Con motivo de la celebración del día mundial del agua,
que este año se desarrolla en todo el mundo bajo el lema ‘No dejar a nadie
atrás’, el pasado viernes el Ayuntamiento ha puesto en servicio la fuente del
Mamelón y la anexa de San Juan Bautista tras el arreglo de acondicionamiento
que han realizado los trabajadores de Infraestructuras. Este acondicionamiento
de la fuente se enmarca en una reforma integral que ha incluido el arreglo de
las aceras, una actuación integral en el arbolado, especialmente en el
perímetro del monumento del ‘Enganche’ ya que se encontraba prácticamente
tapado por la vegetación.
Todo este espacio urbano es relativamente reciente,
ocupa gran parte del recordado palacio de los marqueses de Salobral, antigua casa de Aboludoy. Su construcción “dejó atrás” este
popular palacio del Jerez de nuestros mayores.
El palacio de Salobral con su sobria fachada y airoso mirador, que se
alzaba en la Alameda Cristina y se asomaba a todo Jerez, fue testigo de
numerosos acontecimientos de la vida local, en sus aposentos se hospedaban los
prelados hispalenses en sus visitas pastorales a la ciudad y, entre otras
personalidades, fue testigo de un almuerzo con el presidente del gobierno de
España Segismundo Moret. Formaba, junto con el también desaparecido edificio
del colegio La Salle, el palacio de Domecq, el convento dominico y la iglesia
de San Juan de Letrán un armónico conjunto de fachadas que daban personalidad y
carácter propio a los antiguos llanos de San Sebastián.
El Salobral es un barrio rural (pedanía) de Albacete, situado al sur de
la capital. El Marquesado de Salobral,
por su parte, es un título nobiliario español creado por el rey Alfonso XIII el 28 de junio de 1904 a favor de Lorenzo López de Carrizosa y
Giles (1864-1923), natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), Senador por Guadalajara
(1911-14) y por Cádiz (1916-17). Casó con Susana
de la Viesca y Pikman, IV marquesa de Santo Domingo de Guzmán.
El
palacio de Salobral, que presidió durante tantos años, la céntrica y popular
Alameda Cristina jerezana, fue víctima de la piqueta demoledora en la pasada
década de los sesenta. En el recuerdo queda aquella singular torre que competía
con sus vecinas las elevadas palmeras, su elegante fachada y su hermoso patio
de columnas lleno de plantas, muchas en artísticos macetones de cerámica con la
S de Salobral en sus frentes bajo la corona de marqués, también sus bronces,
sus grandes cuadros y sus chimeneas, todo ello rodeado del abolengo de un
palacio que desapareció en pro de ese nuevo Jerez de grandes avenidas y
prolongados jardines.
La
fuente del Mamelón ha vuelto a la vida tras un tiempo de sequía, sus chorros
dieron contenido a la celebración de un día mundial del agua que se celebra
anualmente cada 22 de marzo como un medio de llamar la atención sobre la
importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de sus
recursos. Lo que ya nunca volverá a la vida
será aquel palacio de Salobral que formó parte de las estampas de un pasado
irrecuperable que ya solo permanece en el recuerdo y en la añoranza de ese
Jerez que perdimos. Un Jerez del ayer que emerge en la memoria con la misma
fuerza que los chorros de agua brotaron en la fuente del Mamelón el pasado
viernes bajo el lema de no dejar a nadie atrás.
El marqués de Salobral, junto a su familia, en un rincón de su palacio. |
Detalle del patio con sus grandes macetones decorados con la S y la corona del marquesado de Salobral. |
El desaparecido palacio de Salobral presidiendo la jerezana y popular Alameda Cristina jerezana. |