Cuentan
que las primeras composiciones que pueden denominarse con el nombre de
villancico surgieron hacia la segunda mitad del siglo XV
como una evolución de formas musicales populares mucho más antiguas. Su nombre
tiene probablemente su origen en que se trata de composiciones de naturaleza
popular, cantadas por los villanos o habitantes de las villas, generalmente campesinos u otros
habitantes del medio rural. Eran cantados en fiestas populares, originariamente
sin temática específicamente religiosa, y los principales temas eran los
acontecimientos recientes del pueblo o la región. El género se amplió
posteriormente hasta incluir temas de diverso tipo.
Las
composiciones basadas en la Navidad tienen un origen muy antiguo. Una de las
más antiguos que se conservan es Veni redentor gens,
himno atribuido a San Ambrosio de Milán (340-397).Hay quien
nos cuenta también como miembros
eclesiásticos vieron en este tipo de canción sencilla y pegadiza la forma
perfecta para divulgar su mensaje evangelizador, por lo que empezaron a
adaptarse numerosas coplas con motivos religiosos y, sobre todo, con sencillas
cantinelas relacionadas con el nacimiento de Jesús y la Navidad (cabe destacar
que la Iglesia ya tenía desde mucho antes sus propias composiciones musicales,
pero la forma del villancico les iba la mar de bien, al tratarse de canciones
sencillas, rima fácil y letras pegadizas que podías ser memorizadas por
cualquier persona).
Este
tipo de villancico se popularizó rápidamente, convirtiéndose en canciones
ampliamente interpretadas en las iglesias durante los oficios religiosos y que
después eran cantadas por el pueblo en sus reuniones familiares, siendo una
manera rápida y eficaz de llevar a muchísimas más personas el mensaje del
evangelio. Finalmente el villancico quedó en la memoria popular como un género
de canción específica de la Navidad, pasando a denominar por extensión a toda
canción de temática navideña sea o no religiosa.
Pues
bien, nos lo contaba el pasado martes el párroco de San Pedro, hay un
villancico, netamente jerezano, que creó el genial Antonio Gallardo y
popularizó María José Santiago, es el llamado “Carita divina”. Un villancico
con un gran sentido evangelizador que el poeta se inspiró viendo la imagen del
Señor de la Coronación de Espinas en su capilla de los Desamparados y que quiso
ofrecerlo como un homenaje al barrio donde naciera. Antonio Gallardo Molina
vino al mundo en 1925 en la calle Antona de Dios, número 23, casi al lado de la
parroquia del apóstol, donde se crió y disfrutó desde niño del flamenco y la
copla, convirtiéndose en uno de los más importantes autores y compositores de
letras y melodías flamencas.
De
sus profundas convicciones religiosas brotó aquel villancico que nos adelanta
cada año la Semana Santa a los días navideños, que nos huele a pestiños de La
Holandesa, a calle Bizcocheros y a Antona de Dios, a Domingo de Ramos y a
Viernes Santo, que nos habla de coronas de espinas y de una cruz. Un villancico
que es como el himno del barrio cada vez que, en estos días de zambombas y alegrías
nos recuerda que envidia tiene la fuente del color por su carita divina aunque
estemos viendo en la frente de mi Dios una corona de espinas y todo ello,
mientras, en la parroquia, María le sigue dando cobijo y cubriéndolo con su
manto para que no vea su Hijo la tarde del Viernes Santo. Una composición de
naturaleza popular de un hombre de Fe que supo ver en las dos Hermandades del
barrio que le vio nacer toda la grandeza
de la Navidad.
(Artículo publicado el pasado domingo 14 de diciembre de 2014 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)
La cantante jerezana Mª José Santiago fue la que popularizó el villancico de Antonio Gallardo "Tu carita divina" |
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