lunes, 8 de diciembre de 2014

RECORDANDO AL PADRE CARVAJAL


 
En las vísperas de la festividad de la Inmaculada estamos. En nuestra ciudad ya no contamos ni siquiera con quienes fueron paladines de la pura y limpia Inmaculada Concepción, la Orden Franciscana. Los franciscanos estuvieron siempre  en vanguardia de la defensa inmaculista de la Virgen y batallaron por todos los medios en pueblos y ciudades, en colegios y universidades hasta la gloriosa efemérides marianas en el que el Papa Pio IX, el 8 de diciembre de 1854, proclamara dogma de fe dicho privilegio de la Virgen.

La ciudad de Jerez de la mano de los frailes del convento de San Francisco, se convirtió en adelantado mayor de las prerrogativas de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia.  Como escribió el franciscano Estebán  Ibañez, con todo derecho puede campear  en el escudo xereciense el título de defensora de la llamada “creencia concepcionista”.

Y abanderado del movimiento concepcionista fue el célebre teólogo fray Luis de Carvajal, guardián que rigió los conventos de Sevilla primero y luego de Jerez, al que la Orden, por sus grandes dotes, envió al Concilio de Trento, donde dejó claras pruebas de su saber y elocuencia.

No en todas partes tuvo buena acogida  el Padre Carvajal hubo de sufrir expulsiones y persecuciones  por defender  el misterio concepcionista, en sermones y escritos.  Había fundado en Jerez la Cofradía de la Concepción y pocos años más tarde inició la espléndida capilla, que aún podemos admirar a los pies del templo franciscano.

Si bien algunos historiadores le dan por nacido en Jódar (Jaén) Parada y Barreto le declara jerezano de cuna, de familia de distinguida nobleza y prosapia.

El Padre Carvajal empleó todos sus esfuerzos para que Jerez contara con una suntuosa capilla en honor de la Inmaculada Concepción de María. En 1550 consigue que se haga realidad a expensas de la ciudad, de sus cofrades y de números devotos, entre los que se encontraba el magistral de la Colegial don Alonso Caballero que donó para que la presidiera, la imagen de Nuestra Señora de la Concepción, ante la que autoridades, religiosos de distintas órdenes y pueblo jerezano, rompiendo diques, emiten en 1617 solemne juramento y voto de sangre de defender el glorioso privilegio de María. Dicho voto lo refrenda el cabildo municipal en 1670, acordando asistir con todos los honores a San Francisco, todos los días de la octava; y se renueva en 1904, cincuentenario de la definición dogmática; en 1917, tercer centenario del voto de la ciudad y en 1954, primer centenario del dogma concepcionista. Este devoto y brillante acto de afirmación pública mariana continuó celebrándose hasta el año 1976 en que los Cabildos eclesiástico y civil de la ciudad acordaron su supresión.

La Hermandad o Cofradía concejil de la Concepción dejó de existir el 25 de diciembre de 1777, pasando a la comunidad de San Francisco la propiedad y derechos patronales que la ciudad tenía sobre dicha capilla, siendo entonces guardian del convento el fray Antonio Esquivel.

Mucho queda por decir del fervor inmaculista jerezano. Innumerables motivos encontramos en su historia, en sus templos, en sus manifestaciones religiosas. Muchos siguieron también las huellas de aquel venerable Luis de Carvajal, definido por Rodrigo de Molina como gloria de la Orden Franciscana, lumbrera del Concilio de Trento, abanderado de la pura y limpia en Jerez, al que esta ciudad honró dedicándole una calle para perpetuar su memoria, una memoria que, cercano ya el cuarto centenario del voto concepcionista de la ciudad, se hace aún más presente.
 
(Artículo publicado ayer domingo, 7 de diciembre de 2014, en INFORMACIÓN JEREZ)
 
Fotografía antigua de la portada del templo jerezano de San Francisco
 

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