jueves, 27 de marzo de 2014

BACH Y SAN MATEO


 
 
No se sabe con certeza si la Pasión según San Mateo  de Juan Sebastián Bach fue compuesta en 1727 o 1729. Aunque se relaciona directamente con la música fúnebre para el príncipe Leopold de Anhalt-Cöthen de 1729, se desconoce si la cantata fúnebre sirvió como modelo para la pasión o si la pasión fue el modelo de la cantata (o si existen otros orígenes anteriores). De cualquier forma, la Pasión según San Mateo fue interpretada el 15 de abril de 1729 (Viernes Santo) en la iglesia de Santo Tomás en Leipzig bajo la dirección del compositor, en una representación para la cual Bach no pudo disponer de los recursos idóneos (en un memorándum al Consejo de la ciudad de Leipzig, se quejó de que únicamente 17 de los 54 miembros del coro hubieran estado a la altura).[]

Tras la muerte de Bach, la obra cayó en el olvido (como, en general, toda la obra del compositor) y no fue hasta 1829 cuando el compositor y director Félix Mendelssohn volvió a interpretarla con la Sing-Akademie de Berlín en una versión abreviada. La reinterpretación de esta obra dio inicio a un fuerte interés por el estudio y el análisis de las obras de Bach, particularmente las de gran escala, que ha persistido hasta nuestros días.

Hoy La Pasión según San Mateo, es la obra más extensa del compositor. Es una obra central de la música artística. Hubert Parry la ha definido como el más rico y noble ejemplo de la historia de la música sacra.

Casi al mismo tiempo que se estrena La Pasión según San Mateo de Juan Sebastián Bach, Jerez también estrena su peculiar Pasión según San Mateo representada en las nuevas imágenes del Señor de las Penas y la Virgen del Desconsuelo que ahora cumplen sus tres siglos, más o menos como esta prodigiosa composición del genial músico barroco, el último gran maestro del arte del contrapunto y[] fuente de inspiración para los grandes músicos que le sucedieron.

Nuestra particular Pasión según San Mateo va más allá de la obra de Bach e incluso de esos sentimientos que se aglutinan cada Martes Santo teniendo como eje la parroquia alfonsí del evangelista. La Pasión según San Mateo es otra y si no que se lo pregunten a los vecinos que allí viven. Estos días San Mateo ha vuelto a ser noticia, por un lado los efectos del botellón surgido a raíz de una fiesta organizada por un establecimiento hostelero de la zona y por otro el derrumbe de parte de una fachada de la plaza de San Mateo.

El barrio de San Mateo se cae poco a poco. El palacio de Riquelme y el de San Blas son los casos más sangrantes, pero nada más que hay que darse una vuelta por las calles Liebre, Cabezas, San Blas, Cordobeses, etc., para caer en la cuenta del estado de desidia en el que se encuentra todo el barrio entre solares abandonados y fachadas que se vienen abajo. La pasión que sufre San Mateo es la obra más extensa de la descomposición del patrimonio histórico jerezano, el más claro ejemplo del padecimiento de una collación que se desmorona por día que pasa.

Como la obra de Bach, también este barrio ha caído en el olvido. Esperemos que, de una vez por todas, nos llegue un nuevo Félix Mendelssohn y lo vuelva a la vida, que vengan los recursos y vuelva el interés por el estudio y la recuperación de este barrio haciendo resurgir la auténtica pasión por San Mateo.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 23 de marzo  de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
 
Casa de la plaza de San Mateo, esquina con calle Cabezas, ayer y hoy.
En la foto superior el Señor de las Penas saliendo del templo de San Mateo, al fondo la casa dieciochesca que hace unos días sufrió el desprendimiento de parte de su fachada.
 

