lunes, 30 de octubre de 2017

FOTÓGRAFO DE LO SUBLIME


      

 
         Su nombre Diego Romero Fabieri, un cofrade que aprendió a dar sus primeros pasos en el empedrado patio de la capilla de San Juan de Letrán de donde sus padres eran celosos santeros. Una capilla que guardaba el busto de quien luego sería su faro y su guía, la Virgen de los Dolores, y una capilla donde empezó a vivir todas esas estampas que después dejaría maravillosamente plasmada en sus muchas fotografías de Semana Santa. Dicen que fue la Virgen del Desconsuelo, a su paso por la calle Porvera, la que despertó en su interior esa afición por plasmar en papel la magia que los fotógrafos cofrades captan cuando el instante alcanza momentos sublimes.

 Una afición fotográfica que tuvo su punto de partida en aquella primera cámara que le prestó un compañero de trabajo y con la que realizó su primer reportaje de Semana Santa, concretamente una serie de instantáneas de la recogido de la Hermandad del Transporte a su paso por la plaza de Santiago. Luego llegaría aquella cámara que le comprara a Antonio Gallardo, el poeta flamenco y jerezanísimo, máquina de placa de cristal donde todo resultaba casero desde el revelado hasta las ampliaciones. Y vendrían los años sesentas donde el cartel pintado dio paso al fotográfico auspiciado por la entonces recién constituida Agrupación Cine-fotográfica jerezana de San Dionisio. En 1974 empiezan los concursos para el cartel oficial de Semana Santa jerezana y ya en 1976, con una fotografía del Cristo de la Viga con la torre de la entonces Colegial de fondo, aparece, por primera vez, el nombre de Diego Romero Fabieri, cofrade de la Hermandad de las Tres Caídas, como autor de la diapositiva ganadora.

            A aquel primer cartel oficial llegarían otros como el de Nuestra Madre y Señora de la Soledad a su paso por la Alameda Vieja (1977), el del Señor de las Penas en el interior de la catedral (1978), Nuestra Señora de las Angustias también con la torre de la catedral de fondo (1980), el Señor de la Vía-Crucis ante la logia municipal (1981), el Cristo de la Expiración por la plaza del Arenal (1982). Todos estos carteles oficiales de la Semana Santa, más sus múltiples instantáneas que sirvieron para ilustrar publicaciones de temática cofrade, para estampas y carteles de las propias Hermandades y para aquellos audiovisuales que daban contenido obligado a diversos ciclos culturales y formativos. Todo esto le valió para que en 1983, en un pleno de hermanos mayores, le fuese concedido por la Unión de Hermandades el título de Pregonero Gráfico de la Semana Santa de Jerez.

            Diego Romero Fabieri acumuló varios premios fotográficos y cofrades entre ellos el Bocina de Plata de Onda Jerez. Su Hermandad de las Tres Caídas le había reconocido su meritoria trayectoria en esta corporación con el título de hermano mayor honorario y el Jerez cofrade le rindió su último homenaje con la elección de una fotografía suya de la Virgen del Desamparo, por delante de la iglesia de Santiago, como cartel oficial de la Semana Santa de Jerez 2012.

            El pasado jueves y a los 89 años de edad sus retinas, esas que tanto supieron captar la belleza de lo sublime, se cerraron para siempre y la Semana Santa de Jerez cerró también una etapa gloriosa de su propia historia repleta de instantáneas sempiternas. Hasta siempre estimado Diego, gran fotógrafo, gran cofrade y mejor persona.
             (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 22 de octubre y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 
Primer cartel oficial de Diego Romero Fabieri
 
 
 

martes, 24 de octubre de 2017

BANALIZAR LA SEMANA SANTA


 
 
La Carrera Oficial que habrán de seguir las cofradías jerezanas en próximas Semanas Santas sigue siendo tema de actualidad en la ciudad.

Como ya he hecho referencia en otras ocasiones fue el 2 de febrero de 1938 cuando bajo la presidencia del reverendo padre Corona Humanes, en el archivo de la iglesia parroquial del Apóstol Santiago, se reúnen los representantes de las hermandades jerezanas para constituir la Junta Ejecutiva de la Unión de Hermandades. Uno de los principales acuerdos tomados fue el de nombrar presidentes honorarios al Cabildo Colegial y al Ayuntamiento de la ciudad. A este último se le pidió que participara en la organización de la Semana Santa.

El Consejo Ejecutivo acordó "establecer una Carrera Oficial para las distintas cofradías en su estación penitencial anual, solicitar del Excelentísimo Ayuntamiento la instalación de la mesa de comprobación de llegada y de una tribuna presidencial para las autoridades, aparte de las tribunas para el público y una subvención digna de la importancia de la Semana Santa jerezana". Aquel año, 1938, nació la Carrera Oficial de  Jerez, una iniciativa a imitación de lo que ya se venía haciendo en Sevilla, para una mejor coordinación de los itinerarios y horarios de las procesiones, y, en especial, para que el público jerezano; tuviera la oportunidad de contemplar a las cofradías en un mismo lugar y más cómodamente. Un servicio a la ciudad que las hermandades no necesitaban para cumplir con su testimonio de fe y su estación penitencial en la entonces iglesia Colegial, pero que beneficiaba a todos, tanto a los cofrades como a la ciudad. Han sido en estos últimos años cuando nuestra Carrera Oficial ha sufrido más cambios, motivados, principalmente, por la demanda popular en disponer de palcos y sillas para los días de Semana Santa.

