trabajo, pero también han ofrecido, y cada vez más, unas posibilidades inmensas de cara a la inmediatez de la noticia tanto del mundo en general como de todo aquello que sucede a nuestro lado.

            El romanticismo del periodismo de papel que guardamos, como oro en paño, en Hemerotecas, ejemplares del “El Guadalete”, “Diario de Jerez”, “Ayer” “La Voz del Sur”, “Hoja del Lunes” o los archivos sonoros de Radio Jerez y Radio Popular de Jerez, e incluso el de Onda Jerez, son un tesoro de la historia local, acumulados día a día, que no debe sucumbir a los nuevos tiempos por mucho que todo se digitalice.

            Ahora que tanto se lleva eso de poner en valor no olvidemos que lo local es lo nuestro, lo que hemos heredado y lo que tenemos la enorme responsabilidad de mantener, difundir y proyectar al futuro. En este cometido los medios de comunicación local tienen un  papel fundamental que cumplir pero  para ello hay que estar en la onda de su eficacia.

            (Artículo publicado en Información Jerez el pasado sábado 17 de septiembre de 2011)

Foto retrospectiva del Padre Torres Silva junto a periodistas jerezanos en la puerta de la iglesia de los Remedios. Al fondo la conocida cervecería de Los Caracoles.


Estudio de Radio Jerez en el número 11 de la plaza de las Angustias donde comenzó su andadura esta emisora local en el año 1934.

19 de enero de 1969, el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Dr. Don José María Bueno Monreal , procedió a la bendición oficial de Radio Popular de Jerez, instalada, desde entonces, en la Cruz Vieja.


Fotografía de hace ya bastantes años del popular quiosco de prensa de Rafael Ramírez Parra en la calle Arcos.



               

             

    

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viernes, 16 de septiembre de 2011

JEREZ-OPORTO


          Los jerezanos que hayan tenido la oportunidad de visitar la bella localidad portuguesa de Oporto, habrán podido comprobar cuantas similitudes poseen ambas ciudades.
           Oporto tiene aproximadamente 250.000 habitantes. Sus playas más visitadas sé hayan a pocos kilómetros, posee una amplia área metropolitana, pero, por encima de todo, Oporto es un gran centro comercial desde el que se exportan a todo el mundo los afamados caldos a los que da nombre. En la margen izquierda, en Vila Nova de Gaía, se extienden innumerables y sombrías bodegas en las que reposa y enriquece el vino de Oporto.

            Posee Universidad, aeropuerto y es sede episcopal. Abundan en la ciudad los testimonios de la arquitectura románica, -aquí sería el mudéjar-, gótica, barroca y neoclásica. La Catedral tiene añadidos góticos y elementos de los siglos XVII y XVIII. Como en Jerez, Oporto conserva un antiguo convento agustino, llamado en tiempos del Pilar, que fue secularizado y usado durante años como cuartel.
          Oporto fue conquistado y reconquistado por los moros, y en el siglo XIX estuvo ocupado por las tropas napoleónicas. Además, en el mencionado siglo, gracias al esplendor del comercio del vino y a la influencia inglesa, en la ciudad, se asienta una importante clase burguesa de importante contrapeso no sólo en la sociedad de la época, sino también en la política nacional.

          Oporto, además, como Jerez, está rodeado de viñas. En su paisaje urbano destacan los rótulos de bodegas tanto portuguesas como jerezanas con la diferencia de que el vino de Oporto es más pesado, posee un alto contenido alcohólico, consecuencias propias del suelo y, más aún, del clima.
          La ciudad posee amplios y hermosos parques y jardines, largas avenidas y un entramado de calles estrechas en el casco antiguo. Su circulación es, como aquí, complicada y se encuentra rodeada de un cordón de grandes vías que la circundan.

           Lo que marca la gran diferencia urbana entre Oporto y Jerez es su río, un río Duero que viene a desembocar entre hermosas laderas y que llena de sobrecogedor embrujo a toda la ciudad. Las noches en la ribera con su puente de hierro iluminado es todo un espectáculo de belleza que se queda impreso para siempre a quien lo visite. Mientras la ciudad nocturna permanece vacía, la ribera del Duero a su paso por Oporto es el bullir indescriptible que cautiva a cualquiera.
           Jerez perdió mucho con sus playas y sigue perdiendo todavía al no aprovechar ese potencial del río Guadalete, que pasa tan cerca como ignorado. El nuevo Gobierno municipal presentó en su programa electoral esa recuperación de nuestro histórico río como una oferta más para la ciudad. Quizás algún día, la ribera del Guadalete, en su tramo más cercano a Jerez, también sea un atractivo más de la ciudad para los jerezanos y para los que nos visiten.

