En
estos días hemos visto como la popular calle Ancha se quedaba sin árboles en
una de sus aceras. Esto se debe a que el área de Infraestructuras de nuestro
Ayuntamiento está acometiendo trabajos de reparación de varios alcorques de
esta calle que se encontraban en mal estado debido al levantamiento del acerado
por efecto de las raíces de los árboles. El objetivo de estos trabajos es
adecentar el acerado deteriorado, mejorar la accesibilidad y eliminar el
peligro que supone para el paso de peatones. Para poder acometer esta
actuación, ha sido necesario proceder, de forma previa, a la tala de estos
árboles que estaban provocando este deterioro en todo el acerado.
Aunque
la calle no siempre contó con arboleda, ya nos habíamos acostumbrado a esa frondosa
vegetación que la cubría y que ahora se ve mermada por la extracción que se ha
llevado a cabo en estos días.
No
hay que olvidar que la extracción del arbolado deteriora la calidad ambiental
porque para que un nuevo árbol tenga el follaje adecuado y brinde sus
beneficios, entre ellos amortiguar las excesivas temperaturas, disminuir los
ruidos y el impacto de los vientos, y aportar calidad al aire que respiramos,
le lleva varios años.
Los árboles
juegan un rol importante en la ecología
de los hábitats humanos de
muchas maneras: filtran aire, agua, luz solar, ruidos; enfrían el ambiente y
dan sombra. Además embellecen, moderan el clima urbano y ayudan a
conservar energía reduciendo las potencialmente peligrosas capas del ozono, que azotan las ciudades, especialmente, en los meses
de verano.
La calle
Ancha, antes Ancha de la Victoria, la de los viejos torreones de la muralla, la
de la torre albarrana frente al viejo convento Mínimo, la de la “Maquinilla”
bodeguera transitando por aquellas vías que recorría toda la calle. La misma
calle que se llamó un tiempo Canalejas, no por el cantaor puertorrealeño, descendiente
de una familia de cantaores gitanos de Jerez llamados los Paquirri, raíces que
tuvo para destacar en los cantes festeros, el cantaor al que acompañó siempre el
guitarrista Vicente el Granaino, ciego
de nacimiento; sino por el abogado y político regeneracionista
y liberal español que siendo
Presidente del Consejo de
Ministros, murió asesinado en un atentado terrorista. Y esa misma calle
Ancha sirvió para que pasaran por ella reyes de España como para barricadas en
aquel “Motín de Quintas” de trágicas consecuencias. Esa calle ancha por sus dimensiones, donde
Jerez recuerda a su hijo, descubridor de La Florida, Alvar Núñez Cabeza de Vaca
y a grandes saeteros en mañana de Viernes Santos junto al bar Canalejas, la
están arreglando y esperemos que para mejor. Para reparar lo que estaba mal sin
desfigurar la belleza de la calle y de toda su verde arboleda.
Viendo los restos de estos árboles enfermos en medio de la calle se me
vienen a la mente aquellos versos de Alfonso Albada “Vuestro tronco era esbelto
y verdecía, sorbiendo soles allá en el cerro alto: os arrancaron del paisaje un
día, para dar sombras sobre el negro asfalto. Estáis aquí, anclados en la
acera, para manchar de verde el gris urbano; se alarga en vano vuestra larga
hilera por ver el monte en el azul lejano. ¿Qué cruda mano os puso en estas
calles sin secreto, de ruido atormentadas? ¿Por qué os hurtaron a los hondos
valles llenos de dulces tardes sosegadas? Yo estoy como vosotros, prisionero, hambriento de
altos cielos y paisajes; soñando siempre estoy con un sendero
que haga eterna mi sed honda de viajes”.
que haga eterna mi sed honda de viajes”.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 26 de enero y ayer lunes en VIVA JEREZ).
La calle Ancha sin apenas vegetación viendo pasar un cortejo real . La calle Ancha con naranjos La calle Ancha con frondosos árboles. |