miércoles, 31 de diciembre de 2014

EL 15


 
Estamos próximos ya a acabar el año 2014 y pronto entraremos en el 15. El número 15 tiene su historia y significado. Hacían falta 15 fuegos para establecer una sinagoga. Hacían falta 15 miembros de las comunidades cátaras para formar una capilla. Es la constante mágica de un cuadrado mágico de 3 × 3. En juegos de azar es conocido como la niña bonita, por aquello de la edad propia de la niña que se hace mujer y la belleza que ello conlleva.

Para Jerez el año 2015 es el del bicentenario del nacimiento de un personaje de relevancia para la historia local, Manuel Misa y Bertemati, Marqués de Misa y Conde de Bayona, bodeguero y Senador del Reino, propietario de una de las bodegas más importante de su época y gran benefactor de la ciudad ya que gracias a su generosidad se pudieron acometer obras y reformas muy necesarias. 2015 será también el año del centenario del nacimiento en Jerez del prolífero poeta Juan Ruiz Peña, académico correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua. Ambos tienen calles dedicadas en Jerez. Y 2015 será también el año del centenario de la muerte de otro jerezano ilustre, el sacerdote , académico y escritor Luis Coloma y Roldán, el insigne Padre Coloma, gloria de las letras españolas que en nuestra ciudad tiene dedicado un Instituto de Enseñanza y levantado un busto en la plaza del Arroyo.

Son efemérides a recordar en este año 2015, que además nos trae a la memoria que hace justamente un siglo, en el año 1915, dada la fertilidad de las tierras de Caulina y aprovechando la entrada en servicio del nuevo pantano de Guadalcacín, se establece en estos parajes la colonia de Caulina, dividiéndose en 75 parcelas. Años más tarde, en 1927, la colonia contaría con 432 colonos, un colegio, una iglesia y terrenos para las prácticas agrícolas.

Empieza el 2015 y acaba, por tanto, un año, el 2014, que en esta columna semanal de “Jerez intramuros” ha tenido fiel reflejo de cuanto ha deparado el devenir cotidiano de la ciudad. La Navidad jerezana, la Ciudad Europea del Vino, la nobleza local y la Casa de Alba, el monumento a Parrilla, las condenas judiciales, las efemérides cofrades, el 750 años de la reconquista cristiana, el protagonismo del Mamelón, la vuelta ciclista a España, el ébola y los religiosos de San Juan de Dios, la inversión en el patrimonio, los 150 años de la Cruz Roja, el nuevo rey y la relación de la monarquía con Jerez, la Carrera Oficial desde la plaza Aladro y la muerte de Paco de Lucía han sido, en resumen los temas tratados en esta columna semanal. 15 asuntos para resumir los cincuenta artículos publicados en este 2014 en “Jerez intramuros”.

2014 es ya un año viejo y en puertas tenemos un 2015 que esperemos sea tan bonito como la niña quinceañera que le ha dado fama. Esperemos que nos traiga nuevas glorias para nuestras letras, viviendas, trabajo y fertilidad en los campos; transparencia y honorabilidad para nuestros políticos y gobernantes, soluciones a los problemas municipales y, especialmente, salud, paz y bienestar para todos, será señal de que el 15 nos ha traído suerte. Feliz y próspero año nuevo  y, como en la canción de Rosana, que este 2015 nos vaya a todos bonito, mis mejores deseos para que en la vida se recoja lo que siempre está bueno.
 
(Artículo publicado el pasado domingo 28 de diciembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Manuel Misa y Bertemati. Hijo Adoptivo y Predilecto de Jerez, cuyo bicentenario de su nacimiento será en el año 2015.
 

 

miércoles, 24 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD

        Un año más, como cada 24 de diciembre y en el renovado Nacimiento del Señor, mis mejores deseos de PAZ y FELICIDAD para todos los seguidores de este blog. Eduardo Velo.


Mi Belén familiar 2014.

martes, 23 de diciembre de 2014

EL INICIO DE LA NAVIDAD


 
 
Por mucho que hace ya unos días las zambombas hayan dado el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas, tradicionalmente la Navidad comienza con el soniquete de los niños de San Ildefonso cada 22 de diciembre. Este sorteo extraordinario de lotería es para la Navidad como las palmas de la Borriquita para la Semana Santa, que por muchas procesiones, marchas e incluso nazarenos que haya antes la Semana Santa no empieza hasta que Jesús entra triunfalmente en Jerusalén, rodeado de niños con palmas en sus manos y, también, cuando voces de niños del Oratorio Festivo nos recuerdan que ya  es Domingo de Ramos por la plaza de las Angustias. 