           Oporto y Jerez están unidos no sólo por la fama de sus caldos, sino también por muchas circunstancias que, a pesar de la considerable distancia, han hecho posible que cualquier jerezano se sienta cercano a sus raíces al Norte de Portugal, una muestra más de la universalidad de esta tierra.
           Quien en estos días visite Oporto y quienes desde Oporto pasen unos días en Jerez, comprenderán que a pesar del idioma, Oporto y Jerez se entienden bien, porque su historia y sus tierras se han hermanado, no tanto por las coincidencias, como por la propia cultura del vino que hace ser distinto sin dejar atrás una misma forma de vida. Por algo llevamos años predicando en torno al producto de lo que las viñas y las bodegas nos regalan tanto en Oporto como en Jerez.

           (Artículo publicado en Información Jerez el 11 de agosto de 2007, dedicado, en plena Fiestas de la Vendimia jerezana, a la ciudad hermana de Oporto, de la que tanto hay que aprender con respecto a su trato con el vino)

Estampa de otros tiempo del embarque de botas de vino en pleno barrio de Vila Nova de Gaía de Oporto. Barrio bodeguero que vemos en el encabezamiento de este artículo.


 Artísticas fotografías del ayer de la vendimia en Oporto que parecen extraídas de la cámara mágica del jerezano Eduardo Pereiras Hurtado.


Almacén de botellas de vino en una vieja bodega de Oporto.







Etiquetas de vino que demuestran los estrechos lazos que de siempre han unido los vinos de Jerez y Oporto.




miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL VINO UN LEGADO DE ARTE


           Últimos estudios sobre el vino de Jerez señalan que no son los tiempos actuales demasiado buenos para nuestros afamados caldos, que, sin embargo, esa bajada en ventas es compensada con el consumo de calidad, lo que hace prestigiar el producto aún a costa de sus bajos beneficios para la industria vinatera. Y todo ello en unos momentos en los que desde altas instituciones se ponen en entredicho las bondades del vino, comparándolo con otras bebidas alcohólicas, mucho más peligrosas en exceso.
               El vino de Jerez, afortunadamente, no es apto para botellones ni zarandeos discotequeros. El vino de Jerez, como obra de arte, nace para ser saboreado en su momento y en su lugar, con el arte que ha sido criado y con el arte que nos ha legado a través de siglos. Un arte que no sólo ha quedado guardado en esos museos íntimos de tantas bodegas que siguen siendo paritorios de tan rico tesoro, sino también en la propia configuración urbana de ciudad.

             Jerez tiene un singular trazado urbano que, en parte, se le debe a la importancia de su industria bodeguera. La proliferación de bodegas en el siglo XIX hizo que Jerez cuente, en la actualidad, aunque desgraciadamente muchas han desaparecido por la explotación inmobiliaria, de un importante elenco de construcciones, que a modo de catedrales, nos muestran el legado de un producto de la tierra, hecho patrimonio monumental.

               De tan rica historia industrial nos quedan ejemplos emblemáticos de bodegas como la de Baco, en calle Medina, con su rica ornamentación de fachada; Bertemati, en Diego Fernández de Herrera, con su jardín de rosas, su preciosa reja, su patio central de naranjos, sus bóvedas de aristas y solemne sacristía; El Cuadro, antigua de Pemartín, formando manzana con entrada, también por Diego Fernández Herrera, con recuerdos de excelente Amontillado y magnífica colección de coches de caballos; El Sindicato, en calle Lealas, con su rico artesonado; A. R. Ruiz, en calle Lechugas, con su imponente fachada neoclásica; Fuentes Parrilla, cerca de Madre de Dios, con su patio de soportales y sus fachadas entre portadas de medio punto; Harveys, en calle Arcos, con su alambique regionalista mandado a construir por el marqués de Misa. Sin olvidar los imponentes complejos bodegueros de Domecq y González Byass, orgullo de la ciudad.

             Hoy el legado artístico bodeguero sobrevive a duras penas, la política de conservación del patrimonio ha permitido que podamos seguir disfrutando de la bella arquitectura del vino como el Callejón de los Bolos o, en calle Ponce, lo que será el próximo Museo de la ciudad, sobre la vieja bodega de Valdespino. Otros cascos bodegueros son hoy centros comerciales o nuevas viviendas, en los que se mezclan viejos esplendores vinateros con modernas instalaciones para la venta o cómodos pisos.

