“Si
España se rompe por Cataluña, una fila de fichas de dominó la seguirá por todo
el continente”, declaró esta pasada semana el eurodiputado del Partido
Popular Esteban González Pons. Incluso el analista internacional Miguel Ángel Rodríguez
Mackay ha considerado que una eventual independencia de esta
comunidad autónoma ocasionaría un efecto dominó en el interior de España: "No
veo una España en escisión que pueda provocar un efecto dominó al interior de
España, que repito es una consecuencia de una unidad política regionalista que
comienza en 1492, eso es un gran riesgo". Un efecto dominó que, en el peor
de los casos, podría derivar incluso al extremo del cantonalismo.
El cantonalismo fue un movimiento
insurreccional que aspiraba a dividir el Estado nacional en cantones
casi independientes. Tuvo lugar durante la Primera República Española
entre julio de 1873 y enero de 1874 y fue protagonizada por los republicanos
federales "intransigentes" que querían
instaurar inmediatamente la República Federal de
abajo arriba sin esperar a que las Cortes
Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución. De un federalismo de carácter radical, su objetivo era establecer
una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes
que se federarían libremente. El cantonalismo fue eminentemente un fenómeno de
la pequeña burguesía, que además tuvo una
gran influencia sobre el naciente movimiento obrero, y constituyó un
precedente para el anarquismo en España.
El Cantón de Cádiz se proclamó el 19
de julio de 1873, secundando de esta forma el
movimiento cantonal iniciado en Cartagena y declarándose la república
independiente de Cádiz. Se unieron al
cantón gaditano algunas localidades, como Puerto Real, La Línea de la Concepción y Vejer,
pero otras importantes tomaron un camino distinto. Jerez intentó adherirse al
movimiento, pero la intervención conjunta del Ejército, Guardia
Civil y Carabineros lo impidió. Por su posición entre tres de las ciudades
acantonadas, Cádiz, San Fernando y Sevilla, Jerez, aunque aislada, se convierte
en el baluarte defensivo frente al movimiento cantonal, por lo que se produce
un fuerte incremento de su guarnición, a lo que habría que añadir tres mil
voluntarios civiles armados y organizados. El 4 de agosto del mismo año se disolvió el Cantón de
Cádiz al entrar en la ciudad las tropas del General Pavía,
desarmando a las fuerzas cantonales de los pueblos importantes de la provincia
y ordenando un consejo de guerra a los jefes y oficiales que se habían
sumado a la rebelión.
Cuando
hay quienes siguen empeñados en hacer de España un Estado federal no debemos
olvidar que, por ese efecto dominó, el federalismo del siglo XIX derivó en
cantonalismo con un fracaso rotundo. El asunto de Cataluña urge de solución para dar paso a una nueva Restauración,
como la que siguió al cantonalismo, pero de la legalidad y del orden.
(Artículo que publiqué ayer domingo, 8 de octubre de 2017, en INFORMACIÓN JEREZ)
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