La
semana pasada hablábamos en esta misma columna semanal sobre el rodaje en Jerez
de la película El verano que vivimos. El pasado miércoles, 18 de septiembre,
comenzó una nueva grabación teniendo como marco espacios jerezanos, se trata de
la serie La Templanza, basada en la novela de María Dueñas. Unas labores que
están programadas para siete semanas en distintos puntos del Casco Histórico de
la ciudad. La Templanza transcurre en Jerez en el año 1850, asociada al Jerez
bodeguero del siglo XIX. La acción se desarrolla desde la joven república
mexicana a la espléndida Habana colonial, desde las Antillas al Jerez de la
segunda mitad del siglo XIX, cuando el comercio de sus vinos con Inglaterra
convirtió la ciudad en un enclave cosmopolita y legendario.
El siglo XIX supone una página riquísima para la historia
jerezana. Jerez finaliza el siglo XIX con más de 60.000 habitantes.
Su fisonomía urbana sufrió grandes cambios
de la mano del extraordinario aumento de las construcciones bodegueras que
fueron ocupando todos los espacios libres en torno a los viejos barrios. También
con el crecimiento de la población, gracias al despegue económico y urbanístico
que la ciudad vive a lo largo del siglo XIX, surgen nuevas necesidades de
espacios abiertos y de recreo, nuevos paseos y plazas arboladas creándose
algunos de los parques públicos que hoy disfrutamos. A medida que Jerez crece,
las clases más acomodadas optan, en muchos casos, por instalar sus viviendas en
las cercanías de la ciudad, construyendo villas, haciendas y recreos en las zonas del extrarradio y otras
cercanas a las bodegas de su propiedad. En el plano de la cultura es de
destacar el Colegio de Humanidades de San Juan Bautista que será establecido en
1838 y que pasará a Instituto Local en 1842 y a Provincial en 1851. Pero
también cuentan en este aspecto la inauguración de la Biblioteca Municipal, la
primera de Andalucía, el 23 de abril de 1873; el funcionamiento ya en 1878 de
una Academia Médico-Quirúrgica y de otras de Música y Bellas Artes, así como de
una Sociedad de Ciencias, Artes y Letras, precedente de la Real Academia de San
Dionisio de nuestros días; y ya en 1897, como remate cultural del siglo XIX, la
fundación del Ateneo Jerezano.
La industria vinícola jerezana siguió incrementándose proyectándose
la primea línea férrea en la España peninsular para dar salida comercial al
famoso Sherry hacia Inglaterra y América, que eclosionaría con la instalación
de la línea de ferrocarril que va desde El Portal hasta El Puerto de Santa
María y el Trocadero en época de Isabel II (1854). También en las postrimerías del siglo la terrible filoxera, una plaga de insectos,
devastará en 1896 los campos de la comarca.
El XIX fue un siglo muy importante en lo que a jerezanos
ilustres se refiere. Hombres de bien que engrandecieron Jerez desde la
política, las ciencias, las artes, las letras, la cultura o la religión con
verdadero prestigio y entrega.
El conocimiento de la historia nos sirve de lección para valorar
lo positivo e intentar no caer en los mismos errores del pasado. Y el siglo
XIX, con sus luces y sus sombras, fue muy relevante para Jerez y su historia,
aportando mucho de lo bueno que hoy disfrutamos en esta hermosa ciudad. La
película será una buena oportunidad para situarnos en ese periodo tan
significativo de nuestra historia.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 6 de octubre de 2019 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Estampa decimonónica captada en el palacio de Garvey, situado en la jerezana plaza de Rafael Rivero. |
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