               Pero, por encima de tantas transformaciones, queda el embrujo de sus bodegas, heredero de una nobleza imperecedera y el empaque señorial del producto que crió. Como diría Pemán: "En las amplias naves catedralicias de las bodegas los caldos duermen un sueño de años en el oscuro reposo de las grandes botas o bocoyes, fermentando y produciendo el agridulce olor que embriaga. Allí os convenceréis de que el auténtico Jerez -vino de aristócratas y de enfermos- es todo lo contrario de un producto bullanguero, popular y juerguista. Es un vino señorial, graduado y serio".

                El legado histórico que el vino ha regalado a Jerez está a la altura de su propia categoría, esa categoría que le hace, como a cualquier ser vivo, no ser peligroso cuando no se abusa de él, a ser generoso cuando se miman sus cualidades y a dar felicidad cuando se le trata con el respeto que me-recen las cosas exquisitas.

            Todo lo que nos ha dejado la industria bodeguera, es un bien que necesita que cuidemos y valoremos. El vino por sus cualidades como bebida de lujo y sus catedrales porque son un legado de arte e historia que aún estamos a tiempo de salvar.

          (Artículo publicado en Información Jerez el 10 de febrero de 2007. Ayer con la ceremonia de la pisa de la uva en la catedral y el nacimiento del nuevo mosto dieron comienzo, en una nueva edición, las Fiestas de la Vendimia de Jerez)
Pisadores de uva, una tradición ancestral del oficio bodeguero jerezano.

Portada del Sagrado Corazón de las bodegas Domecq, artísticamente engalanada para la visita regia.

Bodega "La Constancia" de González Byass, óleo sobre lienzo perteneciente al siglo XIX, obra del pintor García y Díaz.

En la foto de encabezamiento una preciosa postal, llena del sabor de esta tierra, de la desparecida bodega Valdespino, ubicada en la calle Ponce.



martes, 13 de septiembre de 2011

CUMPLIMOS UN AÑO


           Hoy 13 de septiembre de 2011, vísperas de la Festividad de la Exaltación de la Cruz, cumplimos un año. Un cumpleaños que quiero compartir con todos los que forman parte ya de la breve historia de este blog.
          
           Fue a principios de septiembre del pasado año cuando le expuse a mi hermano en las devociones lauretanas Juan A. Calderón el deseo de recoger en un blog cuantos artículos tenía yo publicados, tanto en prensa como en revistas, especialmente aquellos que, semanalmente, cada sábado, vengo escribiendo en el periódico local Información Jerez, bajo el epígrafe "Jerez intramuros". Le faltó tiempo al amigo Juan para montarme lo que sería el formato del blog y explicarme su funcionamiento, a partir de entonces han sido ya 265 los artículos recopilados, siempre intentando que la publicación en el blog estuviese relacionada con circunstancias y acontecimientos del momento con el fin de que, cada uno de ellos, recobrase actualidad. Textos que, además, he ilustrado con fotografías tanto del presente como del pasado, ofreciendo una amplia documentación de un Jerez perdido en el intramuros de la historia.

          Desde 1989 vengo escribiendo artículos periodísticos, motivo por el cual aún son muchos los quedan por ver la luz y que, tal como se ha venido mostrando, seguirán acompañados de la amplia colección que conservo de postales e imágenes del Jerez del ayer.

           Al cumplir este primer aniversario mi más sincero agradecimiento a colaboradores que, con sus comentarios e incluso correcciones, han enriquecido el contenido del blog, en especial, mi gratitud a todos aquellos que, me consta, lo siguen con verdadero interés. Cerca de veinte mil visitas, han sido las recibidas en este primer año, un número considerable al tratarse de un tema tan concreto como es, casi en exclusiva, los asuntos locales, señal que Jerez interesa no solo a quienes hemos tenido la suerte de nacer aquí sino, también, a aquellos otros que, desde los más recónditos rincones de la geografía mundial, se siente unidos a nuestra ciudad por diferentes motivos o sienten curiosidad por ella.  A la sombra de la cruz nacimos como todo el Jerez de la reconquista, espero que la reconquista de todos estos artículos sirvan para valorar cuanto de bueno hemos heredado y la gran responsabilidad que tenemos de velar por ello, así como de dar a conocer las grandezas de esta tierra y su proyección de futuro.  

           Jerez intramuros es una ventana al mundo que espero seguir abriendo habitualmente para dar a conocer la realidad de una tierra llena de historia y de privilegios, única e irrepetible, como es Jerez de la Frontera. Feliz cumpleaños y que sean muchos más.
   
            Eduardo Velo García 




lunes, 12 de septiembre de 2011

LAS REPARADORAS


Los medios de comunicación cofrades acaban de dar la noticia de la difícil situación económica que están atravesando las religiosas del convento de las Reparadoras de Jerez. Una situación que se le ha complicado aún más al tener que acometer obras urgentes de reparación de su iglesia, viéndose obligadas incluso al cierre de este hermoso templo.
           Necesitan ayudas con urgencia, tanto económica como material para que esta joya de la arquitectura religiosa sea pronto reparada y reabierta al culto y, también, para que la comunidad que la atiende diariamente no pasen más calamidades.

Cada vez que se cierra un templo hay que ponerse a temblar ante el temor de que lo que se anuncia como una reparación luego se convierta en un cierre indefinido, recordemos lo que viene ocurriendo con Santiago o lo que pasó con San Dionisio. En los últimos tiempos las comunidades religiosas han venido lanzando la voz de alarma de las dificultades que vienen encontrando para seguir manteniendo esos casas y templos que por su antigüedad y elevados costes necesitan de unos ingresos que no tienen. A todo esto unido a la edad tan avanzada de muchas de las religiosas que necesitan incluso cuidados especiales y a una falta de vocaciones que dan pocas esperanzas de futuro, solo salvable con el ingreso de novicias venidas desde el extranjero concretamente de países menos desarrollados,
             Se marcharon recientemente las dominicas del Espíritu Santo, quedando uno de los monasterio más antiguo de la ciudad completamente vacío, con un magnífico templo de lo mejor del arte renacentista local y con un futuro incierto; nos dejaron las religiosas del Servicio Doméstico cuyo espléndido palacio es hoy sede del Obispado de Asidonia-Jerez, se fueron las Hermanitas de los Pobres, tras una ejemplar entrega a la ciudad de más de un siglo; nos dijeron adiós las Siervas de María, otra loable institución entregada por entero a los enfermos e impedidos; los Cartujos forman parte ya de la rica historia local y así, si nos metemos en el pasado, podemos seguir recordando cuantas comunidades pasaron por la ciudad y hoy son ya un remoto recuerdo del ayer, Santo Ángel, Carmelitas, Concepcionistas, Agustinos, Trinitarios, Franciscanos Alcantarinos, Benedictinos, etc. forman el elenco de ese Jerez de celdas y hábitos que en el mejor de los casos solo nos queda parte de su rico patrimonio monumental.
           
            Estas pérdidas son ya irreparables por eso aún estamos a tiempo de reparar, en la medida de lo posible, este mal que parece imparable y evitar esta exclaustración del siglo XXI que se produce no por orden ministerial, como aquella de Mendizábal del siglo XIX, sino por el orden establecido en la actualidad donde lo primero no es la espiritualidad sino los intereses materiales.

            El patrimonio local, independientemente que sea religioso o civil es de todos y entre todos tenemos que mantenerlo. Hay que reparar Las Reparadoras y en esta tarea no deben estar las monjas solas porque ellas bastante tienen con cumplir con la noble misión que tienen encomendada por la Iglesia, manteniendo una vida contemplativa  de comunidad y de oración tan importante para los creyentes como incomprendida fuera de los muros conventuales, en la búsqueda siempre de la reparación de las almas.
           
            Jerez tiene la palabra para que el cierre de Las Reparadoras no se convierta, con el paso del tiempo, en un daño ya irreparable.

(Artículo publicado en Información Jerez el pasado sábado 10 de septiembre de 2011. Afotunadamente la iglesia de las Reparadoras, tras las obras efectuadas en el coro, ha vuelto a abrir sus puertas para la adoración diaria al Santísimo Sacramento)
Año 1965. En la mañana del Viernes Santo el Cristo de la Buena Muerte pasa ante el marco incomparable de la fachada neomudéjar del templo de "Las Reparadoras". (Foto E. Pereiras)


