A mi buen amigo Lete por su acendrada Pasión por Jerez y por las cosas de Dios.
Mañana comienza la auténtica Pasión por Jerez, no la de los políticos que esa pasión es discutible, sino la Pasión de siglos, la Pasión del sentimiento, la Pasión del cosquilleo por las mañanas y de las emociones por la tarde noche, la Pasión de los niños por ver los primeros nazarenos y de los mayores por reunir imágenes de siempre.
Mañana se inicia la Pasión por Jerez y para Jerez. Jerez se hace Pasión desde que la Borriquita inicie el camino unida a la ejemplar labor educativa lasaliana, el Perdón traslade al centro los esfuerzos por rehabilitar parte de la historia de Jerez, la hermandad mercedaria procesione con el carisma de quienes son guardianes de nuestro tesoro patronal, la Coronación haga presente su Pasión por Jerez en su gracia torera y en su labor caritativa, y las Angustias se haga testimonio pasional de siglos con una Madre acunando a un Hijo, con todo el amor de cualquier madre jerezana.
La Pasión por Jerez volverá el Lunes Santo cuando la Hermandad de la Cena se sienta heredera de la historia sentimental de tantos costaleros y capataces jerezanos, la Candelaria sea abanderada del Jerez de los nuevos barrios, el Cristo de la Viga haga presente esplendores del Jerez de siempre, y el Amor y Sacrificio sea toda Pasión entre negros lutos y cientos de ramos cargados de peticiones.
Llegará el Martes Santo con el ejemplo de la constancia de una hermandad de San Benito que ha demostrado que la Pasión por Jerez no tiene fronteras, con un Cristo de la Defensión que recorre la ciudad impregnando el aire de espíritu cartujo y capuchino, con una Hermandad del Amor, haciendo honor a su nombre y con una corporación rojo y negra que, cargada de loable historia, ha desbordado su Pasión por Jerez reabriendo el más antiguo templo de la ciudad.
Alcanzaremos el Miércoles Santo esperando ver la proeza de unos cofrades valientes y tenaces que, por su Pasión por Jerez y su Semana Santa, llenarán de aromas cofrades nuevos barrios y avenidas, amparados en el Soberano Poder que les alienta y protege; viviremos la Pasión de un trocito entrañable de Jerez, trasladado al centro, gracias a una Virgen que es ya el Consuelo de sus gentes; nos vendrán sentimientos gremiales con aires de antaño con la cofradía de Santa Marta, nos sobrecogerá la Pasión caminante de Jerez tras el Señor Caído, la sublimidad mariana de Jerez en el palio de la Amargura y la grandeza de nuestra tierra que no entiende de razas ni de clases cuando Jesús del Prendimiento se pone en la calle.
El Jueves Santo traerá historia y tradición, tradición salesiana en la nueva Hermandad de la Redención que abrirá la Carrera Oficial a la ejemplar labor de los hijos de don Bosco, historia más remota en la de la Vera-Cruz con toda su aportación la religiosidad local, categoría carmelitana en una cofradía de la Lanzada que supo unir a toda la vida estudiantil jerezana para tan buen fin, intelectualidad dominica con la Oración del Huerto y abolengo del Jerez de arte en las manos del Mayor Dolor.
Nos vendrá la madrugada con la Pasión silente del aporte monumental del Santo Crucifijo, la espiritualidad según Jerez de la Buena Muerte; la Pasión por Jerez, o más bien la Pasión de Jerez, por el nazareno franciscano y por el Señor de Cristina cargado de jerezanismo, y al final, la Yedra, Pasión de las pasiones.
Y llegaremos al viernes más santo de la historia, el viernes sin el que Jerez no se entendería, el viernes de la Inmaculada en las Viñas, el viernes del Cristo, Pasión de oro puro con sentimientos de bronce, el viernes de una Soledad entregada a su ciudad, el viernes de un Entierro Santo y extremadamente solemne y el viernes de la Virgen guapa de San Pedro que con su sola presencia es broche de oro de toda la Pasión por Jerez.
Se pone en marcha la auténtica Pasión por Jerez, que ni el tiempo la pare.
(Artículo publicado en Información Jerez el 31 de marzo de 2007, en las vísperas de un nuevo Domingo de Ramos)
Bocinas de la Hermandad de las Angustias, anunciadoras de una nueva Semana Santa, en una imagen retrospectiva donde ni las túnicas ni la puerta de entrada son ya las mismas. |
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