martes, 26 de febrero de 2013

URBIS





La noticia, aunque no ha sorprendido por la situación económica, no ha dejado indiferente. La crisis inmobiliaria tiene una nueva víctima. Los bancos acreedores han dejado caer a Reyal Urbis, una empresa unida estrechamente a Jerez y a los jerezanos, una inmobiliaria que fue en su día uno de los grandes imperios del ladrillo, tras dos acuerdos de refinanciación que no han servido de mucho y años de negociaciones la empresa anunció este martes que presentará el concurso de acreedores.

La empresa presidida por Rafael Santamaría ya se vio forzada en octubre a presentar el preconcurso, una figura de la Ley Concursal que le daba cuatro meses para negociar con los acreedores antes de suspender pagos. Pero el plazo finalizaba el 23 de febrero y, ante la evidencia de que el acuerdo no era posible, ha tirado la toalla.

Urbis es parte de nuestra historia reciente, construida al calor del pelotazo inmobiliario y animada, jaleada al máximo, por la educación de antaño de tener que ser propietario de una vivienda a toda costa (y coste).

En toda la historia de Urbis hay una figura que destaca sobremanera, la del jerezano Manuel de la Quintana Fergusson, presidente de la inmobiliaria desde 1971 hasta su fallecimiento en 1989. Nacido en 1913 y licenciado en Derecho por la Universidad de Granada en 1932, alcanzó el grado de Doctor, por la Universidad Complutense de Madrid. De la mano de Alfonso García Valdecasas, ingresa en el Instituto de estudios Políticos. Los derroteros de la profesión le llevan en 1949 a intervenir en el “affaire” Urbis, uno de los grandes escándalos financieros de la posguerra. Un grupo de accionistas le piden que acepte provisionalmente la dirección general de la empresa y, como en tantas ocasiones, la provisionalidad da paso a casi cuarenta años en el cargo. Al frente de Urbis, Manuel de la Quintana impulsó la promoción de un tipo de vivienda que encontró una ávida demanda por la innovación en el diseño, la calidad de la construcción y el precio ajustado a los niveles de competencia del mercado. Zonas residenciales de lujo, con grandes espacios verdes, jardines y áreas públicas y privadas fueron rompiendo los viejos moldes de los enclaves elitistas, que se hacían compatibles con las clases medias emergentes venidas de la España desarrollista de los años sesenta. En Jerez la urbanización de la Avenida Álvaro Domecq, fue testigo de ello.

La historia de Urbis, fundada en 1946, está llena de altos y bajos, de momentos difíciles como el asesinato en 1984, por manos terroristas, de  Manuel Ángel de la Quintana García, hijo del anterior y consejero delegado de la empresa, o el bache con el que se vio sorprendida a finales de los años setenta por una muy fuerte caída del mercado y un aumento notable de los costes financieros, con la consiguiente acumulación de pérdidas que pudo salvar gracias al balón de oxígeno propiciado por entidades bancarias. 

Reyal Urbis ha podido aguantar cinco años de temporal antes de pedir el concurso anticipado. Muchas de las promotoras que han ido cayendo en los últimos meses han pasado el último lustro con respiración asistida, con refinanciaciones de deuda sujetas a planes de negocio que resultaron irreales. El sector lo conoce como “la patada hacia adelante”. Dicen que el último proyecto de Manuel de la Quintana se basaba en un núcleo urbano no deshumanizado, difícil tarea tendría hoy en día.

(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 24 de febrero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ).

Año 1972 . Bloques de Urbis en la Avenida Álvaro Domecq. En primer término la calle Manuel de la Quintana.


Manuel de la Quintana y Fergussón junto al escritor Jesús de las Cuevas presentador de su pregón de la Semana Santa de Jerez de 1975.






martes, 19 de febrero de 2013

PREDICAR CON EL EJEMPLO


          


          Hubo un tiempo, ya muy lejano, en el que los jerezanos agrupados en gremios y cofradías canalizaban el culto a su patrón y al mismo tiempo realizaban obras asistenciales. Eran jerezanos que ya podían llamarse cofrades por su pertenencia a este tipo de instituciones. Estos jerezanos y cofrades no solo pedían para su corporación respectiva sino también para sus hospitalitos que mantenían a duras penas y que ponían al servicio de sus vecinos, ante la falta de atenciones por parte de las altas instituciones que se perdían más en luchas internas y fronterizas que en atender las necesidades básicas de los ciudadanos. Sus fines asistenciales, tan necesarios en aquellos años donde las epidemias y las calamidades estaban al orden del día, no estorbaban a los de piedad que hicieron que, de forma espontánea, el fenómeno cofrade se dirigiera a la Semana Santa , donde encontró el gran filón que atraía al pueblo, un atractivo que ayudaría a seguir haciendo nuevas obras asistenciales. Y en este deseo de piedad y de vida cristiana el pueblo halló siempre en las cofradías un modo de apoyo mutuo y colaboración.

