El
historiador Jesús Caballero en un interesante artículo publicado en la prensa
local sobre la presencia romana en Jerez hace referencia a las numerosas
fuentes que hablan como en 1753 el ayuntamiento jerezano dispuso la recogida de
restos romanos dispersos por la ciudad para trasladarlos a dependencias
municipales. Entre ellas, varios pedazos de esculturas que aparecieron imbuidas
en un muro de un edificio de la Plaza Quemada y otras dos esculturas togadas
encontradas en la casa de D. Bruno de Villavicencio en la actual calle Ídolos.
Estas dos esculturas togadas pasaron a utilizarse posteriormente como
guardacantones en la Plaza Belén hasta que el arquitecto José Esteve y López
las donó a la recién creada sección arqueológica de la Biblioteca Municipal.
Este fue el motivo por el que se le dio el nombre de Ídolos
a la antigua Callejuela de los Frailes de la Victoria, llamada así por ubicarse
esta vía junto al ex convento de frailes mínimos. El mismo que tras la
exclaustración fuera adquirido por don Luís Pernía y González, que lo donó al
Ayuntamiento de Jerez para fines educativos, siendo actualmente ocupado por la
Escuela de Artes y Oficios.
Ha sido parte de las cubiertas de este antiguo
convento el que se ha venido abajo esta semana, obligando a clausurar la calle
Ídolos y a tomar medidas que garanticen la seguridad tanto de alumnos y
profesores como de viandantes. La dirección del
centro educativo lleva años denunciando a la administración el precario
estado de algunas zonas del edificio sin
que se hayan realizado obras. Afortunadamente las clases aún no habían empezado
evitando lo que podría haber sido una tragedia. Es penoso que sigan ocurriendo
estas cosas mientras la clase política, que es quien está al frente de la
administración, siga empecinada en esos falsos ídolos que hacen imposible el
llegar a acuerdos.
Ídolos
rotos es una novela del escritor venezolano Manuel Díaz Rodríguez y publicada en 1901. Está considerada
como una de las novelas más pesimistas que se hayan escrito en Venezuela, ya
que la vida caraqueña
es presentada en sus aspectos social, político y cultural con una actitud
derrotista. El tema central de la novela es el fracaso del personaje Alberto
Soria en su afán de imponer en Venezuela sus ideales de artista en medio de una
imagen de la decadencia total del país.
La
situación que se vive actualmente en nuestro país nos hace ver ciertas
similitudes con esta obra que nos habla de ídolos rotos que parecen no
encontrar vías de entendimiento, con lo que eso puede suponer para la
decadencia total del estado de bienestar.
En la última parte de la novela se narra el
comienzo y evolución de los amores entre Alberto Soria y Teresa Farías, mujer adúltera
de extraña personalidad. De pronto estalla una nueva guerra
civil que sume al país en la anarquía.
Al triunfar la revolución el país cae en manos del populacho y la
soldadesca; Alberto se dirige a la Escuela de Bellas Artes y contempla sus
obras mutiladas y profanadas por los soldados. Es entonces cuando renuncia a
todo y decide emigrar para poner a salvo su ideal de belleza.
Esperemos
que la solución llegue tanto a la calle Ídolos como la Escuela de Artes para
que vuelvan a la normalidad y también a nuestro país, será señal de que se
habrán encontrado los cauces para el ideal de nación que todos aspiramos.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 18 de septiembre de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
La logia municipal sirvió durante años para exponer restos arqueológicos encontrados en el término jerezano. |