sábado, 19 de enero de 2019

ABRIR AL TURISMO

 


El pasado jueves el Centro de Estudios Históricos Jerezanos abrió su actividad en este nuevo año con una interesante ponencia-coloquio bajo el título  'Jerez y sus conventos: ¿qué hacemos con ellos?'. Es uno de los debates surgidos en los últimos años que se aviva cada vez que se marcha una comunidad. Los conventos son uno de los elementos característicos del patrimonio local. ¿Están en peligro? El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Carlos Vizuete apunta a datos objetivos y muy concretos  relacionados tanto con la demografía conventual como con la crisis económica por la que atraviesan que,  aclara, “nada tiene que ver con la del ladrillo".

Centrándonos en los convento de clausura hay que decir que su situación es tal que  cada mes se cierra uno en España. Jerez no es ajeno a un fenómeno que parece poner en cuenta atrás la vida en clausura. A la cada vez más escasa comunidad se une la elevada media de edad. Pocas pueden hacer trabajos físicos complejos. Y sin trabajar, sus ingresos merman. Las  escasas alternativas económicas para mantenerse ellas y mantener edificios con muchos problemas, así como la falta de vocaciones, terminan provocando su marcha. El problema surge con el valioso patrimonio que muchos de estos conventos atesoran y que, en cierta medida, forman parte del elenco patrimonial e histórico de la ciudad.

Una de las salidas planteadas para su mantenimiento, que se pusieron sobre la mesa el pasado jueves, es su apertura al turismo, como ya se viene haciendo en otras localidades, buscando fórmulas que hicieran compatibles las visitas sin perturbar la vida ordinaria de las monjas. El turismo es actualmente una de las principales actividades económicas en el mundo, ya que genera una importante derrama económica, inversión y puede contribuir al crecimiento económico. El dar a conocer el riquísimo y desconocido patrimonio material de los cenobios y, a la vez, contribuir a sus sostenimiento y a la restauración de sus obras de arte con el fruto económico que se obtenga de las visitas puede ser la solución al problema que padecen muchos de los conventos. En Jerez, en lo que se refiere a los conventos femeninos de clausura las últimas en marcharse han sido las religiosas clarisas de Madre de Dios y las dominicas del Espíritu Santo. Al de Madre de Dios se le han dado utilidad como Seminario diocesano, al edificio del Espíritu Santo se está a la espera de conocer su futuro, la misma problemática sigue azotando a los que quedan por lo que hay que buscar soluciones antes que sea demasiado tarde.     

            La experiencia de otras ciudades nos hace ver que la apertura al turismo de los conventos es una medida que garantiza su continuidad y la conservación de todo su rico patrimonio. El Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid quizás sea el ejemplo más evidente de como compatibilizar la clausura con las visitas turísticas. En Sevilla también hay algunos ejemplos, el monasterio de Santa Paula es un claro referente en este sentido. Los conventos jerezanos cuentan con elementos históricos y artísticos lo suficientemente atractivos y valiosos como para ser protagonistas de una oferta turística extraordinaria que haga posible su conservación solo hay que buscar fórmulas, como se viene haciendo en otros lugares, para que, sin interferir en modo alguno en la vida comtemplativa, en el caso que aún se mantenga, poder garantizar su futuro.
               (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 13 de enero de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)


El convento del Espíritu Santo de Jerez era un auténtico museo, hoy en su interior no queda nada del rico patrimonio que atesoró.