La barriada rural de Mesas de Asta, situado a unos 11 kilómetros al norte del
centro de Jerez, ha venido celebrando desde el pasado viernes su anual verbena
con una amplia programación de actividades para todas las edades. Estas fiestas,
que tan intensamente viven sus vecinos, es una grata oportunidad para visitar
este cercano núcleo jerezano cuyo nombre procede de la unión de Mesa, colina aplanada, y Asta, por Asta Regia, la antigua ciudad de origen tartésio que se ubicaba en ese mismo lugar.
Acercarse
a Mesas de Asta estos días es también una invitación a conocer sus afamados
yacimientos arqueológicos, muchas de cuyas piezas se muestran actualmente en
Museo Arqueológico de Jerez gracias al encomiable trabajo realizado en Asta
Regia por el profesor Manuel Esteve. Parece ser que este lugar fue un
asentamiento fundado por los tartesios. Incluso existen estudios que sugieren la
posibilidad de que hubiese sido la Atlántida,
al encontrarse en una zona inundable entre las desembocaduras de los ríos Guadalquivir
y Guadalete. Los actuales vecinos de
Mesas de Asta son los herederos de aquellos campesinos de los cortijos cercanos
que fijaron su residencia en este sitio, escasamente habitado desde el siglo XI[], en la pasada década de los
cuarenta, formando el actual núcleo urbano.
Además de su
importancia arqueológica Mesas de Asta es una población que posee el encanto
que la da sus blancas casas, alineadas en sus rectas y luminosas calles. Una de
sus calles, la que se sitúa junto a la iglesia, lleva por nombre Padre Fidel,
en recuerdo de quien durante muchos años fuera párroco del pueblo, el sacerdote
Fidel de Sagarna Uriarte. Llegó a Mesas de Asta el 8 de mayo de 1970 y
cuentan los que le conocieron que era tan desprendido con sus feligreses que
llegó incluso a regalar su coche y hasta su casa para vecinos con más
necesidades que él, motivo por el cual tuvo que venirse a vivir a Jerez
concretamente a uno de los pisos que posee el obispado en la parroquia de San
Pedro,
desde donde iba y venía todos los días a la barriada. Allí lo conocí,
encontrando en él a un hombre afable tan vasco como entregado a sus semejantes.
Don Fidel, tras más de cincuenta años de servicio ministerial en Jerez,
falleció, en octubre del año 2009, a los 85 años de edad, en su localidad natal
de Zeanuri, en Vizcaya, donde llevaba una década retirado tras su intensa vida de
sacerdocio. Otra de sus calles lleva el nombre de la Madre María Luisa Diez Sutil, también
de grato recuerdo, signo de la importante labor realizada por la Iglesia en la
barriada.
En
el año 2000 la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía declaró Bien de Interés Cultural el yacimiento de Asta Regia, que es
considerado el origen de Jerez. Sin embargo, desde entonces el ente
autonómico no ha realizado actuaciones en el yacimiento, estando aún sin
delimitar y afectando negativamente al Plan Especial local para la legalización
de las viviendas. Voces de todo tipo vienen solicitando a la administración que ponga los medios
necesarios para que esta antigua colonia romana se saque a la luz por su valor
patrimonial y turístico, algo que supondría un importante revulsivo para toda la
zona. El día que, por fin, llegue esa recuperación habrá también que celebrarlo
y no sólo por los vecinos de Mesas de Asta.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 23 de julio de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Excavaciones realizadas en el yacimiento de Asta Regia en la pasada década de los años cuarenta. |