La jornada
del tradicional Jueves de Corpus buscando alguna cadena televisiva nacional que
diese información sobre las solemnes procesiones Eucarísticas de Sevilla o
Granada encontré unas imágenes del Corpus de Sevilla, de la magnificencia de la
procesión emitieron poco, o más bien nada, casi todo el reportaje se basó en el
calor y en algún que otro desmayo debido a las altas temperaturas, pero lo que
más me llamó la atención fue la frase final del comentarista "Una vez más
el Corpus de Sevilla acabó con los fieles por los suelos”, antológica sentencia
que merece el premio nacional de periodismo. Magnífico titular para resumir una
de las manifestaciones religiosas más grandiosas, con más categoría y de más
abolengo de las que se celebran en el mundo. Cinismo aparte, este desafortunado
comentario o es producto de la llamada campaña de desprestigio a la Iglesia
Católica o más bien fruto de una ignorancia total de lo que significa en Andalucía
y más concretamente en Sevilla la procesión del Corpus.
Hay
que tener muy poca sensibilidad para quedarse con un simple desmayo ante el
esplendor de una festividad cargada de historia, arte y sobre todo de fe
religiosa. Las procesiones del Corpus, además de cumplir con su principal fin, el
culto eucarístico, son una explosión de arte en todos los sentidos, desde sus
magníficas custodias hasta los más pequeños detalles cargados de tradición y fundamento,
pasando por los elementos que la integran y aquellos otros que embellecen los
itinerarios.
En
Jerez la procesión del Corpus es la gran manifestación del pueblo católico, con
su carga de tradición que se pierde en los anales de la ciudad, y con la importancia
que ofrece las cosas hechas con belleza y arte. Sólo su custodia con más de 350
kilos de plata, tres metros de altura y su ejecución por el orfebre sevillano
Manuel Gabella, bajo diseño de Cayetano González, es signo evidente para dar
una imagen de cuanto aporta nuestra ciudad a esta celebración y ello sin
olvidar todo ese Jerez íntimo que sale ese día a la calle para rendir tributo
al Santísimo.
Los
carteles que viene editando la Unión de Hermandades, con el patrocinio del Ayuntamiento,
son muestra de cuánto tesoro oculto existen en torno a la Eucaristía.
Y no
hablemos del Corpus de Sevilla pues necesitaríamos más de una enciclopedia para
detallar la suntuosidad que encierra. Tres mil cien personas integraban la
procesión el pasado año y sólo dos horas en la calle, todo ello perfectamente
organizado. Representación de 111 hermandades, portando 125 insignias, 539
representantes de otras entidades y organismos; nutrida representación política,
militar y religiosa; 8 pasos y un recorrido repleto de flores, arquitectura
efímera y de fieles. Hoy cuatro gatos con una pancarta es una importante
manifestación y encabeza los titulares de cualquier medio de comunicación, lo
sucedido en Sevilla el pasado jueves de Corpus sólo es noticia porque hizo
calor y hubo algún desmayo, la manifestación religiosa que colapsó el centro de
la ciudad no es noticiable.
Sigo pensando que lo que verdaderamente quedó
por los suelos, con tan impropia conclusión, no fueron los fieles y menos aún
el Corpus de Sevilla, sino fue el propio periodismo por obra y gracia de un
informador y de una cadena privada de televisión que se lo permitió. Quizás,
como tantas veces ocurre con nuestra Andalucía, lo difícil no es informar,
sobre lo que aquí ocurre, sino saber llegar y poder trasmitir la esencia de sus
cosas y además saberlo contar con arte y categoría, y no por lo que aparenta.
Como diría Aristóteles “la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia
secreta de las cosas, no el copiar su apariencia". La esencia secreta de las
cosas se ve que para algunos medios ya no es información.
(Artículo publicado en Información Jerez el 4 de junio de 2005 con motivo de la Festividad del Corpus)
Fieles arrodillados al paso de la custodia en una fotografía del Jerez de antes. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario