El
viento de Levante ha sido el protagonista indiscutible de esta pasada semana. La
fuerza con la que ha azotado la provincia ha llegado a tal intensidad que han saltado
incluso las alertas por las múltiples
incidencias ocasionadas por el temporal.
El viento de Levante nace en el Mediterráneo central en las
proximidades de las islas Baleares y alcanza su mayor velocidad al atravesar el
estrecho de Gibraltar. Pero, ¿cómo se produce este fenómeno? Su
origen proviene de un efecto que nos explica la física, denominado Efecto
Venturi: “si en el recorrido
de un fluido hay un estrechamiento, provocando una pérdida de presión, la
velocidad por la sección ha de ser constante a ambos lados del mismo, por lo
que al disminuir la sección en el Estrecho, la velocidad del viento ha de
aumentar forzosamente”. En este caso, el Levante, proveniente del
Este, al llegar al Estrecho de Gibraltar durante su recorrido, se ve comprimido
por dos cadenas montañosas. Por un lado de la costa, las montañas del Rif
marroquí y por el otro, las sierras Béticas andaluzas. Justo en este punto, su
velocidad se acelera y sus efectos se extienden a toda la provincia gaditana.
La gracia gaditana ha bautizado a la costa de la provincia como
un paraíso entre dos mares "La mare que parió al Levante y la mare que
parió al Poniente". Los hermanos García Lázaro, en su siempre interesante
blog “Entorno a Jerez”, nos señalan que más que ningún
otro meteoro, si hay un hecho climático que caracterice a la provincia de
Cádiz, ese es el viento, especialmente en el sur y en la costa atlántica, donde
sopla con fuerza todo el año. Y es que el viento, con su terquedad y
persistencia, ha condicionado no pocos aspectos de nuestra existencia
cotidiana: el urbanismo de algunos de nuestros pueblos y ciudades con su
peculiar estructura de callejas estrechas e intrincadas, la agricultura, los
modos de vida, la preservación del litoral de la fachada sur atlántica de la
provincia, la vegetación y los paisajes, el ocio y el turismo...
En nuestra ciudad hay dos calles históricas vinculadas
expresamente con el viento, la calle Levante que tiene éste nombre
desde 1.639, debido a la fuerza é ímpetu con que sopla el viento sobre ella y
la calle Aire, junto a nuestra catedral, rotulada así en el mismo año de 1.639,
llamada también Cuesta del Aire por su inclinación, otra de las calles donde
sopla con fuerza el viento y siempre en la misma dirección. La calle Molino de
viento es otra que está relacionada con la fuerza del aire. Debe su
denominación a la ubicación allí de un molino en 1550 por la privilegiada
altura de la calle que posibilitaba el normal movimiento de sus aspas.
No Se irá el Levante pero
cuando menos nos lo esperemos volverá de nuevo a soplar con cólera, alterando
ánimos y alborotando todo lo que se encuentre en su camino. Y vendrán a nuestra
mente estos antiguos versos: “Este es un viento inquietante, que nubla el sol
que se asoma cuando lo tienes delante. Vuelan todos los objetos, vuela la
imaginación, estamos insatisfechos, se encoje el corazón. Los mayores
refunfuñan, los pequeños alborotan, la mujer está de uñas y las plantas ya ni
brotan. Este viento es excitante, no nos deja meditar, nada se puede rimar, es
el viento de Levante que parece un huracán”.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 23 de abril de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Imagen retrospectiva de la calle Levante jerezana. |