         
   

sábado, 10 de septiembre de 2011

CASCO HISTÓRICO


             Una de las asignaturas pendientes que debe afrontar el nuevo gobierno municipal es, sin lugar a dudas, la recuperación del casco histórico jerezano. La situación en la que se encuentra el casco antiguo de la ciudad es verdaderamente alarmante, la ruina, la dejadez y el abandono es la nota dominante de todo un entramado de calles que, por su antigüedad, trazado y tipismo, podría ser, si, de una vez por todas, se tomara cartas en el asunto, uno de los grandes reclamos turísticos de Jerez.
              Si preocupante es la situación en que se encuentra las distintas calles y plazas que forman el casco histórico, es la calle Juana de Dios Lacoste la que se lleva la palma de la desidia y el deterioro. Sus vecinos no aguantan más y en esta pasada semana han elevado su pública protesta por lo que consideran no solo un desinterés por nuestra propia historia sino, también, un peligro por la situación en la que se encuentran la mayoría de las fincas que conforman esta antigua vía, más conocida como la Carpintería Alta.

               Desde la plaza Orbaneja, donde desapareció, hace poco tiempo, la conocida como casa de esta ilustre familia, con su deteriorada fachada con blasón incluido; hasta su confluencia con la Carpintería Baja y la calle Carmen, toda una serie de fachadas, la mayoría del siglo XVIII, se nos presentan como claro ejemplo del deterioro y el abandono, solares donde antes existió históricos hornos, portadas barrocas que se mantienen en pie de milagro, rejas que nos muestran en su interior todo un basurero, foco de infección e inmundicias, antiguas bodegas que se caen a pedazos, repletas de maleza y escombros; ratas, insectos y malos olores que se adueñan de la calle y que la hace intransitable en horas nocturnas. Y todo ello cuando en la misma calle se encuentran edificios tan singulares como el colegio del Salvador y su balcón de los Ponce de León, el convento de Agustinas Ermitañas de Santa María de Gracia, popularmente conocido como de Santa Rita, la residencia de las Hermanas de la Cruz, la espalda del antiguo Cine Astoria o el monumento que Jerez levantó a Santa Ángela de la Cruz en la coqueta plazoleta que se sitúa a la mediación de la calle, e incluso otras casas de cierta antigüedad y belleza que valientes vecinos han restaurado y embellecido, apostando por la recuperación de tan histórico barrio.
                
             La calle Juana de Dios Lacoste, rotulada en homenaje a tan benefactora dama jerezana, tiene un apellido pijo pero un aspecto excesivamente pobre, tiene un trazado morisco y sinuoso de gran belleza y atractivo para el turismo, tiene todo lo necesario para ser una de las calles más interesantes de la historia local, pero para ello hace falta, con urgencia, que las autoridades tomen conciencia de que su actual situación es insostenible, que no se puede dejar pasar más el tiempo sin tomar carta en el asunto y que se le dé una respuesta a estos vecinos que ven, como, por momentos, se está llegando a una situación muy grave tanto para los que allí habitan como para los que transitan por ella.

            Aún estamos a tiempo de recuperar la prestancia y dignidad de una calle que en tiempo fue una de las principales vías del Jerez intramuros, una calle que no puede seguir más con su aspecto actual más parecido a Sarajevo o a cualquier ciudad del tercer mundo.

            El casco histórico de Jerez, es un diamante en bruto que hay que pulir, un potencial tremendo, completamente abandonado a su suerte, que ya es hora de que se quite ese otro casco que parece tener puesto desde hace ya demasiado tiempo, entre tanta obra, puntales y derrumbes, para acometer cuantas actuaciones son necesarias con el fin de devolverle el esplendor y atractivo que nunca debió perder. 
           
             (Artículo publicado en Información Jerez el pasado 27 de agosto de 2011)
Fotografía de otros tiempos de la plaza de Orbaneja con la casa de esta ilustre familia jerezana a la derecha. Sobre la ventana de la planta baja podemos ver, timidamente, casi cubierto por la cal, el blasón y la moldura mixtilínea que la enmarca.


La misma casa de los Orbanejas hace pocos años cuando su estado de deterioro era ya evidente. La casa recientemente ha sido derribada y desmontada su portada de piedra, en su lugar queda un amplio solar.

