Monumento (del latín monumentum,
«recuerdo» es
toda obra con suficiente valor para el grupo
humano que lo erigió. Ha de ser "pública y patente". Se aplica a
las estatuas,
inscripciones
o sepulcros
erigidas en memoria de un personaje o de un acontecimiento
relevante. Alois
Riegl, en su libro El culto moderno a los monumentos (Der Moderne
Denkmalkultus, publicado
en 1903, cuando el autor era presidente de la Comisión de Monumentos Históricos
del Imperio Austro-Húngaro), entiende como un rasgo propio de la modernidad
la valoración y conservación de los monumentos, más allá de su significado
conmemorativo. Los monumentos públicos
se alzan en las ciudades con el fin de conmemorar acontecimientos, individuos o
grupos de personas que han incidido de alguna manera en la cultura e historia
nacional, aunque no todos cumplen esa misión ya que algunos solo poseen un
carácter decorativo o representativos de distintos símbolos de la ciudad.
Jerez cuenta con, aproximadamente, medio centenar de
monumentos públicos, entre los dedicados a instituciones, personalidades,
acontecimientos o símbolos de la ciudad. De todos estos sólo una decena son
monumentos públicos relacionados con instituciones religiosas, el de San Juan
Bautista de La Salle por la loable labor del instituto lasaliano, el de San
Juan Bosco en reconocimiento a los salesianos, el de los mercedarios por su
vinculación histórica con nuestra ciudad, el de la admirable sor Ángela de la
Cruz, el de la jerezana Madre Antonia de Jesús Tirado fundadora del Beaterio,
el de Juan Pablo II y el Cardenal Bueno Monreal por la creación de la diócesis
de Asidonia-Jerez, el de la Virgen del Rocío y el de las Cofradías cuyas
devociones y pertenencia aglutina a miles de jerezanos. En esa misma línea de reconocimiento a una
institución por su labor educativa estaba previsto la
colocación de una escultura en la rotonda dedicada a Nuestra Señora del Sagrado
Corazón de Jesús. Con este monumento, se pensaba poner aún más de relieve la
labor docente de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado
Corazón. Una congregación que llegaron a Jerez en 1970 y se hicieron cargo del
colegio que hasta entonces habían regentado las carmelitas en la plaza de San
Marcos, trasladándose en 1974 a las modernas instalaciones de Montealto,
denominado Colegio Virgen del Perpetuo Socorro, donde se han formado
a generaciones de jerezanos y jerezanas. El colegio
de Montealto ha sido muy importante para multitud de jóvenes, que han crecido
en sus aulas, y que hoy conservan su espíritu y sus enseñanzas como un tesoro.
Hasta aquí
todo justificado pero surge el problema, ya que la escultura que se piensa
colocar no es de una escuadra y un cartabón, ni tampoco de un alumno con la
carpeta bajo el brazo, ni siquiera de dudosa calidad artística y de eso habría
mucho que hablar, sino que, nada más y nada menos, que de una Virgen, la que
allí se venera y aglutina a todos. Entonces algunos de los que nos representan
en el Ayuntamiento, también a los católicos, dicen que hay que pensarlo porque
choca con la ética y la moral, como si esa escultura no representara a la misma
que visitan en Semana Santa, acompañan en su partida hacia Almonte o realizan
el tradicional Voto de la ciudad. El gobierno local
quiere abrir un debate sobre la colocación de nuevos monumentos de carácter
religioso en la vía pública. ¿Por qué sólo los de carácter religioso?
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 15 de enero de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
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