Con
motivo de cumplirse este año el centenario del nacimiento del
escultor-imaginero Luis Ortega Bru, la Hermandad sevillana de Santa Marta acaba
de anunciar los actos conmemorativos que han organizado para el próximo mes de
septiembre. A estos actos se ha invitado de una forma especial a la familia del
ilustre artista, así como a las Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla
cuyas imágenes o misterios titulares salieron de su inspirada gubia. Los actos
se desarrollaran en dos jornadas, jueves 29 y viernes 30 de septiembre, siendo
la primera dedicada a las Hermandades de Sevilla con obras de Ortega Bru, y la
segunda a la obra del escultor sanroqueño en la Hermandad de Santa Marta.
Hace
unos años la Editorial Tartessos
editó una antológica
monografía en dos volúmenes de este reconocido artista
analizando su proceloso recorrido vital y catalogando todo su virtuosismo
estético en más de 625
obras documentadas; tanto su extraordinaria obra religiosa y
procesional como su aún desconocida en muchos casos obra escultórica profana,
figurativa e informalista que conecta con los movimientos vanguardistas
coetáneos, además de numerosos bocetos, dibujos y una sorprendente pintura.
Según se especifica en esta monografía la impronta artística del genio
gaditano, a fuerza de otras encontradas opiniones, no siguió las tradiciones
sevillanas, aunque las conociese y procediese sobre éstas al inicio de su
actividad.
Luis Ortega Bru no fue tampoco un imaginero neobarroco sino un artista, escultor,
en el amplio sentido del término, y pintor, mucho más complejo, inmerso en las
vanguardias de un modo muy peculiar, personal y arriesgado, y sujeto a un
desarrollo formal y estético de distinta naturaleza, con un alcance muy
superior, basado en el talento personal y la fuerza expresiva. Su delgada
figura es pura experiencia vital trasladada al genio de sus creaciones, con un
lenguaje expresionista que significaban una sublimación del dolor silencioso
que le desgarraba interiormente. Fue un revolucionario de la imaginería
procesional, con un diálogo personal y rupturista en su extensa producción
artística, siempre muy consciente de su capacidad creativa unida a su condición
autodidacta y renovadora. De actitud humanista y soñadora ante la vida y sus
circunstancias, le llevó a una modernización del lenguaje escultórico en sus
imágenes de Semana Santa y otras civiles a las que relacionó con atrevidas
tendencias figurativas del arte europeo de su época, sin perder su esencia
comunicativa ni con las formas de la tradición barroca.
Para
Luis Ortega León, hijo de Luis Ortega Bru, la
obra favorita de toda la amplia producción de su padre,
dentro de la imaginería de misterios que son de talla completa es, sin duda, el
misterio del Descendimiento de Jerez de la Frontera. Posteriormente, como
imágenes de vestir, también realizaría para nuestra ciudad el Señor de la
Sagrada Cena y parte del apostolado, así como varias obras menores tanto para
instituciones como para particulares. No hay que olvidar que estuvo instalado
en Jerez entre los años 1968 y 1972 para ejercer como profesor de modelado.
Es,
por tanto, esta efeméride de su
nacimiento una buena ocasión para organizar, también en nuestra ciudad, algún
acto que sirva para profundizar en la obra de este artista único y genial.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 17 de julio de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ)