martes, 12 de noviembre de 2019

GOBERNANTES DE ALTURA

 


Desde los años 80 se ha producido una paulatina turisficación de las ciudades y urbanización de la experiencia turística. En este marco, es necesario entender el boom del turismo urbano y de la propia ciudad como atractivo turístico. Jerez es fiel reflejo de ello, los nuevos hoteles que se vienen abriendo últimamente en el centro son muestra de la importancia que está tomando el turismo para la economía local. Entre las últimas apuestas está la que el Grupo Hotusa (Hoteles Turísticos Unidos S.A) ha anunciado, la compra del palacete donde nació Manuel Lora Tamayo, en el número 2 de la calle Naranjas y que hace esquina con Honda, para convertirlo en un hotel de lujo. Un inmueble de más de 1.000 metros cuadrados, que tiene una magnífica ubicación, con sótano y amplia azotea, en el que nació en 1904 el que fuera ministro de Educación y rector de la Universidad Complutense.

Manuel Lora Tamayo es una de las figuras jerezanas más destacada del mundo científico. Trabajó, en sus comienzos docentes, en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Medicina de Estrasburgo. En mayo de 1933 obtuvo la cátedra de Química Orgánica que desempeñó sucesivamente en Cádiz, Sevilla y Madrid. Tuvo responsabilidades en las principales instituciones españolas dedicadas a la investigación como la Junta de Energía Nuclear y la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica de la que fue presidente. Destacado investigador en el campo de la Química Orgánica ocupó también el puesto de Vicerrector en las Universidades de Sevilla y de Madrid.  Fue catedrático de Ciencias Químicas en la Universidad Complutense, director del Centro Nacional de Química Orgánica, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre los años 1962 y 1968, presidente del Instituto de España de 1972 a 1978, académico de Farmacia y académico de la de doctores y licenciados, así como presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales desde 1970 a 1985. Su brillante trayectoria le avaló como Ministro de Educación para acometer, desde dicho cargo, importantes leyes sobre educación primaria y secundaria, tales como la de la escolarización obligatoria hasta los 14 años, la unificación del bachillerato y la elevación del nivel académico del magisterio. También creó la estructura departamental de la universidad y el cargo de Profesor Agregado. Fue miembro de diversas instituciones científicas internacionales y doctor “Honoris Causa” por la Universidad Carlos III, poseyendo numerosas condecoraciones tanto españolas como extranjeras. En definitiva una eminencia que su ciudad natal supo reconocer colocando una placa en su casa natal, nombrándolo Hijo Predilecto y dando su nombre a un centro educativo.

El prestigio académico y la capacidad organizadora de Manuel Lora Tamayo fue lo que le abrió la puerta de un Ministerio. Estamos en unos momentos de cambios de Ministerios con grandes retos por delante que habrá que afrontarlos con altura y preparación. En estos días ha salido a la luz el escaso curriculum de muchos de los candidatos que han concurrido a las elecciones. Es hora ya de que nos gobiernen los mejores, por su alto nivel de preparación académica para el área que van a dirigir y por su eficaz capacidad de gestión para sacar adelante al país. Como en los gobiernos de Platón se necesitan que junto a los políticos estén los sabios: “En un barco debería decidir los que conocieran el camino junto con los que conozcan métodos de navegación”.
(Artículo que publiqué en VIVA JEREZ el pasado lunes 11 de noviembre de 2019)
 
 
Manuel Lora Tamayo junto al Premio Nobel de Fisiología y Medicina Severo Ochoa