lunes, 18 de junio de 2018

ALMACENES TOMAS GARCIA


 

Leíamos en este mismo medio, hace unos días, una información del compañero Paco Aleu sobre el nuevo uso que se le va a dar al edificio de los antiguos Almacenes Tomás García en la calle Lancería. Un original edificio de fachada modernista con cierros de hierro y una magnífica decoración cerámica que da una nota de color a tan céntrica calle. Sobre la historia de esta emblemática y señorial tienda de tejidos que, durante años, formó parte de una época dorada del comercio jerezano, contaba mi amigo Manolo González de la Peña que el padre de su bisabuelo Tomás García, venía a Jerez, desde Soria, con una piara de burros cargados de telas. Hacia toda la Ruta de la Plata. Aquí, en Jerez, tenía un cliente que le dijo que le dejara a su hijo Tomás para que fuera aprendiendo en el negocio de los tejidos. Después de un tiempo, su abuelo Tomás, se buscó un socio bodeguero y se estableció por su cuenta, creando su propio negocio que al principio llamó García y Compañía. Tuvo nueve hijos. Cuatro varones: Raimundo, Tomás, Vicente y José y cinco hembras, Petra, Juana, Ana, Feliciana y Carmen. Raimundo y José, continuaron con el negocio. Al morir Raimundo, joven, fue José el que cogió las riendas de Almacenes Tomás García. Después de fallecer, su hijo José Antonio (Nono) y su hija Fina, estuvieron al frente del negocio hasta que lo traspasaron o vendieron.

Para muchos jerezanos Almacenes Tomás García fue uno de los comercios más prestigiosos y tradicionales de la ciudad. La nobleza de su mobiliario, sus estanterías, mostradores y vitrinas daban empaque a todo el local. Características eran esas sillas siempre dispuestas para acoger a clientes que venían en busca de tejidos de calidad o a esas madres y abuelas que acudían con sus hijas o nietas en busca de Manolo Monroy para asesorarse a la hora de elegir sus trajes de novias.  Arana, Cazalla, Lozano, Guillermo y Armando en la sastrería, Carlos, Alfonso, José María, Francisco de los Reyes fueron algunos de los empleados experimentados y profesionales, de agradable trato y de plena confianza que pasaron por esta casa. Un referente, sin duda, de Almacenes Tomás García fue Manolín González, un empleado histórico, no en balde fue su abuelo Aureliano cuñado de uno de los socios propietarios, el que trajo a su padre en el año 1914, con casi 12 años, a estos almacenes, permaneciendo tras el mostrador hasta pasados los ochenta años..

Ahora este singular edificio que albergó a los Almacenes Tomás García, mantendrán la actividad comercial en sus bajos y sus viviendas pasarán a ser apartamentos turísticos. Los tiempos cambian pero la huella del pasado permanecerá para siempre en el edificio. Estamos retrocediendo en calidad y en la diversidad de tiendas clásicas, dilapidando nuestra memoria y potenciando una imagen urbana vulgar y anodina. Fuimos hace tiempo una ciudad emblemática por acoger un comercio de auténtica categoría, de lo que hoy queda muy poco. Preciosos comercios tradicionales, como lo fue Almacenes Tomás García, bastantes de los cuales  han sido sustituidos por negocios de la globalización. Cada día que pasa es más urgente definir un modelo de comercio para el centro de la ciudad y su casco histórico, estableciendo una política de protección de su patrimonio y promoviendo planes para salvaguardar un tipo de comercio que forman  parte también de la propia identidad de la ciudad.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 10 de junio de 2018 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Don Tomás García (a la izquierda) con sus empleados.
 
Fotografía del ayer de los Almacenes Tomás García.


 
 

 

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