miércoles, 22 de noviembre de 2017

ARROYO DE CURTIDORES


 


Cuentan los historiadores que en el Jerez de la antigüedad existía tan sólo un manantial y sus aguas eran salobres, por lo que desde la época islámica esta corriente era ya utilizada exclusivamente como vía de evacuación de residuos. Del manantial que al parecer nacía en la zona de la actual Basílica del Carmen  fluía un arroyo por las actuales calle Castellanos, plaza Peones, calle Curtidores, calle Barranco, plaza del Arroyo, calle Calzada del Arroyo, calle Ermita de Guía, calle Pasaje Cristo del Perdón y desembocaba en las playas de San Telmo. En la plaza del Arroyo se estancaba en un pequeño lago y allí era donde el gremio de los curtidores, que se encontraba en sus inmediaciones,  arrojaban los desechos y desperdicios de sus propias labores, lo que provocaba mal olor y convirtió al lugar en una zona muy insalubre. En el año 1598 se procedió al soterramiento del mismo hasta el día de hoy, donde circula bajo la ciudad, llegando también hasta la Ermita de Guía. Dado a la desaparición de las playas de San Telmo el arroyo es lógico pensar que actualmente desemboque en alguno de los arroyos que dan al río Guadalete.

A partir de esta cobertura la zona pasó a ser de una de las más insalubres a una de las más distinguidas. Con la construcción de la Catedral y el acondicionamiento urbano que la zona requería (eliminación del barranco y derribo de casas para construir las escalinatas y crear espacio y perspectiva frente al templo), la plaza de Arroyo pasó a convertirse en uno de las parcelas más elegantes de la ciudad. Muestra de este rango son los palacios de Bertemati y de los Condes de Puerto Hermoso, que abren sus fachadas a la plaza. Llevó los nombres de plaza de San Bartolomé por el cercano hospital homónimo, también llegó a ser denominada como plaza del Duque de Tetúan y por último plaza de Domecq en recuerdo y homenaje a la benefactora familia que habitó el palacio de Puerto Hermoso.

Hoy la zona del Arroyo es, por un lado una de las puertas de acceso al centro urbano de Jerez, forma parte de un itinerario turístico entre la hermosa y monumental plaza de la Asunción y la Catedral jerezana, donde habitualmente hay que transitar por la antigua calle de la Cárcel, hoy José Luis Díez en memoria del ilustre marino que colaboró en el proyecto del Submarino Peral., una calle, más bien cuesta, que ha sufrido en los últimos tiempos transformaciones urbanísticas nada acordes con el entorno urbano, alterando notablemente su aspecto original. En el otro lado la zona del Arco del Arroyo, un espacio que también está necesitado de actuación tanto a un lado como a otro del histórico arco.

La alcaldesa ha presentado esta pasada semana la propuesta de regeneración urbana de este eje viario que discurre entre el Arco del Arroyo y la Plaza de la Asunción, una actuación destinada a transformar esta zona de gran potencial turístico en un espacio singular, que contribuya a dinamizar la actividad económica y social de la zona, promoviendo una mayor afluencia de visitantes, tanto a los espacios públicos regenerados, como a los monumentos del entorno. Una buena noticia para el casco histórico si no queda esta regeneración, como en otras ocasiones, en meras promesas, ya que el espacio por su situación privilegiada lo merece.
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 19 de noviembre de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Plaza del Arroyo en el año 1956
 

 

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