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miércoles, 19 de marzo de 2014

GUARNIDOS


 
Existe un conjunto de calles en Jerez, situadas en el barrio de San Miguel, entre el viejo convento de San Agustín, la calle Puerto y la Ronda de Muleros. Calles que guardan aún el sabor y el entramado antiguo del Jerez bodeguero y castizo. Calles  Agustinos, detrás del viejo convento;  Juan Sánchez, en memoria del ilustre castellano D. Juan Sánchez de la Torre, quien, en el siglo XIX, dejó 120.000 duros para la fundación del colegio de Humanidades de San Juan Bautista;  calle Lindos, esquina del Reventón de Quintos con la plaza de Silos, enclavada en el terreno de la antigua Mancebía, la callejuela de Murguía, junto a las bodegas de Maestro Sierra; calle  Quintos que data del siglo XV; Rodrigo de León, mercader y dueño de las casas allí ubicadas; la Plaza de Silos, conocida también en lo antiguo por Plazuela de Pastrana y cuyo nombre actual se debe a 45 silos de la casa Panera de Pósito, instalada allí en 1710 y que aún conserva su portada, o la de Cruz de la Palma y la de Guarnidos que  forman un pequeño barrio en el arrabal de San Miguel.

 La calle Guarnidos ha sido durante años el corazón de esta zona cercana a la parroquia del arcángel. Una calle llena de vida y de comercios que, como todo el centro urbano, se ha visto abocada al cierre de muchos de ellos y a la pérdida de esa actividad que le daban sus vecinos y sus tiendas de barrio.

Hace unos días tuve la ocasión de pasar  por allí y si bien, la plaza de Silos, con su amplia explanada, donde en tiempo estuvo la comisaría de policía, ha sido asfaltada y reordenada para aparcamientos, la calle Guarnidos posee varios edificios en estado lamentable. Entre ellos me llamó la atención una casa, el número 12, con una interesante fachada, probablemente del siglo XVII, en estado ruinoso con un cartel anunciando la construcción de apartamentos.  Sobre dicha casa, Esperanza de los Ríos, en su cruzada para que Jerez no sea un ejemplo de patrimonio destruido, ya ha lanzado la voz de alarma. Una casa de tipología mudéjar con un cartel en el que no se  habla de rehabilitación de la vivienda ni de nada parecido que pudiera dar confianza en la conservación de lo que perviva en ella, solo se menciona  la “construcción”,  pura y dura de apartamentos.

La calle Guarnidos, que debe su nombre a la familia de dicho apellido que allí vivía, contiene algunos edificios interesantes bien conservados, como el número 9 que le hace frente, con sencilla fachada pero espléndido patio del XVI con arcos de medio punto y columnas de mármol, recientemente restaurado.

Guarnidos viene de guarnir, y guarnir de guarnecer. Guarnecer tiene varios significados, entre ellos el poner adornos, colgaduras u otras cosas que sirven de complemento o el   cubrir una pared o fachada con una capa fina de yeso, cemento u otro material, o pintarla,  para mejorar su acabado. Ambos significados le vendrían bien a esta casa con el fin de garantizar su conservación y evitar que siga su deterioro. La crisis de la construcción ha paralizado muchas de estas actuaciones y en algunos casos ha servido para evitar males mayores.

Continuando con las obras de adecentamiento que se han emprendido en la zona aún estamos a tiempo de salvar esta casa y mejorar el aspecto de toda esa parte de la calle Guarnidos tan deteriorada, antes de que tengamos que cambiarle a la calle el nombre de Guarnidos por el de “Guarníos”.  
           (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo  16 de marzo y al día siguiente en VIVA JEREZ)

Fotografía del ayer de la calle Agustinos desde la esquina de Rodrigo de León.

miércoles, 12 de marzo de 2014

OLOR A SEMANA SANTA


 
 
Juan Delgado Alba fue un destacado abogado y cofrade sevillano, dejó para la historia de la hondura de la Semana Santa  su implicación en aquella memorable colección sobre temática cofrade que la Biblioteca de Ediciones Andaluzas editó allá por 1982. El primer tomo, el mejor de todos, titulado “en la aurora de cada primavera”, Delgado Alba, como director literario de la obra, derrochando todo su florida oratoria plasmada en brillante literatura, honda y expresiva, de profunda religiosidad, donosa en el decir, amiga del detalle curioso y de la anécdota desconocida, como lo definió Sánchez Dubé, supo describir, como nadie, este tiempo de vísperas en el que hemos entrado y que nos llevará, irremediablemente, a una nueva Semana Santa.