La Navidad se inicia la mañana del 22 de diciembre cuando en todos sitios suenan esas voces que deberían declararse bien de interés cultural por lo unidas que están ya a las fiestas navideñas y la tradición en España.  Dicen que el origen de la lotería de Navidad se remonta a la época de las Cortes de Cádiz, cuando el ministro de la Cámara de Indias pensó en ella como “un medio para aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes”. El primer sorteo se celebró el 18 de diciembre de 1812, festividad de la Virgen de la Esperanza. Recibió el nombre de ‘Lotería Moderna’, para diferenciarla de la ‘Lotería Primitiva’ iniciada por el Marqués de Esquilache. El nombre de ‘Sorteo de Navidad’ no llegó hasta el 23 de diciembre de 1892 y cinco años después esta denominación ya aparecía impresa en los boletos.

Desde el primer sorteo, fueron los niños de San Ildefonso los encargados de cantar los números, que hasta 1913 estaban impresos en papeles. A partir de esta fecha, se implantó el sistema de bombos y bolas de madera que se sigue utilizando hoy. En la actualidad, todos los 22 de diciembre la ilusión irrumpe en los hogares españoles gracias al sorteo extraordinario de Navidad, cuyo premio máximo tiene un valor de 4 millones de euros.

Atrás quedó aquel soniquete de las cincuenta mil pesetas de nuestros recuerdos infantiles y que repetían una y otra vez como el beben y beben de los peces en el río. Era el inicio de unas vacaciones que entonces nos parecían eternas, era la mañana de la mesa llena de papeletas para que los niños fuésemos comprobando los premios, de adornos de espumillones y Nacimientos tradicionales con serrín, casitas de corcho, paisajes de papel y figuritas compradas en La Malagueña de la calle Algarve. Navidad que en nuestro Jerez se decoraba con un gran árbol en la “Rotonda de los Casinos” con su portal de Belén en la base, de un paragua de luces en el Gallo Azul reflejado en los escaparates de la confitería La Esperanza y de los tradicionales Nacimientos de San José, Bancobao, Sanatorio, Marianistas, Beaterio y algunos más en casas particulares.  Una Navidad que, como la de ahora, también inauguraban los niños de San Ildefonso pero mucho menos consumista y más entrañable y familiar.

El sorteo extraordinario de Navidad de la lotería nacional marca el inicio de unas nuevas fiestas navideñas. Mucho han cambiado las cosas desde que aquel ministro de la Cámara de Indias se le ocurriese hacer algo para aumentar los ingresos del Estado sin quebranto del contribuyente, pero lo que no ha cambiado es ni la ilusión ni el auténtico mensaje de la Navidad, que es lo que verdaderamente da sentido a todo esto.
 
 (Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 21 de diciembre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 
 
Navidad en Jerez a mediados del pasado siglo XX
 

 

 

 

martes, 16 de diciembre de 2014

EL VILLANCICO DE ANTONIO


 
 
Cuentan que las primeras composiciones que pueden denominarse con el nombre de villancico surgieron hacia la segunda mitad del siglo XV como una evolución de formas musicales populares mucho más antiguas. Su nombre tiene probablemente su origen en que se trata de composiciones de naturaleza popular, cantadas por los villanos o habitantes de las villas, generalmente campesinos u otros habitantes del medio rural. Eran cantados en fiestas populares, originariamente sin temática específicamente religiosa, y los principales temas eran los acontecimientos recientes del pueblo o la región. El género se amplió posteriormente hasta incluir temas de diverso tipo.

Las composiciones basadas en la Navidad tienen un origen muy antiguo. Una de las más antiguos que se conservan es Veni redentor gens, himno atribuido a San Ambrosio de Milán (340-397).Hay quien nos cuenta también como miembros eclesiásticos vieron en este tipo de canción sencilla y pegadiza la forma perfecta para divulgar su mensaje evangelizador, por lo que empezaron a adaptarse numerosas coplas con motivos religiosos y, sobre todo, con sencillas cantinelas relacionadas con el nacimiento de Jesús y la Navidad (cabe destacar que la Iglesia ya tenía desde mucho antes sus propias composiciones musicales, pero la forma del villancico les iba la mar de bien, al tratarse de canciones sencillas, rima fácil y letras pegadizas que podías ser memorizadas por cualquier persona).

Este tipo de villancico se popularizó rápidamente, convirtiéndose en canciones ampliamente interpretadas en las iglesias durante los oficios religiosos y que después eran cantadas por el pueblo en sus reuniones familiares, siendo una manera rápida y eficaz de llevar a muchísimas más personas el mensaje del evangelio. Finalmente el villancico quedó en la memoria popular como un género de canción específica de la Navidad, pasando a denominar por extensión a toda canción de temática navideña sea o no religiosa.