La calle Santa María de Gracia, entre las plazas de Orbaneja y Ponce de León, que enlaza con la calle Juana de Dios Lacoste, aún mantiene su sabor de antaño aunque algunos edificios de moderna construcción han venido a alterar esta estampa del ayer que vemos aquí con carromato incluido

Ejemplar y caritativa dama Dª Juana de Dios Lacoste que da nombre a una parte de la antigua calle Carpintería Alta en el casco histórico jerezano. Calle a la que se hace referencia en este artículo y que actualmente se encuentra en lamentable estado. (Fotografía tomada del libro Jerezanos para la historia de Antonio Mariscal)
       

jueves, 8 de septiembre de 2011

CONSUELO DE LOS JEREZANOS


      Hoy es ocho de Septiembre, día de fiestas patronales en las vecinas localidades de El Puerto de Santa María y Chipiona, un día de ancestrales recuerdos históricos para la devoción mariana de Jerez, recuerdos de un patronazgo injustamente olvidado que tuvo como eje a la Virgen chiquita de Consolación que, en Santo Domingo, hizo ampliar su templo y levantar toda una nave para acoger la enorme devoción que, tan peregrina imagen, despertaba en los jerezanos.
      La Virgen de Consolación de Santo Domingo, con hermosa leyenda sobre su llegada a nuestra ciudad, forma parte de ese tesoro oculto y olvidado de nuestra rica historia local, de esos anales, escritos con letra de oro, evocadores de un pasado, no sabemos si mejor o peor, porque eran producto de otros tiempos, tiempos más propicios a una generosidad bien entendida en ayuda a los más necesitados. Recordemos cuantos nobles acaudalados sostuvieron durante años las casas de beneficencias, el ejemplo lo tenemos ahora con las Hermanitas de los Pobres, institución impulsada en épocas pasadas por las ayudas de reconocidos vinateros y hoy pidiendo auxilio para no tener que dejar su asilo, planteando la posibilidad de abandonar una ciudad a la que tanto han servido durante más de cien años.

     Consolación fue la gran devoción mariana de Jerez hasta la explosión mercedaria, fue reconocida, durante siglos, como patrona, siendo actualmente copatrona, celebrando la ciudad grandes fastos cada 8 de Septiembre y acudiendo en masa ante la capilla que un día labrara la familia Adorno. Consolación fue un foco espiritual y devocional que llegó a extenderse no solo por todo Jerez sino también por la comarca, convirtiéndose, su templo dominico, en motivo de peregrinaciones y múltiples plegarias. Consolación fue cúmulo de favores, salvadora de navegantes, inspiración de artistas, protectora de hospicios-beaterios, condensadora de indulgencias y privilegios, sumamente reproducida y eje del marianismo local.
        Dentro de seis años se cumple el 125 aniversario de la vuelta de los dominicos a su templo de Cristina, una orden que, con sus predicaciones, su asistencia religiosa, sus enseñanzas y su propagación al culto a la Virgen, ha servido eficazmente a la Iglesia y a los hombres .A todo ello ha contribuido la importancia de las advocaciones marianas que aquí se veneran, motivo por lo que este templo debería ser declarado Santuario, por cuantos fervores marianos despierta.

        Para los amantes de lo sublime quizás sea el momento, ahora que tanto se habla de Coronaciones, de ver a la Virgen de Consolación coronada canónicamente, porque ninguna como esta, posee tantos argumentos, historia y justificaciones para recibir tan alta distinción de la Iglesia. Para la sociedad actual de las penalidades, de las víctimas del terrorismo, de los parados sin esperanzas, del tercer mundo, de los maltratos y los crímenes sin escrúpulos, de los jóvenes sin rumbo, de tanto llanto por las injusticias y las pérdidas humanas, no está de más recordar que, en Santo Domingo, Jerez tiene una Virgen que es su eterna consolación, que así lo creyeron nuestros antepasados y así lo dejó dicho la tradición “ Llévame a Jerez, al convento de mis hijos los frailes predicadores; que voy para consuelo de los jerezanos”. Esta es la historia mariana de Jerez cada 8 de Septiembre, centrada en una pequeña imagen, al parecer de alabastro, representativa de una Virgen gótica que desde tiempo inmemorial se venera en el templo de Santo Domingo. Una historia que habría que hacerla revivir para todos aquellos que buscan consuelo en sus aflicciones, para que las nuevas generaciones no olviden que en Jerez existe una Virgen chica pero con una devoción histórica muy grande.
          (Artículo publicado en Información Jerez el 8 de septiembre de 2007)
Grabado antiguo de la Virgen de Consolación que se venera en el convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera. En la foto superior curiosa fotografía, enviada por mi hermano lauretano J.M.Prado, de un retablo cerámico representativo de la Virgen de Consolación en su primitivo paso procesional, cuyo templete figura actualmente en el Sagrario del templo dominico.