 Las hermandades desarrollan en la actualidad una labor asistencial vigorosa que va en aumento con los años. Son incontables los proyectos asistenciales a los que nuestras corporaciones prestan su apoyo, bien a través de una participación indirecta, bien mediante la implicación efectiva de sus miembros en algún proyecto específico. Una muestra de ello son las pujantes Bolsas de Caridad, la incesante colaboración con instituciones benéficas y con Cáritas parroquial o, incluso, la creación de distintas fundaciones o iniciativas con fines asistenciales tales como la Fundación Paz y Aflicción, nacida en el seno de la Hermandad de la Coronación, o el comedor benéfico creado recientemente por la Hermandad de la Esperanza de la Yedra con motivo de la próxima Coronación Canónica de la Virgen.

Hay que tener en cuenta que, de una forma o de otra, son muchísimos los jerezanos implicados en el mundo cofrade. Téngase, también, en cuenta que si se sumaran solo todos los hermanos de las hermandades de Jerez, el número rebasaría ampliamente al de los socios y abonados de muchas de las instituciones u organismos existentes en la ciudad. Esa mayoría silenciosa se aglutina en torno a unas asociaciones que tienen dos vertientes. La cofradía es religiosa por un lado, y por eso depende del poder eclesiástico, pero sus connotaciones civiles son sumamente importantes. Unas instituciones sin ánimo de lucro, cuyos miembros emplean su tiempo, el de su familia y  hasta su propio dinero para, entre otras cosas, ayudar a los que más lo necesitan.

La última noticia, nos ha llegado esta semana, la entrega de siete mil kilos de alimento de una cofradía jerezana para los pobres, el último ejemplo de unas instituciones, creados y constituidas por los propios jerezanos, que piden no para ellos sino para poder seguir sirviendo a la ciudad que la vio nacer, a través de sus cofradías.


           Esta gran masa de cofrades, que son jerezanos y por tanto tienen derecho a participar de unos ingresos que ellos también aportan, han llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento para que les ayude en la labor que realizan.  Y a raíz de este acuerdo otras asociaciones que reciben para su mantenimiento subvenciones millonarias del dinero público, también de los jerezanos-cofrades, puesto que en esto no hay X en las declaraciones de la renta, han protestado por esta ayuda. Como menos resulta curioso, protestar en vez de predicar con el ejemplo.

             (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 17 de febrero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)



Foto de una de las anuales comidas ofrecidas, en los años 20 del pasado siglo, por parte de la Hermandad del Cristo de la Expiración a los ancianos del barrio de San Telmo.
  

martes, 12 de febrero de 2013

ANIVERSARIO DEL ZOOBOTÁNICO


 
 
El Zoobotánico de Jerez cumple 60 años, y por este motivo, se van a organizar distintas actividades conmemorativas durante todo el mes de febrero. El lince ibérico será el protagonista de esta conmemoración. Este felino está muy unido al Zoobotánico, que ha trabajado intensamente en su conservación, y, por eso, este año es el eje central de los actos organizados de cara a la conmemoración del 60 aniversario.

El 10 de febrero de 1953 llegaron los primeros inquilinos al zoo de Jerez. Dos avestruces, un mandril y un león fueron abandonados en el puerto de Cádiz y con ellos comenzó en el parque una actividad zoológica que dura ya sesenta años. El Zoo únicamente ocupaba los terrenos de la zona izquierda de la avenida central. Por aquellos años la fiesta de San Antón se celebraba en Tempúl. En esos años era Alcalde de Jerez  Álvaro Domecq y el Concejal de Parques y Jardines Alberto Durán, al que el Zoo debe su nombre. La colección de animales se va nutriendo por donaciones procedentes del Zoo de Barcelona y Madrid. Más adelante vinieron animales del Sahara español, Guinea Española y donaciones de agricultores y ganaderos de Jerez y la provincia. Conservadores del Zoo fueron, José María Lassaleta Delclos, Alejandro Maldonado Gordon y José Jesús Bela. Todos ellos contribuyeron, junto a los últimos directores, a que nuestro Zoobotánico sea hoy un referente a nivel nacional.

En los últimos años el Zoobotánico de Jerez vive una época de esplendor,  cuenta en la actualidad con la colección zoológica más importante de Andalucía, con más de 1.300 animales pertenecientes a cerca de 200 especies diferentes de los cinco continentes, la singularidad e importancia de la colección radica en el gran número de especies amenazadas que alberga. En este sentido desarrolla una serie de proyectos de reproducción en coordinación con los principales Zoos de Europa. Además de estos proyectos, la conservación de nuestra fauna autóctona sigue ocupando un lugar destacado y en este sentido el Zoo desarrolla un gran número de programas de reproducción de fauna ibérica amenazada, especialmente aves. Todos estos proyectos avalan al Zoobotánico de Jerez como una institución dedicada a la conservación de fauna amenazada, encontrándose en vanguardia de los Zoos españoles y estando a la altura de los principales Zoos europeos.