“Un  día, alguien, dice lo que de pura verdad, se hizo tópico. –Ya huele a Semana Santa. Y es verdad lo que decimos. De pronto, aquel día, a lo mejor en un minuto concreto de aquella hora determinada, en la ciudad ha comenzado a oler a Semana Santa. No se piense que es porque los naranjos callejeros hayan repicado con más fuerza las blancas esquilas de los azahares o porque, allá en las alturas de las azoteas, los capullos de los claveles sembrados en macetas de barro o metalgrafiados latones de aceite, aceituna o zotal, hayan reventado como cuajarones de roja sangre olorosa a clavo, que es algo como oler a pasiones profundas y desenfrenadas. No; no crean que por solo algo de eso la esquina, la barreduela, el atrio del templo o el zaguán de la casa huelan ya a Semana Santa. Ni el azahar, dulzón como confitura monjil, ni tampoco, el clavel, ácido como especiera morisca, son culpables en solitario. El olor a Semana Santa, podríamos decirlo – y no nos equivocaríamos-  viene porque si”.

Y es verdad, lo que dice Delgado Alba, el olor a Semana Santa llega porque si, se recibe pero no se puede explicar. Jerez, estos días, ha empezado a oler a Semana Santa  y no solo por el azahar o el incienso que se escapa por las puertas de los templos mezclado con la cera derretida, es, también, los olores de la propia ciudad, de sus fachadas y tejados, el olor de su asfalto y el de la tierra seca de sus jardines. Es el olor de esa primavera que, poco a poco, nos empezará a envolver mezclada con las esencias de esta tierra. 

Dicen que el olor es la sensación resultante de la recepción de un estímulo por el sistema sensorial olfativo. El término indica tanto la impresión que se produce en el olfato, como lo que es capaz de producirlo. Es una propiedad intrínseca de la materia. El olor es el objeto de percepción del sentido del olfato. Dicen también que el olor se genera por una mezcla compleja, pues será por eso, por esa mezcla de cosas que un día, sin esperarlo, se produce en la ciudad lo que hace que todo huela diferente. Es como un milagro que se da solo cuando la primavera llama a la puerta, cuando la luz se impone sobre los grises del invierno, cuando ya todo es distinto.

Jerez empieza a oler distinto, la ciudad se convierte ya en una gran perfumería de agradables aromas que  nos envuelven mucho más allá del tópico. Salgamos, si no, a la calle y dispongámonos a disfrutar de este tiempo de vísperas que, sin saber porqué, nos anuncia, cuando menos lo esperamos y en el lugar más insospechado, un cierto olor a Semana Santa. 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 9 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Los últimos olores de la Semana Santa llenaban los desaparecidos jardines del Monte antes que la procesión del Santo Entierro se recogiese en la ermita del Calvario.
 

  

 

martes, 4 de marzo de 2014

EL LLANTO DE LA GUITARRA


 
No hay nada más auténtico para un andaluz que una tarde de primavera, en un patio con rejas y macetas, con fondo musical los sonidos de una guitarra entremezclados con el llanto del chorro de una fuente. Dicen los expertos que la guitarra flamenca, posee menos sonoridad que la guitarra española de concierto, su sonido sin embargo, es más brillante, su ejecución es rápida y ágil.

La muerte de Paco de Lucía ha envuelto de llanto a la guitarra flamenca. Aún resuena en el coso de la calle Circo jerezana la sonoridad del genio de Algeciras en aquel conciertoMágica noche en la plaza de toros con Paco de Lucía de 2010 donde, según las crónicas del momento, el artista llegó, vio y venció. El guitarrista, que ya había conquistado con su arte a Jerez, hace ya varias décadas, reafirmó aquella noche la importancia de su figura dentro del mundo del flamenco.