Pues bien, nos lo contaba el pasado martes el párroco de San Pedro, hay un villancico, netamente jerezano, que creó el genial Antonio Gallardo y popularizó María José Santiago, es el llamado “Carita divina”. Un villancico con un gran sentido evangelizador que el poeta se inspiró viendo la imagen del Señor de la Coronación de Espinas en su capilla de los Desamparados y que quiso ofrecerlo como un homenaje al barrio donde naciera. Antonio Gallardo Molina vino al mundo en 1925 en la calle Antona de Dios, número 23, casi al lado de la parroquia del apóstol, donde se crió y disfrutó desde niño del flamenco y la copla, convirtiéndose en uno de los más importantes autores y compositores de letras y melodías flamencas.

De sus profundas convicciones religiosas brotó aquel villancico que nos adelanta cada año la Semana Santa a los días navideños, que nos huele a pestiños de La Holandesa, a calle Bizcocheros y a Antona de Dios, a Domingo de Ramos y a Viernes Santo, que nos habla de coronas de espinas y de una cruz. Un villancico que es como el himno del barrio cada vez que, en estos días de zambombas y alegrías nos recuerda que envidia tiene la fuente del color por su carita divina aunque estemos viendo en la frente de mi Dios una corona de espinas y todo ello, mientras, en la parroquia, María le sigue dando cobijo y cubriéndolo con su manto para que no vea su Hijo la tarde del Viernes Santo. Una composición de naturaleza popular de un hombre de Fe que supo ver en las dos Hermandades del barrio que le vio nacer  toda la grandeza de la Navidad.
 
(Artículo publicado el pasado domingo 14 de diciembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
La cantante jerezana Mª José Santiago fue la que popularizó el villancico de Antonio Gallardo "Tu carita divina"
    

lunes, 8 de diciembre de 2014

RECORDANDO AL PADRE CARVAJAL


 
En las vísperas de la festividad de la Inmaculada estamos. En nuestra ciudad ya no contamos ni siquiera con quienes fueron paladines de la pura y limpia Inmaculada Concepción, la Orden Franciscana. Los franciscanos estuvieron siempre  en vanguardia de la defensa inmaculista de la Virgen y batallaron por todos los medios en pueblos y ciudades, en colegios y universidades hasta la gloriosa efemérides marianas en el que el Papa Pio IX, el 8 de diciembre de 1854, proclamara dogma de fe dicho privilegio de la Virgen.

La ciudad de Jerez de la mano de los frailes del convento de San Francisco, se convirtió en adelantado mayor de las prerrogativas de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia.  Como escribió el franciscano Estebán  Ibañez, con todo derecho puede campear  en el escudo xereciense el título de defensora de la llamada “creencia concepcionista”.

Y abanderado del movimiento concepcionista fue el célebre teólogo fray Luis de Carvajal, guardián que rigió los conventos de Sevilla primero y luego de Jerez, al que la Orden, por sus grandes dotes, envió al Concilio de Trento, donde dejó claras pruebas de su saber y elocuencia.

No en todas partes tuvo buena acogida  el Padre Carvajal hubo de sufrir expulsiones y persecuciones  por defender  el misterio concepcionista, en sermones y escritos.  Había fundado en Jerez la Cofradía de la Concepción y pocos años más tarde inició la espléndida capilla, que aún podemos admirar a los pies del templo franciscano.

Si bien algunos historiadores le dan por nacido en Jódar (Jaén) Parada y Barreto le declara jerezano de cuna, de familia de distinguida nobleza y prosapia.

El Padre Carvajal empleó todos sus esfuerzos para que Jerez contara con una suntuosa capilla en honor de la Inmaculada Concepción de María. En 1550 consigue que se haga realidad a expensas de la ciudad, de sus cofrades y de números devotos, entre los que se encontraba el magistral de la Colegial don Alonso Caballero que donó para que la presidiera, la imagen de Nuestra Señora de la Concepción, ante la que autoridades, religiosos de distintas órdenes y pueblo jerezano, rompiendo diques, emiten en 1617 solemne juramento y voto de sangre de defender el glorioso privilegio de María. Dicho voto lo refrenda el cabildo municipal en 1670, acordando asistir con todos los honores a San Francisco, todos los días de la octava; y se renueva en 1904, cincuentenario de la definición dogmática; en 1917, tercer centenario del voto de la ciudad y en 1954, primer centenario del dogma concepcionista. Este devoto y brillante acto de afirmación pública mariana continuó celebrándose hasta el año 1976 en que los Cabildos eclesiástico y civil de la ciudad acordaron su supresión.

