Hace justamente un siglo se
produce en nuestra demarcación una intensa agitación social, conociéndose como
“trienio bolchevique” (1918-1921), llamado así por la revolución rusa de
Octubre de 1917. En mayo de hace un siglo nace la Federación Regional Obrera Andaluza. Uno de sus primeros
objetivos fue la coordinación de acción entre los trabajadores del campo y los
obreros fabriles, aunque los resultados no fueron los deseados. Otro de sus
objetivos fue el de romper el tradicional aislamiento existente entre la Andalucía Oriental y
la Occidental. Las primeras protestas tienen lugar en Sevilla y Málaga. En julio
de 1918, en Jerez, CNT y UGT
se manifiestan conjuntamente. Un periodo enmarcado en la crisis de la
Restauración, en la que se produjeron importantes conflictos sociales en España, utilizándose habitualmente
la expresión de forma restringida para referirse a las revueltas, manifestaciones y huelgas que se produjeron en la
mitad sur de España, especialmente en el campo andaluz.
Fue
en 1918 cuando se convocan las primeras huelgas generales y según reseña el
Diario “El Guadalete” la provincia de Cádiz padece problemas económicos. En
Jerez, su primer edil Marcelino Picardo Celis y el teniente de alcalde Pablo
Porro Bermejo fueron los encargados de calmar las necesidades más perentorias.
Aquel
año de 1918 llega a Jerez un grupo de cineastas dirigido por Rafael Salvador
para rodar el film “La España Trágica”. Esta producción, sobre el mundo del
toro y el bandolerismo, tendría un gran éxito y años más tarde se rodaría
“Tierra de Sangre”, contando en sus primeros papeles con el torero, actor,
fotógrafo y realizador de cine español Antonio Calvache, bautizado en la
iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera,
donde transcurrió su infancia y adolescencia antes de trasladarse a Madrid. Era
hermano pequeño de los también fotógrafos Diego
Calvache Gómez de Mercado [] y José Calvache Gómez de Mercado
—que firmaba con el nombre de «Walken»—. Después de ganarse gran prestigio en
el mundo de la fotografía su situación económica se fue deteriorando y al final
de su vida vivía, en la calle Atocha de Madrid, vendiendo las fotos de su mejor
época en el rastro madrileño y carteles taurinos en las Ventas. Murió en la más
absoluta soledad y abandono en 1984.
Tanto
aquel “trienio bolchevique”, como esas huelgas generales, como la propia vida
de Antonio Calvache o de su hermano José, que murió en la Guerra Civil, nos
viene a hacer presente esa España trágica, de desigualdades entre regiones, de
conflictividad laboral, de revueltas y de injusticias sociales y podría haber
servido para otra película con igual título a la que se rodó hace un siglo.
Seguro
que más de una persona que lea estas líneas está pensando que aquella España de
hace un siglo se parecía a la España actual. Lo vivido, o más bien oído, esta pasada semana en la
política catalana, con motivo de la elección y posterior toma de posesión del
nuevo presidente autonómico de Cataluña, nos sigue haciendo presente esa otra
“España trágica” peliculera que desde el secesionismo nos han querido vender, cuando
el desafío independentista encaja más con "La gran mentira", film de los
años 50 dirigida por Rafael Gil y con guión de Vicente Escrivá. Lo ocurrido
esta pasada semana en Barcelona más que una película es una pesadilla de la que
la inmensa mayoría de los españoles deseamos despertar de una vez.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 20 de mayo de 2018 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
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