Jerez, ha visto nacer a guitarristas de la talla de El Poeta que, con su estilo de toque agresivo, preciso y muy dinámico, grabara con Mairena, Chocolate, La Sallago y en solitario. Javier Molina aquel que empezó a los ocho años acompañando a un violinista ciego en su pueblo, a los doce años ya enseñaba la guitarra y después de recorrer toda España se dedicó a dar clases en su ciudad natal. Sus discípulos Juan Moreno “Moraíto”, padre de Moraíto Chico, cuyo toque resumía la tradición jerezana. Su hermano Manuel Morao, durante muchos años acompañando al cante de Terremoto, La Paquera, La Perla de Cádiz, Juan Talega y Antonio Mairena. La maestría de Parrilla de Jerez o.Perico el del Lunar que empezó tocando en Jerez, y se trasladó a Madrid en 1920 donde trabajó como primer guitarrista del colmao Villa Rosa pasando  a trabajar en el tablao madrileño Zambra como primer guitarrista, ocupando este lugar hasta su muerte.

Jerez, que sabe de flamenco y al que Paco de Lucía respetaba tanto por ello hasta el punto de manifestar en más de una entrevista que aquí, en Jerez “está la esencia, el cogollo del flamenco”, se volcó aquella noche con el genio algecireño.

Esta historia de sonoridad, resonancia, ruido, son, sonsonete, soniquete, ecos,  ronquidos, susurros, y  voces, es la historia de un testarudo sobresalto que dura cinco siglos; es la historia también del desencuentro entre una cultura secularmente nómada y una cultura sedentaria, generalmente recelosa, frecuentemente autoritaria y a veces inmisericorde; y, finalmente, es la historia de una lágrima duradera que se transformará, a finales del siglo XVIII y desde la prodigiosa y milenaria tradición musical andaluza, en una de las músicas más bellas de la tierra, en una de las músicas más llenas de consuelo y de desconsuelo que han inventado el genio, el dolor y la memoria de los hombres: la música flamenca y, dentro de ella, el virtuosismo sobrecogedor de un toque de guitarra como los que nos dejó tantos grandes guitarristas como Paco de Lucía.

Hoy más que nunca, por Paco de Lucía, se hacen presente aquellos versos que Lorca dedicó a la guitarra en su libro El poema del cante jondo:Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla.  Llora por cosas lejanas. Arena del Sur caliente que pide camelias blancas. Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama. !Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas”.
 (Artículo publicado en información Jerez el pasado domingo 2 de marzo de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
El jerezano Javier Molina.
 

 
 
 
 

"Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962"."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962"."Para Paco de Lucía es todo un orgullo venir a Jerez y no había venido antes por pura responsabilidad de pisar esta tierra, a la que le tiene mucho respeto, por ser una de las cunas del flamenco", cuenta una persona cercana al artista. La organización no ha adelantado los puntos de venta de las entradas, que se indicarán en una rueda de prensa que el Ayuntamiento ofrecerá en los próximos días con toda la información del concierto.

Haciendo un poco de historia, y según cuenta el flamencólogo Juan de la Plata, "es verdad que Paco de Lucía hace muchísimos años que no actúa en Jerez, aunque no será la primera, ni la segunda vez que lo habrá de hacer, en nuestra ciudad". La primera vez que Paco de Lucía hizo un solo de guitarra ante el público jerezano, lo hizo a instancias de De la Plata, cuando aún era un desconocido total, en el antiguo cine terraza Tempul, allá por los años sesenta, que fue cuando luego compondría su tema 'Tempul', recordando aquella noche, en que había venido acompañando a Fosforito "y éste me habló de las habilidades del muchacho, sugiriéndome que le pidiera que hiciera un solo", cuenta el presidente de la Cátedra de Flamencología.

La segunda vez fue en 1970, en la sala Pescadería, entonces salón de actos de la Academia de San Dionisio, cuando la Cátedra le concedió el Premio Nacional de Guitarra.

Otra ocasión posterior sería en concierto, en el primitivo pabellón de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, en el Parque González Hontoria. "Pero a este concierto no fueron más allá de 20 personas - yo entre ellas- , debido a la nula publicidad que se hizo del evento. Ya entonces el guitarrista comenzaba a valorarse", cuenta Juan, que recuerda que fue aquí "donde arrancó su incipiente fama, después de que se diera a conocer de la mano de la Cátedra. Aunque, en honor a la verdad, junto a su hermano Pepe, con quien formaba un dúo bajo el nombre de 'Los Chiquitos de Algeciras', recibió un premio en un concurso que hizo el Ayuntamiento, en tiempos del alcalde García-Figueras, en 1962".