Desde
los años 80 se ha producido una paulatina turisficación de las ciudades y
urbanización de la experiencia turística. En este marco, es necesario entender
el boom del turismo urbano y de la propia ciudad como atractivo turístico. Jerez
es fiel reflejo de ello, los nuevos hoteles que se vienen abriendo últimamente
en el centro son muestra de la importancia que está tomando el turismo para la
economía local. Entre las últimas apuestas está la que el Grupo Hotusa (Hoteles
Turísticos Unidos S.A) ha anunciado, la compra del palacete donde nació Manuel
Lora Tamayo, en el número 2 de la calle Naranjas y que hace esquina con Honda,
para convertirlo en un hotel de lujo. Un inmueble de más de 1.000 metros
cuadrados, que tiene una magnífica ubicación, con sótano y amplia azotea, en el
que nació en 1904 el que fuera ministro de Educación y rector de la Universidad
Complutense.
Manuel
Lora Tamayo es una de las figuras jerezanas más destacada del mundo científico.
Trabajó, en sus comienzos docentes, en el Instituto de Química Biológica de la
Facultad de Medicina de Estrasburgo. En mayo de
1933 obtuvo la cátedra de Química Orgánica que desempeñó sucesivamente en
Cádiz, Sevilla y Madrid. Tuvo responsabilidades en las principales
instituciones españolas dedicadas a la investigación como la Junta de Energía
Nuclear y la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica de
la que fue presidente. Destacado investigador en el campo de la Química Orgánica ocupó
también el puesto de Vicerrector en las Universidades de Sevilla y de Madrid. Fue catedrático de Ciencias Químicas en la
Universidad Complutense, director del Centro Nacional de Química Orgánica,
presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre los años
1962 y 1968, presidente del Instituto de España de 1972 a 1978, académico de
Farmacia y académico de la de doctores y licenciados, así como presidente de la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales desde 1970 a 1985. Su
brillante trayectoria le avaló como Ministro de Educación para acometer, desde
dicho cargo, importantes leyes sobre educación primaria y secundaria, tales
como la de la escolarización obligatoria hasta los 14 años, la unificación del
bachillerato y la elevación del nivel académico del magisterio. También creó la
estructura departamental de la universidad y el cargo de Profesor Agregado. Fue
miembro de diversas instituciones científicas internacionales y doctor “Honoris
Causa” por la Universidad Carlos III, poseyendo numerosas condecoraciones tanto
españolas como extranjeras. En definitiva una eminencia que su ciudad natal
supo reconocer colocando una placa en su casa natal, nombrándolo Hijo
Predilecto y dando su nombre a un centro educativo.
El
prestigio académico y la capacidad organizadora de Manuel Lora Tamayo fue lo
que le abrió la puerta de un Ministerio. Estamos en unos momentos de cambios de
Ministerios con grandes retos por delante que habrá que afrontarlos con altura
y preparación. En estos días ha salido a la luz el escaso curriculum de muchos
de los candidatos que han concurrido a las elecciones. Es hora ya de que nos gobiernen los mejores, por su alto
nivel de preparación académica para el área que van a dirigir y por su eficaz
capacidad de gestión para sacar adelante al país. Como en los gobiernos de
Platón se necesitan que junto a los políticos estén los sabios: “En un
barco debería decidir los que conocieran el camino junto con los que conozcan
métodos de navegación”.
(Artículo que publiqué en VIVA JEREZ el pasado lunes 11 de noviembre de 2019)
Manuel Lora Tamayo junto al Premio Nobel de Fisiología y Medicina Severo Ochoa |