La Hermandad o Cofradía concejil de la Concepción dejó de existir el 25 de diciembre de 1777, pasando a la comunidad de San Francisco la propiedad y derechos patronales que la ciudad tenía sobre dicha capilla, siendo entonces guardian del convento el fray Antonio Esquivel.

Mucho queda por decir del fervor inmaculista jerezano. Innumerables motivos encontramos en su historia, en sus templos, en sus manifestaciones religiosas. Muchos siguieron también las huellas de aquel venerable Luis de Carvajal, definido por Rodrigo de Molina como gloria de la Orden Franciscana, lumbrera del Concilio de Trento, abanderado de la pura y limpia en Jerez, al que esta ciudad honró dedicándole una calle para perpetuar su memoria, una memoria que, cercano ya el cuarto centenario del voto concepcionista de la ciudad, se hace aún más presente.
 
(Artículo publicado ayer domingo, 7 de diciembre de 2014, en INFORMACIÓN JEREZ)
 
Fotografía antigua de la portada del templo jerezano de San Francisco
 

jueves, 4 de diciembre de 2014

EVORA TOMA EL RELEVO


 
 
 
El pasado lunes se procedió a la proclamación de la ciudad portuguesa de Reguengos de Monsaraz, como nueva Ciudad Europea del Vino,  relevando a Jerez en el título.

Reguengos de Monsaraz se encuentra al sureste de Évora la capital de la provincia, en la región de Alentejo en Portugal. La calidad reconocida  a nivel nacional  e internacional  de  sus vinos ha asumido un papel de gran importancia en los últimos años. El vino y la loza decorada son inseparables de la imagen de este municipio alentejano que tiene en la ciudadela de Monsaraz la joya del patrimonio municipal.  Cabeza de partido de un municipio formado por cinco pueblos, Reguengos de Monsaraz está limitado, al sudoeste por el río Guadiana. En lo que a artesanía se refiere, destacan como principales actividades la tejedura, sobre todo de las mantas de Reguengos con dibujos característicos, y la cerámica de S. Pedro do Corval. Monsaraz es el pueblo más antiguo del municipio de Reguengos y conserva sus características ancestrales de cerro fortificado. En el extremo opuesto a la Puerta de la Villa se alza el castillo, de planta pentagonal. Las calles del pueblo están estructuradas en función de ejes ortogonales, en un ordenamiento poco común en las urbanizaciones medievales.

La relación de Jerez con el sur de Portugal viene de la época de la Reconquista cuando Alfonso el Sabio repartió fincas a caballeros del Algarve portugués que le acompañaron en su gesta frente al ejército musulmán. El barrio primitivo del Algarve jerezano debió ser más extenso de la calle que hoy lleva este nombre, añadiéndole incluso las callejuelas adyacentes, ya que en el repartimiento de 1266, se inscriben en él un total de 85 cabezas de familia. Con respecto a la cercana calle Évora  se tiene dos teorías. La primera de ellas, de igual forma que en la calle Algarve, por la llegada de muchos habitantes de la ciudad portuguesa de Évora y que se asentaron en esta zona de la ciudad. La segunda teoría, que defiende el archivero Agustín Muñoz, hace referencia a los vecinos que habitaron en la calle desde la Edad Media, todos con el apellido Évora, lo cual provocaría que en Jerez se conociese a esta vía como la calle de los Évora, hasta su reducción al nombre actual. Lo cierto que ambas nomenclaturas nos vienen a recordar unas zonas del sur de Portugal caracterizadas por su actividad comercial, algo similar a lo que ocurre con estas dos vías jerezanas, donde desde antaño se han establecido comercios y establecimientos que han dado vida y mucha actividad a su tránsito diario.

La asociación entre las comarcas vinícolas portuguesas más famosas como Oporto o Madeira con Jerez es universalmente conocida, una relación que ahora con este testigo que los jerezanos damos a la localidad de Reguengos de Monsaraz en la provincia de Évora, viene a ampliar aún más esas históricas relaciones entre Jerez y Portugal, especialmente en la que el cultivo de la vid se trata.

Reguengos de Monsaraz en la región del Alentejo, junto a la bella ciudad de Évora, al Sureste de Portugal, al límite de Extremadura y de la provincia de Huelva, con su plantación de viñedos es, con este nombramiento, un reclamo atractivo para los amantes del vino. Sus uvas blancas esperan ya el paso del tiempo para con la preparación y cuidado exquisitos que les caracteriza, tanto del terruño como de la viña, ofrecer esos caldos que le han hecho acreedores de ser Ciudad Europea del Vino 2015.
 