 Nunca llueve a gusto de todos y la propuesta de cambio surgida estos días ha levantado polémica en la ciudadanía. No voy a analizar si este cambio va a suponer una mejora o un problema, para eso están los organismos competentes, lo que si voy a entrar es en lo verdaderamente importante, aquello que el periodista Paco Robles se refiere cuando habla de la banalización de la Semana Santa, donde todo se convierte en motivo para la crítica que a veces se vuelve ácida, cítrica y propicia a la murmuración. La Semana Santa podríamos decir que es la liturgia en la calle que se anuncia a través de esas procesiones que son un regalo para el espíritu siempre que no se contemplen con los ojos viciados por esa actitud banal que todo lo reduce a objeto de la crítica mordaz y despiadada. El sentido de la Semana Santa es demasiado profundo como para rebajarlo a un plató de telebasura y no llevarlo a la altura de lo sagrado.

Y digo todo esto porque no podemos quedarnos en la hojarasca, en el sino de esta época donde lo accesorio triunfa sobre lo fundamental, donde importa más el inconveniente, lo superficial que la esencia, los ropajes sobre la Verdad desnuda como diría el periodista. La Carrera Oficial es sólo parte de esa hojarasca, algo minúsculo comparado con la grandeza de la Semana Santa, algo que cambia como todo lo que no es fundamental, lo que no cambia es el transcendental y sublime mensaje de amor que se pone en la calle y eso sí que no admite banalidad alguna.
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 15 de octubre de 2018 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Primeros años de la Carrera Oficial jerezana. A la derecha podemos ver las tribunas altas que se montaban en la calle Lancería para la Semana Santa
 

 

lunes, 9 de octubre de 2017

EL FRACASO DEL CANTONALISMO


 

“Si España se rompe por Cataluña, una fila de fichas de dominó la seguirá por todo el continente”, declaró esta pasada semana el eurodiputado del Partido Popular  Esteban González Pons.  Incluso el analista internacional Miguel Ángel Rodríguez Mackay  ha considerado que una eventual independencia de esta comunidad autónoma ocasionaría un efecto dominó en el interior de España: "No veo una España en escisión que pueda provocar un efecto dominó al interior de España, que repito es una consecuencia de una unidad política regionalista que comienza en 1492, eso es un gran riesgo". Un efecto dominó que, en el peor de los casos, podría derivar incluso al extremo del cantonalismo.

El cantonalismo fue un movimiento insurreccional que aspiraba a dividir el Estado nacional en cantones casi independientes. Tuvo lugar durante la Primera República Española entre julio de 1873 y enero de 1874 y fue protagonizada por los republicanos federales "intransigentes" que querían instaurar inmediatamente la República Federal de abajo arriba sin esperar a que las Cortes Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución. De un federalismo de carácter radical, su objetivo era establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente. El cantonalismo fue eminentemente un fenómeno de la pequeña burguesía, que además tuvo una gran influencia sobre el naciente movimiento obrero, y constituyó un precedente para el anarquismo en España.

            El Cantón de Cádiz se proclamó el 19 de julio de 1873, secundando de esta forma el movimiento cantonal iniciado en Cartagena y declarándose la república independiente de Cádiz.  Se unieron al cantón gaditano algunas localidades, como Puerto Real, La Línea de la Concepción y Vejer, pero otras importantes tomaron un camino distinto. Jerez intentó adherirse al movimiento, pero la intervención conjunta del Ejército, Guardia Civil y Carabineros lo impidió. Por su posición entre tres de las ciudades acantonadas, Cádiz, San Fernando y Sevilla, Jerez, aunque aislada, se convierte en el baluarte defensivo frente al movimiento cantonal, por lo que se produce un fuerte incremento de su guarnición, a lo que habría que añadir tres mil voluntarios civiles armados y organizados. El 4 de agosto del mismo año se disolvió el Cantón de Cádiz al entrar en la ciudad las tropas del General Pavía, desarmando a las fuerzas cantonales de los pueblos importantes de la provincia y ordenando un consejo de guerra a los jefes y oficiales que se habían sumado a la rebelión.

Cuando hay quienes siguen empeñados en hacer de España un Estado federal no debemos olvidar que, por ese efecto dominó, el federalismo del siglo XIX derivó en cantonalismo con un fracaso rotundo. El asunto de Cataluña urge de solución para dar paso a una nueva Restauración, como la que siguió al cantonalismo, pero de la legalidad y del orden.   
(Artículo que publiqué ayer domingo, 8 de octubre de 2017, en INFORMACIÓN JEREZ)