La batalla de Clavijo es un supuesto enfrentamiento que se consideró
durante mucho tiempo una de las más célebres batallas de la Reconquista,
dirigida por el rey Ramiro I de Asturias contra los musulmanes. Se habría
producido en el denominado Campo de la Matanza, en las cercanías de Clavijo, La Rioja (España), fechada el 23 de mayo del año 844. Sus características míticas (la intervención
milagrosa del apóstol Santiago), su condición de justificación del
Voto de
Santiago, y la
revisión que desde el siglo XVIII supuso la crítica historiográfica de Juan Francisco Masdeu, la han hecho ser considerada en la
actualidad más bien una batalla legendaria y que incluiría, mezclándolos y
mixtificándolos, datos de otras batallas de diferentes momentos y
localizaciones. No obstante, la batalla siguió siendo celebrada como un
elemento de conformación de la historia nacional española.
Sobre esta famosa batalla tenemos en
Jerez un cuadro de grandes dimensiones pintado por Rodríguez de Losada y a
expensas de los marqueses de Bonanza, ofrendado en el siglo XIX al templo
jerezano de Santiago y siendo colocado sobre el dintel de su puerta principal,
de cara al altar mayor. Dicho cuadro tiene por medidas ocho metros con ochenta
centímetros de altura por cinco con sesenta de ancho, con moldura colosal,
tallada y dorada y un peso superior a los mil kilos. A los pies del lienzo, que
ostenta los escudos de armas de los donantes, se lee la inscripción: “Batalla
de Clavijo, original de José Rodríguez de Losada; donación que hacen a su
parroquia de Santiago don Manuel González de Soto y su esposa, doña María de
Agreda. Jerez, 25 de julio de 1897”.
El recordado periodista jerezano
Rodrigo de Molina, un cronista excepcional de la ciudad, cuya memoria no ha
sido perpetuada en Jerez como debía, nos cuenta en una de sus crónicas que a
raíz del derrumbe parcial del templo de Santiago, ocurrido a mediados del
pasado siglo XX, este lienzo resistió el embate aunque hubo de repararse por el
artista jerezano Jesús González, labor que se realizó en la Victoria y que una
vez finalizada, por veinte hombres, fue trasladado a Santiago para volverlo a
colocar en su marco por medio de una complicada maniobra de andamiajes.
Pues bien, esta pasada semana nos
llega la noticia de que el
Obispado firmará el contrato de reanudación de las obras de Santiago con Tragsa
la próxima semana y prevé que la reapertura definitiva de la iglesia al culto
se haga a principios del año 2015.
Una buena noticia,
sin duda, que hará que Santiago, símbolo de un barrio universal y patrimonio
monumental de toda la ciudad, recobre su esplendor de antaño. Y mientras esto
suceda seguiremos viendo esos plástico que recubren tanto el baldaquino del
presbiterio, que un día donara la familia Garvey y lo realizara, en Roma,
Gallego Arnosa, como este cuadro de la Batalla de Clavijo que podemos decir que
es el emblema de la lucha que viene manteniendo el templo por su supervivencia.
El cuadro de la
Batalla de Clavijo, con su Santiago a caballo, viene siendo como el capitán de
este Titanic catedralicio y jerezano, que nunca ha abandonado la nave aunque el
peligro de hundimiento fuera inminente. Volverá, también desde la Victoria, la
parroquia a Santiago, las puertas se abrirán y el culto se restablecerá, pero
todo no habrá terminado hasta que, por fin,
el cuadro de esta batalla, que ha resistido a los contratiempos y al
abandono, quede libre de plásticos porque será señal de que la lucha por
Santiago habrá terminado.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 3 de noviembre de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
Cuadro de la batalla de Clavijo junto a los efectos del derrumbo que se produjo en el templo de Santiago en el año 1956. |
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