(Artículo publicado el pasado domingo 30 de noviembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ  y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Jerez, fotografía retrospectiva de la calle Évora.
 

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

RANCIO ABOLENGO


 
 
La muerte de la duquesa de Alba ha traído a primera línea de la información todo lo que rodea a la nobleza y la aristocracia. Jerez, la ciudad con más títulos nobiliarios de la provincia de Cádiz, cuyas familias de rancio abolengo hunden sus raíces en el elenco de la nobleza española, ha estado unida a la Casa de Alba por medio de lazos familiares y de relaciones comerciales, en especial en lo que atañe al mundo del campo y sobre todo de las artes.

De rancio abolengo es el Marquesado de Casa Villavicencio, un título nobiliario creado por el rey Felipe V a favor de Lorenzo Villavicencio y Negrón. Esta familia ha estado desde el siglo XIII permanentemente ligada a Andalucía y más concretamente a la ciudad de Jerez de la Frontera. Miguel Fernández de Villavicencio, acompañó al rey Fernando III el Santo en la toma de Jerez de la Frontera, y fue uno de los que obtuvo repartimiento de tierras en su término. Por problemas políticos perdió el señorío de Villavicencio, por lo que se radicó definitivamente en Jerez donde sus descendientes siempre fueron relevantes en la ciudad regentando casi perpetuamente el puesto de Regidor y siendo también Caballero Veinticuatro.

El marquesado de  Casa Vargas-Machuca es otro de los linajes históricos de Jerez. Concedido por Carlos III a Pedro de Vargas-Machuca y Dávila, descendiente del célebre Caballero Veinticuatro de Jerez de la Frontera Diego Pérez de Vargas, que adquirió el sobrenombre de Machuca en el reinado de S. Fernando. Otro, también histórico, es el marquesado de Mirabal, creado por Felipe V para el jerezano Luis de Mirabal y Espínola como premio a los méritos y servicios prestados, especialmente por el desempeño del cargo de embajador en los Estados Generales de Holanda y por el de Presidente del Consejo de Castilla. El Marquesado de Villapanés  fue creado por el rey a favor de Juan Lorenzo Panés y Condan, de origen genovés, naturalizado en 1689 desde Jerez de la Frontera donde ejerció el comercio con América como cargador a Indias.


             También históricos son los Condados de Casares concedido por Fernando el Católico en 1493 a Rodrigo Ponce de León, I Duque de Arcos. El de Montegil que el rey Carlos II otorgó a Bartolomé Benito Dávila y Flores, Caballero Veinticuatro de Jerez o el de los Andes, creado por el rey Fernando VII para premiar la labor desarrollada en el Perú por el virrey José de la Serna y Martínez de Hinojosa, jerezano de nacimiento.

            Títulos nobiliarios muy unidos a nuestra ciudad que, en los siglos XIX y principios de XX,  coincidiendo con los años del esplendor comercial de Jerez, se le sumarían  muchos más: Torresoto, Bonanza, Domecq, Garvey, Real Tesoro, Mochales, Moral de Calatrava, Peraleja, Salobral, Algar del Campo, Almocadén, Bertemati, Bayona, Mérito, Misa, Casa-Pavón, Casa-Bermeja... y tantos otros que marcaron una época de la historia local.

            Jerez conserva aún su elenco de títulos nobiliarios pero ya no demasiado potentes a nivel económico como lo fueron en su época. La imagen de antaño, de unos nobles con privilegios, es ya una foto en sepia, ya que para muchos para lo único que sirve el título es para pagar más impuestos. Frente a la antigua ostentación del rancio abolengo, en estos tiempos el origen noble suele reservarse para el ámbito privado, de palacio para adentro, aunque aquí en Jerez la mayoría de los palacios no solo perdieron hace tiempo su abolengo sino incluso, también, lo poco de rancio que le quedaban.
         (Artículo publicado el pasado domingo 23 de noviembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Boda de abolengo celebrada en Jerez en el año 1922.
 

 

martes, 18 de noviembre de 2014

CASA-MUSEO


 
 
De un tiempo a esta parte, las cosas han cambiado. Las casas y fundaciones han desempolvado sus fondos, han modernizado sus instalaciones museísticas, han puesto al día la gestión de su patrimonio y archivos y se han profesionalizado. La casa se abre a los visitantes para que avancen en el conocimiento de la realidad que atesoran. En muchas ciudades las casas singulares son museos que salen al encuentro de esa misma sociedad a través de rutas que amplían el espacio museístico y se convierten en referentes y focos de irradiación cultural en el ámbito social en que están instaladas.