Este 60 aniversario viene unido al lince ibérico, una animal  sagaz, astuto y listo, del que se dice también que tiene vista muy aguda, en alusión a la facultad que se le supone de adelantarse a los acontecimientos o a conocer lo que permanece oculto a los demás. Aunque, en verdad, la expresión ha llegado hasta nosotros por la personificación de estas cualidades en la persona de Linceo, hijo de Alfareo, rey de los mesenios, de quien se decía que era capaz de ver y contar a simple vista, desde su atalaya de Libia, los barcos de una flota de guerra que saliese de Cartago; ver a través de las paredes y distinguir cualquier objeto a más de ciento treinta mil pasos de distancia.

           En estos tiempos tan difíciles, en los que el engaño y el ocultismo están al orden del día, no estaría de más, al igual que ahora va a hacer nuestro Zoobotánico, dar más protagonismo al lince ibérico para que, con su sagacidad, astucia y listeza, nos ayuden a combatir tanta corrupción como nos azota.
 
            (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 10 de febrero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)
 
Romántica estampa del parque zoológico de Jerez.
 
Año 1969. Jardines del Zoobotánico jerezano


 
 

martes, 5 de febrero de 2013

FITUR Y SEMANA SANTA


 
 
Jerez ha estado presente una edición más en la Feria Internacional de Turismo, Fitur 2013. El acto central de la programación se desarrolló el pasado jueves, 31 de enero, en el stand de Cádiz, coincidiendo con la celebración del Día de la Provincia, donde se presentó el calendario de eventos de Jerez 2013 con especial atención a los grandes estrenos de la programación festiva de Jerez, el I Encuentro Internacional de Coreografía y Danza, el Mundial de Superbike y la octava etapa de la Vuelta Ciclista a España, junto con los ciclos reconocidos a nivel nacional e internacional, como la Navidad, el Festival de Jerez, el Gran Premio, las Fiestas de la Vendimia o la Feria del Caballo, de la que también se presentará su cartel en Madrid y, por supuesto, una Semana Santa que ya tenemos en puerta.

 

La Semana Santa jerezana ha alcanzado un alto nivel en todos los aspectos para beneficio tanto de las propias cofradías como para la ciudad. Una ciudad que se ha visto favorecida por unas instituciones, ejemplos de democracia y de igualdad, que han creado riqueza e ilusión, puestos de trabajos y obras de arte, que han conseguido mantener oficios tradicionales y artesanos con peligro de desaparición, que han atendido a muchos ciudadanos en sus necesidades básicas cuando todas las puertas se han cerrado, que han llenado calles y plazas con sus procesiones y actos multitudinarios con lo que ello supone para el comercio y el turismo, que han aglutinado a la juventud entorno a unos fines nobles y solidarios, que han organizado multitud de actos formativos y culturales de gran nivel, que han puesto a disposición de la ciudad cuanto patrimonio material y humano han aglutinado durante siglos, gracias al dinero y los esfuerzos de los propios cofrades, como muestra de una entrega y un servicio admirable.

        
          A nadie escapa que el poder civil es conocedor de la importancia y el impacto que sobre la ciudad tienen las cofradías y todo lo que en torno a la Semana Santa se mueve y por eso se presenta en Fitur, ya que supone un auténtico fenómeno de masas con muchas ramificaciones que sobrepasa su carácter religioso para alcanzar, como diría Carlos Colón, “la vertebración histórico-sentimental de la ciudad”, una expresión fundamentalmente popular, esencialmente religiosa y necesariamente cultural.

 

El abogado Eduardo del Rey afirmaba que la Semana Santa es, sin duda, expresión singular de la fe, una manifestación pública de religiosidad según unos parámetros culturales concretos, los de nuestro pueblo. Pero las cofradías no cuentan exclusivamente con esta dimensión religiosa. A fin de cuentas, los vaivenes que jalonan los anales de estas corporaciones son los mismos que los de la sociedad que las nutre de miembros. El mundo de las cofradías es tan complejo como la sociedad que lo alimenta pero ello no es obstáculo para que ellas mismas sean un potencial turístico.

 

Hoy no se entendería Jerez sin su Semana Santa y la Semana Santa jerezana sin sus cofradías. Un equilibrio entre ciudad y Semana Santa que requiere de un esfuerzo común para que siga siendo posible esa realidad que hemos heredado y que tanto cofrades como Ayuntamiento tienen el deber no solo de mantener sino también de potenciar en beneficio de todos.

 

La presencia de la Semana Santa jerezana en Fitur nos habla de su importancia para la ciudad y de cuanto hay que seguir trabajando para su potenciación de un evento que, además de ser el de más importancia a nivel religioso e histórico, es uno de los actos tradicionales más destacados en el calendario festivo local por su atracción turística y por su singularidad. 
 
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 3 de febrero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)
 
La Semana Santa es, sin lugar a dudas, un fenómeno de masas.
-Multitudinaria recogida de la Hermandad de la Yedra en el convento de Madre de Dios de donde estuvo saliendo entre los años 1947 y 1962-