El
pasado jueves quedó inaugurada en el Claustro de Novicios del antiguo Convento
de San Agustín la exposición ‘Intervenciones urbanas para Jerez’,
en la que alumnos de 5º curso de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de
la Universidad de Sevilla muestran sus propuestas de regeneración urbana de dos
espacios emblemáticos de Jerez: el antiguo casco bodeguero situado en la calle
Cristal y los terrenos de la antigua fábrica de botellas.
El
antiguo conjunto bodeguero de la calle Cristal mantiene en pie edificaciones
que formaron parte del complejo conventual mercedario. La primera noticia
documental que se tiene sobre este espacio urbano se remonta a 1716 en el que
un texto referente a la comunidad mercedaria calzada de esta ciudad informa de
la existencia de un molino junto al convento de la Merced. Este documento fue
publicado por el doctor Fernando Aroca Vicenti en 'Arquitectura y Urbanismo en
el Jerez del siglo XVIII'. Para los historiadores este espacio con sus jardines
y lo que queda en pie de sus históricas edificaciones es un modelo único
situado en pleno centro de la ciudad que evidentemente hay que poner en valor.
Por
otro lado los terrenos de la antigua fábrica de botellas es otro espacio urbano
de privilegio tanto por su situación como por su extensión. El PGOU contempla destinar 130.000 metros cuadrados de este
espacio a zona residencial. Fue el 22 de junio de 1895 cuando el ciudadano
francés, D. Antoine Vergier Jeune, en representación del hacendado francés
vecino de Lyon, D. Andrés Bocouze, mediante poder notarial expedido el 11 de
junio de 1895, solicitaba permiso al Ayuntamiento de Jerez para establecer una
fábrica de vidrio en el lado izquierdo del kilómetro 109,30 del ferrocarril
Sevilla-Cádiz, próximo a la estación de ferrocarriles de Jerez. Con los años lo
que fueron las vidrierías jerezanas pasaron de mano en mano por diferentes
empresas nacionales hasta que, finalmente, la más potente de ellas la compró.
Se trataba de las Vidrieras de Castilla Sociedad Anónima, que nombradas así
quizás no suenen a nada, pero cuyo acrónimo, Vicasa, supuso un referente en la ciudad durante sus
años al frente de la fábrica. Es más, aunque su propietario fuera la gran
compañía vidriera francesa Saint Gobain, en la ciudad se le seguía nombrando
como Vicasa hasta que llegó el día en que, también, la fábrica de botellas
cerró y hoy solo nos quedan sus amplias instalaciones y esas tres chimeneas que
son todo un símbolo del glorioso pasado industrial de la ciudad de Jerez.
Dos espacios urbanos que llevan ya demasiados años en
desuso y con distintos proyectos que no han llegado a cuajar. Ahora las nuevas
propuestas están sobre la mesa y habrá que estudiar cuál de ellas se adaptan
mejor a las necesidades actuales de los jerezanos y a su economía. La
importancia de los dos espacios urbanos merece una adecuada actuación. Desde el
próximo lunes y durante dos semanas la exposición de las propuestas de los
alumnos de arquitectura estará al alcance de los ciudadanos. Una exposición
que, sin duda, vendrá a dar un
carácter multidisciplinar y participativo a la intervención urbana que allí se
realice y creará en la sociedad jerezana un positivo debate sobre estos dos
espacios públicos. Lo importante es
que no quede en meras propuestas y que, definitivamente, las intervenciones en
estos dos espacios urbanos sean, en el menor tiempo posible, una feliz
realidad.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 30 de junio de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Primeras instalaciones de la fábrica de botellas jerezana |
Históricas edificciones que aún permanecen en pie en el recinto bodeguero de la calle Cristal. |