Por otro lado los tesoros, conocidos así en el ámbito de los edificios religiosos católicos, suelen consistir en colecciones museadas en las que abundan los ornamentos litúrgicos y los objetos de culto de materiales nobles. Con origen en la acumulación de objetos valiosos que ostentó la Iglesia durante la Edad Media, los tesoros proliferaron especialmente en la Europa cristiana, consolidando un patrón museístico de primer orden que encontró acomodo en dependencias tan dispares como criptas, salas capitulares, sacristías, etc. En todo caso, los tesoros se constituyeron como un elocuente método de prestigio de unas órdenes religiosas, de unas diócesis, para la atracción turística, como lugares de peregrinación y, también, para las propias localidades donde se ubicaban.

Hace unos días la Hermandad jerezana del Santo Crucifijo ha anunciado que pondrá en marcha, en su Casa de Hermandad, un museo permanente que enseñará tanto el patrimonio de la cofradía como otros elementos de interés, desde el punto de vista histórico o artístico. No se tratará de un museo al uso o una mera exposición de enseres. Se piensa en una instalación moderna con nuevas tecnologías que introduzca al visitante en el contexto en el que los elementos que verán tienen su razón de ser. Una iniciativa, desde luego interesante, por cuanto supone poder mostrar a los visitantes todo ese tesoro que las Hermandades han ido acumulando, fruto de la Fe y la devoción, durante siglos y que, en la mayoría de los casos solo puede contemplarse una vez al año.

Desde la ciudad de Málaga, que en esto del turismo y los museos de las cofradías ha avanzado bastante, se dice que a diferencia del museo convencional en los museos cofrades  hay que poner al público en contacto con los objetos y en situación de poder asimilar los mensajes contenidos en ellos, sus significados y la trascendencia de los mismos. El patrimonio que se guarda no solo en las Casas de Hermandad sino también en otras propiedades particulares, como mansiones y palacios incluso en entidades culturales merece ser compartido y rentabilizado para el beneficio de todos, jerezanos y visitantes.

La materia prima está, solo es necesario que se articulen las fórmulas para que todas esas casas-museos que actualmente permanecen cerradas al público en general, en atractiva ruta, puedan abrir sus puertas mostrando toda esa riqueza patrimonial que permanece escondida en vitrinas y expositores. En mano de particulares, instituciones y también de la administración está la llave que abra esas casas que son ya de por sí auténticos museos.
 
(Artículo publicado el pasado domingo 16 de noviembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Candeleros y jarras pertenecientes al tesoro de la Basílica de la Merced.
 

 

 

martes, 11 de noviembre de 2014

PARRILLA


 
Lo conocí en la cama del hospital Juan Grande, cuando ya la enfermedad le había hecho aparcar los toques de su guitarra y esas coplas de Nochebuena, por cuya recuperación tanto luchó, empezaban a sonar en los altavoces callejeros.  Aquellas Navidades de hace una década mi padre batía sus últimas batallas y en una habitación cercana a la suya dejaba pasar las horas la genialidad de Manuel Parrilla mientras su guitarra permanecía muda, guitarra de astillas de amor como tantas veces cantara Juan Pardo.

Cada vez que, cruzando el pasillo del hospital, lo veía allí en la cama, en silencio, sin el toque, sin el cante y sin el baile que tantas veces le había acompañado pensaba en lo injusto que es acallar el talento, ese arte singular que solo se da en los escogidos pero que en la crudeza de un hospital  se apaga y se anula como el eco en la lejanía.

Mi amigo Juan Antonio Benítez me tenía al tanto de su evolución, de sus leves mejorías,  de sus avances en la enfermedad pero ¿y la guitarra? Sin la guitarra la figura del artista quedaba mutilada, el último eslabón de una saga de flamencos históricos quedaba incompleto.  Dicen que para el guitarrista la guitarra termina de decir lo que él ya no puede, por eso a aquel enfermo le faltaba voz, acallaba un sonido al que siempre había estado unido.

