La Unión de Hermandades ha clausurado este pasado viernes los actos
conmemorativos de sus 75 años fundacionales. Una misa de Acción de Gracias en
la basílica de la Merced y una posterior cena han servido para cerrar una serie
de actos que, dentro de la austeridad marcada, desde el principio de la gestión
de sus actuales dirigentes y refrendada por el pleno de Hermanos Mayores, nos
han venido recordando los eventos más
significativos en la historia de este organismo aglutinador de las cofradías
jerezanas.
Atrás quedó el recuerdo de aquella procesión magna jubilar del año 2000,
que marcó un hito en las cofradías de la ciudad, las documentadas conferencias
sobre los Vía-Crucis de Cuaresma y los Pregones de Semana Santa, así como
aquella jornada de puertas abiertas donde todo el que quiso pudo conocer la
sede y cuanto engloba el trabajo interno desarrollado por la Unión de Hermandades
jerezana en todos estos años.
Con la madurez que otorga 75 años de
vida, la Unión de Hermandades es ya una institución consolidada en la ciudad e
imprescindible para la organización de la Semana Santa; sin olvidar su
importante labor de coordinación y
representación de las propias cofradías. Y todo gracias a la entrega
desinteresada de muchos jerezanos que, por su cariño y espíritu de servicio a
la Semana Santa de Jerez, no les ha importado asumir la responsabilidad de
dirigir un organismo mucho más complicado de lo que a priori puede parecer.
Sometido, desde siempre, a los dictámenes del pleno de Hermanos Mayores, a la
autoridad del Obispo de quien depende como estamento eclesial y a los
condicionantes civiles al que todo acto público se ve sometido.
No hay que olvidar que la Unión de Hermandades la forma el Consejo que la
dirige y el pleno de Hermanos Mayores que son los que deben seguir velando por la importancia de esta institución para la
Semana Santa de Jerez, su condición eclesial y su independencia política, su
servicio al Evangelio por encima de cualquier otro interés, su carácter
auténticamente representativo de lo que las hermandades de Jerez significan, su
ejemplar comportamiento en esas formas que tanto abolengo han dado al mundo
cofrade y en la ayuda a los más necesitados, su carácter de organismo
dialogante, transparente, cercano y seguro de los principios que lo avalan.
Como ya he dejado escrito en más de una ocasión, la Unión de Hermandades no
es más que un organismo coordinador y representativo pero tampoco menos; de
carácter altruista con la noble misión de servir a las hermandades y con ellas a la Semana Mayor jerezana. Por lo
tanto, con el aval de estos 75 años de historia al servicio de Jerez y su
Semana Santa, merece seguir manteniendo el apoyo tanto de instituciones como de
particulares, principalmente de los propios cofrades tan dados, en ocasiones, a
la crítica fácil y destructiva. Merece ser digna depositaria de la categoría
que las propias cofradías le transfieren y sobre todo merece que su imagen
pública siga siendo un auténtico testimonio de servicio al pueblo que pertenece
y a la Iglesia en la que se fundamenta.
Aunque haya quien, en una visión pobre e interesada, solo quiera ver en la
Unión de Hermandades un organismo para palcos y sillas con fines recaudatorios,
75 años de historia han demostrado que la Unión de Hermandades de Jerez y todos
los que un día formaron parte de ella, condensa una trayectoria de servicio a la
ciudad y a la Iglesia digna del mayor de los elogios.
( Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 23 de febrero de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).