Dicen que para muchos españoles, Cáritas se ha convertido
en un miembro más de sus familias. Algo mucho más valioso que una ayuda económica para pagar el alquiler
o la posibilidad de tomar una comida caliente al día. Cáritas es un lugar de especial acogida y acompañamiento a
las personas. Ese sostén material, espiritual y afectivo lo hacen posible los
miles de personas que trabajan para la
institución, pero sobre todo sus cerca de ochenta mil voluntarios. El voluntariado es una parte fundamental en el entramado de
Cáritas Diocesanas. En Jerez Cáritas cuenta con más de quinientos voluntarios
entre las diferentes Cáritas parroquiales. Muchas son las personas que dedican,
desinteresadamente, parte de su tiempo y de su trabajo para ayudar y socorrer a
los demás por medio de las distintas Cáritas parroquiales.
En el año
2011 Cáritas Diocesanas de Jerez llevó a cabo un reconocimiento público a la
labor de los voluntarios del arciprestazgo centro, homenaje personificado en
quienes tras muchos años ejerciendo su voluntariado, realizando la labor social
de Cáritas, se retiraban por distintos motivos, mayormente por cuestiones de
edad. Personas que, sin duda, han dejado huella en los corazones de todos/as,
tanto de voluntarios como de acogidos. Rosa María Romero Ibáñez de San Salvador
y San Dionisio, Manuel Soto de la Calle de San Mateo, Juan Terán Carreño de los
Descalzos, Margarita Fernández Torres de los Descalzos y Francisca González
Salguero de San Pedro, fueron los homenajeados y a los que se dedicó el
reconocimiento de gratitud a una labor, dedicación, y cariño con las personas
necesitadas.
Esta semana
nos ha dejado Paquita, Francisca González Salguero, la eterna vecina del barrio
de San Pedro, la alumna salesiana, la enfermera del desaparecido hospital de
Santa Isabel y compañera de ilustres doctores de grata memoria, la que cada
Semana Santa engalanaba sus balcones de su casa de la calle Bizcocheros para el
paso de la Coronación y de su Virgen de Loreto; pero sobre todo la directora de
Cáritas de San Pedro, a la que acudieron tantos vecinos del barrio solicitando
ayuda, la de los juguetes, siempre nuevos, para el día de Reyes, la de los
lunes en la parroquia atendiendo a cuantos llegaban a ella pidiendo no solo
colaboración material sino también un poco de consuelo y compañía. Lunes en San
Pedro, con Paquita, Cuqui, Lola y Pepi, con bolsas de comida en las manos
intentando que nadie se fuera sin algo para llevarse a la boca.
“Existe un
lunes en Jerez, junto a un templo parroquial, lleno de hambre y de sed, cargado
de necesidad. Existe un lunes en Jerez, ¡que para qué os voy a contar!, un
lunes de Pentecostés, de bolsas y peregrinar. Existe un lunes en Jerez, que es
para echarse a llorar, lunes de “es que ya no se qué hacer, ¿me puede usted
ayudar?”. Existe un lunes en Jerez, de recibos sin pagar, sin dinero, sin
parné, “Es que no tengo pa ná”. Existe un lunes en Jerez, hecho auxilio social,
que se dignan en atender, cuatro ángeles de la caridad. Paquita, Pepi, Cuqui y
Lola, cristianas de verdad, que se la pintan solas, para atender a los demás…” Estas
fueron parte de las palabras que le dedique a estas voluntarias de Cáritas de
San Pedro y cofrades de Loreto, en el homenaje que se le tributó, en su
momento, tanto por la parroquia como por la Hermandad. Descanse en paz,
Paquita, a la que Dios sabrá pagarle cuanto trabajó por sus semejantes.
(Articulo publicado el pasado domingo 23 de agosto de 2015 en INFORMACION JEREZ)