 Manuel Fernández Molina, Parrilla, tenía entonces 60 años y mucho arte aún que derrochar. Había nacido el 21 de Septiembre de 1945 en la calle Campana de Jerez de la Frontera. Estaba emparentado con el mítico Frijones y era nieto de Juanichi el Manijero, además de sobrino del Sernita y de Tía Juana la del Pipa. Cada vez que lo veía, allí en su habitación, tan callado, tan resignado, no podía dejar de pensar en el artista, en su adorada Paquera, en tantos a los que acompañó como Lola Flores,  Tío Borrico, Terremoto o Sordera. Sus éxitos en el tablao de Los Canasteros, de Caracol o El Duende, de Pastora Imperio y Gitanillo de Triana. Pero sobre todo me acordaba de los villancicos, de aquellas coplas de Nochebuena que escuchaba cantar a mi madre cuando la salita de mimbres de mi casa se transformaba para acoger el Nacimiento y en las ondas de Radio Popular de Jerez empezaba a escucharse aquello de “Manolo, pa cantá”. Parrilla fue clave en la recuperación de los cantes populares de la Navidad jerezana, esas coplas que muy pocos conocían y ahora, gracias entre otros a Parrilla de Jerez, todos cantan.

Cuatro años después de aquellos días que compartimos en el Hospital Juan Grande Parrilla de Jerez nos dejó aunque su toque inmortal aún permanece como perenne recuerdo a su memoria. Esta semana se ha presentado el boceto de lo que será el monumento al genial guitarrista y que estará ubicado frente a la ermita de San Telmo. Fernando Aguado, su autor, ha sabido plasmar la impronta de su arte sumergido en la magia de una guitarra. Una escultura que nos recuerda aquello que decía Andrés Segovia: “Muevan su cuerpo levemente hacia adelante para apoyar la guitarra contra su pecho, la poesía de la música debe resonar en su corazón”.

El artista unido para siempre a una guitarra, aquella que tanto eché en falta en la fría y dura estancia de un hospital. Ahora sí, la presencia de esa guitarra podrá decir lo que él ya no puede.
 
(Artículo publicado el pasado domingo 9 de noviembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
 
 
Un jóven Parrilla de Jerez junto a su guitarra.
Arriba con su inseparable Paquera.
 

 

 

martes, 4 de noviembre de 2014

RECORDANDO A LOS FOSSORES


 
 
Llegada la festividad de los fieles difuntos vuelven las tradicionales visitas a los cementerios. Es un día muy especial para hacer memoria y recordar, junto con nuestros seres queridos que ya se marcharon, la meritoria labor que durante años realizaron en Jerez los Hermanos Fossores de la Misericordia en el cementerio de nuestra ciudad.

Esta institución religiosa, considerada como una de las más originales surgidas durante el siglo XX en el seno de la Iglesia, tuvo su origen en Guadix en el año 1952 y su fundador se inspiró en el Libro de Tobías (1,16-18) para crear una congregación dedicada a cumplir, de forma específica, las dos últimas obras de Misericordia: enterrar a los muertos y rezar por los vivos y difuntos. El 16 de julio de 1958, sería erigida por decreto episcopal como “Pía Unión”.

La nueva institución religiosa fue acogida con gran interés y admiración por el pueblo de Guadix y, debido a su originalidad e impacto social, la noticia no tardó en divulgarse por otras regiones de España. Pronto llegaron peticiones de distintos municipios que, a medida que se fue nutriendo de vocaciones y formando a sus nuevos miembros, fueron siendo atendidas de forma pausada y razonable. Así, a través de seis años (1953-1969) se fundaron hasta siete comunidades de Hermanos Fossores en otras tantas poblaciones: además de Guadix, entre ellas Jerez de la Frontera.

La de Jerez fue la segunda fundación de la orden y se llevó a cabo el 26 de agosto de 1959. Era Concejal Delegado de Cementerios y Beneficencia Manuel González de la Peña y Reyes que con Juan Pedro Domecq y Díez se pusieron en contacto con la Orden para que vinieran a Jerez, al nuevo cementerio de La Merced.

Agustín Sánchez Díaz,  que fuese delegado episcopal de los Hermanos Fossores de la Misericordia en un artículo publicado en la Revista Amanecer de la Parroquia del Sagrado Corazón de la Estación de Guadix en septiembre de 1959 escribió: “Siempre Jerez fue elegancia y caballerosidad, al Excmo. Sr. Alcalde y a todos cuantos hicieron posible la nueva fundación, siempre les conservaremos uno de nuestros más gratos recuerdos. El prestigio de la noble ciudad, Jerez, su sabia y clásica armonía, su estilo y sus grandes medios de difusión han llevado a la prensa y radio de innumerables países el nombre de la nueva institución”.

Después de 34 años en nuestra ciudad, de cuido del Camposanto, de servicio en los duros momentos de la muerte y de su labor de apostolado, el 25 de febrero de 1993, los Hermanos Fossores de la Misericordia  abandonaron definitivamente el cementerio de Nuestra Señora de la Merced. Con una misa oficiada por el Obispo Bellido en la pequeña capilla del cementerio, como única despedida - ya que ellos no quisieron ningún acto oficial- fray Hermenegildo y fray Tobías dijeron adiós Jerez.

