Estar “a dos velas “es lo mismo que estar sin parné, sin dinero. La procedencia de esta frase es incierta. El folclorista José María Sbarbi en su obra Gran diccionario de refranes, comenta acerca de esta expresión: "Como en las iglesias, después de terminadas las funciones religiosas, se apagaban todas las luces menos 2 que quedaban delante del sagrario, y como éstas alumbran poco para el espacio tan grande de aquéllas (las iglesias), puede decirse que quedan tristes y medrosas y, por lo tanto, se compara con el ánimo del individuo que no tiene dinero". Al experto José María Iribarren esta explicación no le convence y sitúa el origen del dicho en las timbas y partidas de naipes antiguas, donde el banquero solía colocarse entre un par de velas. En este supuesto, dejar al banquero a dos velas o quedarse a dos velas equivaldría a dejarle sin un céntimo.
A estas alturas nadie duda ya que nuestro Ayuntamiento está a dos velas, es decir sin parné, y la última prueba de esta falta de liquidez es el alumbrado público, calles como boca de lobos y zonas de Jerez, como las de aquellas iglesias de antaño, tristes y medrosas. No sabemos si el problema se solucionará antes o después de Semana Santa, si la solución llega después de la Semana Santa algo de positivo va a ofrecer a los desfiles procesionales y es el ambiente de recogimiento e intimidad que proporciona la luz de los cirios en la oscuridad.
Los cirios, decía San Agustín, que son el símbolo del hombre que se suben y se encienden en Dios para ser instrumento de su luz incandescente en el mundo. El ver, esta próxima Semana Santa, sobrios cortejos con sus cirios encendidos por lugares sin apenas luz, que antes nunca habían estado tan carente de luminosidad, puede ser un gozo para los sentidos y una importante llamada de atención para reivindicar un protagonismo perdido en estos días santos.
No hay mal que por bien no venga y el hecho de que nuestro Ayuntamiento está ahora a dos velas puede hacer posible que ganemos una Semana Santa más intimista, donde el protagonismo no esté en los focos sino en la llama de las velas que desde siempre viene iluminando cortejos, misterios y palios. Llamas que curiosamente se encenderán en la calle y se apagarán en los templos, luces que dejarán a oscura todo lo que hay alrededor para realzar lo importante, lo que da sentido a toda la Semana Mayor, lo que hace posible este milagro que se hace presente cada primavera cuando el primer nazareno se pone en la calle.
Al final, si las calles siguen a oscuras, serán las Cofradías, las que con sus velas, que no son ni una ni dos, vengan a dar un poco de luz a la ciudad y lo harán como siempre, sin cables, sin banqueros, sin nóminas y sin presiones de ningún tipo .De aquí a unos días nuestras calles y plazas se llenarán de cirios encendidos, cumpliendo con una tradición y una religiosidad de siglos y todo ello dando luminosidad a una ciudad que, por una cosa y por otra, sigue estando a dos velas.
(Artículo publicado el pasado domingo 25 de marzo en Información Jerez y al día siguiente en VIVA JEREZ).
La luz y las sombras de la Semana Santa de siempre se refleja en los muros de la vieja cárcel. Las velas de los faroles de las Hermanas de Jesús iluminando la Madrugada Santa de Jerez. |
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