La
semana que hemos dejado atrás ha venido marcada por la presentación de carteles
de cara a poder ser promocionados en Fitur. Carteles anunciadores de nuestras
fiestas de Semana Santa y Feria del Caballo.
El cartel es
una obra publicitaria, no está realizado para ser colgado en nuestra casa sino
que su ejecución está orientada a la obtención de la máxima capacidad de
atracción y de síntesis conceptual. El cartel es una técnica de difusión de la
información que permite llegar a gran cantidad de público, sin necesidad de
invertir grandes recursos. Sus posibilidades comunicativas dependen en gran
medida de su calidad técnica y estética y de su adecuada ubicación. La
evolución de las artes gráficas ha permitido que el cartel haya conseguido, en
algunos casos, excelentes cotas artísticas. La gran revolución del cartelismo
llegó con la aplicación de la litografía y la utilización del color, que
permitieron ilustrar de un modo vibrante y con mayor impacto.
Dicen
que el cartel es como el embajador festivo de la ciudad, que se hace para
llamar la atención a extraños y que sirva de convocatoria e invite a quiénes lo
vean a venir a Jerez. Y todo eso, en el caso de la Semana Santa, sabiendo que
en esos días se celebran, también, en la mayor parte de los municipios y
ciudades de España, procesiones y que, para colmo, es periodo vacacional con
sugerentes o intrépidos destinos para disfrutar de los días festivos. En eso la
Feria del Caballo juega con ventaja al no coincidir, en fechas, con grandes
competidores.
Hoy
día no es tan necesario difundir las fiestas de la ciudad como lo podía ser en
la década de los años veinte o en el resurgimiento de la postguerra, la gran
mayoría de los turistas o visitantes, tanto nacionales como extranjeros, acuden
a la ciudad sabedores de la celebración que en ella se lleva a cabo sin
necesidad de visualizar un cartel. Por lo tanto, nos encontramos que ante la no
necesidad de que la obra se acoja a los parámetros estrictos de la cartelística
tradicional y/o publicitaria el cartel ha pasado a ser una mezcolanza de los
valores de otra época y la irrenunciable e inevitable naturaleza del artista en
cuestión, encontrando a veces unos resultados más afortunados y otras, menos.
Está
claro que los carteles, tanto de Semana Santa como de Feria, es un referente
local en cuanto a promoción de esta celebración pero, ¿realmente tienen
repercusión más allá del entorno cercano en el que pueda conocerse?. Sobre todo
teniendo en cuenta que la actual realidad hace que se difundan en redes
sociales tantas composiciones de carteles como personas tienen perfiles en las
múltiples y variadas posibilidades que ofrece la red. Por eso creo que habría
que analizarlo en profundidad, ver cómo incide en su labor de divulgación y si
realmente es un instrumento eficaz de promoción de la ciudad o, por el
contrario, es algo que se haya quedado obsoleto. Quizá en pleno siglo XXI, en
la era de las tecnologías, el cartel ha superado su función inicial y se
convierte en una obra artística en sí misma, ya que hay otros vehículos más
directos para difundir las fiestas más significativas de cada localidad. Sin
embargo, no es descartable el que el cartel siga cumpliendo su labor
divulgativa como lo hizo antaño, pero siendo conscientes de que esta función es
ya secundaria.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 22 de enero de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Cartel de las Fiestas de Primavera de Jerez. Año 1930. |