En el Camposanto / como en su elemento / de noche y de día. / Con sol o lloviendo /están los fossores / en perenne asiento / velando los sueños / de los que se fueron. / Por eso yo cambio / de Bécquer los versos / pues no quedan solos / Dios mío, los muertos.

En este mes de los difuntos que ahora comenzamos el recuerdo a los Hermanos Fossores de la Misericordia plasmado en estos versos que publicó fray Tobías con motivo de la despedida. Aquel día, como predecían los versos becquerianos, si que se quedaron un poco más solos los muertos.
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ  el pasado domingo 2 de noviembre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Llegada de los Hermannos Fossores a Jerez.


Momentos de la despedida del cementerio jerezano.
 

 

 

martes, 28 de octubre de 2014

CURIOSOS ANIVERSARIOS


 
Son tiempos, estos que corren, de efemérides y celebraciones para distintas instituciones jerezanas. Una de ellas es el Centro de Estudios Históricos Jerezanos, que acaba de cumplir sus ochenta años de vida y que, con tal motivo, le ha sido concedida la más alta distinción de la ciudad de Jerez, su Medalla de Oro.  Entre los méritos que atesora esta  institución cultural jerezana encontramos su gran número de publicaciones sobre la historia local.

Pues bien,  en una de esas interesantes obras se recoge un manuscrito inédito, del año 1767, sobre las cosas notables ocurridas en Xerez de la Frontera desde 1647 a 1729, cuyo autor es Sebastián Marocho. Documento que poseía Manuel del Calvario Ponce de León  y Pérez de Aldarete y que sus herederos vendieron al señor Duque de T´Serclaes de Tilly. Afortunadamente, antes que saliese de Jerez,  fue copiado por  José Soto Molina y de esa copia se sacaron los textos para la publicación del libro.

Según se dice en su introducción poco se sabe del jerezano Sebastián Marocho, solo que estaba relacionado con la familia Villavicencio ya que en el año 1740 escribe – “Este año se hizo un nuevo cuartel  para caballería en las bodegas de mi señora la marquesa de Casa Villavicencio en las Atarazanas” y que puede referirse a los cascos bodegueros aún existentes tras la antigua mansión de la familia Gordon en la plaza San Andrés.

En su relato de acontecimientos nos habla de que hace 350 años, es decir en 1664, fue la fatal desgracia de los alemanes en Jerez que llegaron en número de mil cuatrocientos para socorro de la guerra de Portugal, se armó tal contienda en la plaza del Arenal que en dos horas mataron los jerezanos a cien alemanes y otros tantos heridos, los de aquí solo murieron tres. Uno de los fallecidos era primo de Mariana de Austria, madre de Carlos II, por cuyo motivo intentó vengar la muerte, principalmente con el Corregidor de la ciudad, mandando un juez, Sebastián Infante, con su escribano que se hospedó en la Cartuja y allí fue a verlo el Corregidor. Hallando en el zaguán al escribano le preguntó desde el coche: “Oye, ¿y Don Sebastián?” “Señor, dentro está- le respondió-. Lo llamaré” ”No lo llame dile que soy el Corregidor de Jerez y que esta es mi casa” ”Señor aguarde V.E.” ”No es menester más” y mandó andar. El escribano avisó al juez, el cual salió corriendo tras el coche del mandatario jerezano, recorriendo media ciudad y viéndose imposibilitado y agotado volvió a su posada dejando al Corregidor libre de causa. Un religioso de San Francisco sacó al Santísimo, sin que su divina presencia bastase a poner término a la refriega.

Otro hecho se produjo en 1715, próximo a cumplir los 300 años ya. Este año entró a ser Presidente de Castilla el jerezano Luis de Mirabal, por Corregidor de Jerez  Miguel Antonio de la Torre  y de administrador de Alcabalas y Millones N. Tortolero. Para el nombramiento de Corregidor el interesado había donado al administrador cuatro mil pesos. Enterado el Corregidor Diego de Herrero que había sido sustituido, le entregó al Rey los mismos cuatro mil pesos más treinta caballos, mandando el Rey que siguiera en el cargo y que Tortolero devolviese lo que le había dado Miguel Antonio de la Torre. Diego de Herrero continuó, por consiguiente, tres años más. En este tiempo se vendían los gobiernos. Hoy viendo el panorama comprobamos que no solo en aquellos tiempos pasaban estas cosas.
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 26 de octubre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Xeres de la Frontera en 1715.