martes, 10 de febrero de 2015

PAISAJES BLANCOS


 
 
Escribía José María Pemán que Andalucía es como una anchísima vitrina, coleccionista de paisajes: se parece a Tierra Santa en Almería; a Suiza en Granada; a Puerto Rico en Cádiz. Esto en anchura, que en profundidad, hospitalaria y abierta como ha sido para visitas e invasiones; conserva la más rica geología histórica de la Península. Andalucía, apostilla el universal dramaturgo y poeta gaditano, es como una enorme e ilustre familia cuyos apellidos, a fuerza de enlaces y trasiegos de sangres, han variado infinitamente. Esta zaranda de apellidos le recordaba a Pemán aquella revuelta familia cuya anarquía patronímica  disculpaba al hermano mayor señalando el bello retrato materno “¡La vieja… que fue un poco traviesa!”. Un poco traviesa fue la vieja Bética. Abrió muchas puertas; recibió muchas visitas, cogió de muchos brazos galantes… No se puede ser un “genealogista” exigente de tan frondosa familia, como no se puede ser viajero exhaustivo de esa tan ancha peana de España.

Y si hay una ruta donde Andalucía se hace paisaje por antonomasia esa es la de los pueblos blancos de la provincia gaditana. Los fríos de estos días han provocado una masiva presencia de visitantes en las empinadas calles serranas, buscando la blancura de los paisajes nevados recortando bosques, montañas y el rústico caserío, contrastando con ese otro espectáculo de color para la vista de los días de la luz cuando se mezclan el dorado del sol, el marrón de la montaña, el verde de la serranía y el azul del cielo.

En esos paisajes perviven historias de lo que fue la vida cotidiana de Al-Andalus, sobre todo en el trazado urbanístico de sus calles y en el nombre de la mayoría de los pueblos que la conforman como Benamahoma, Benaocaz, Alcalá, Algar o Zahara. Un paisaje declarado reserva de la biosfera, un entorno natural privilegiado repleto de senderos y cañones, el Parque Natural Sierra de Grazalema y El Parque Natural de Los Alcornocales, el alcornocal más importante de la península ibérica, catalogado como 'Una de las diez maravillas naturales de Europa'. Todo ello se cubre de blanco estos días como niña que se viste de Primera Comunión para celebrar algo importante, para recibir invitados y para realzar su hermosura y candor.

Muchos jerezanos que añoran, aunque solo sea una vez al año, ese manto blanco que no nos llega desde hace muchos años, concretamente desde 1954 cuando nevó en Jerez por última vez, se han desplazado este fin de semana a esos pueblos serranos que, por tan acuciadas bajadas de temperaturas, están más blancos que nunca.

Como anuncian las guías de turismo visitar esos pueblos blancos no dejará indiferente a nadie, a cada paso se descubre algo nuevo, con paisajes espectaculares y  patios singulares con adornaciones típicas andaluzas donde en primavera reina el colorido y en invierno es una gran paisaje blanco de Andalucía.

Otra voz poética, la de  Gil Estrada, muy bien llamado "El Verso Viviente", aprovechó una semana en el paradisíaco pueblo andino Los Nevados (famoso a nivel mundial por su mágica belleza montañosa) para recordar y publicar la canción que nos viene a evocar esos otros paisajes blancos de nuestra Andalucía:” ...y ahí ya usted es casi un águila.../ cóndor... o algo similar…/entre escarpadas montañas/ maravillas de escalar…/Lo arrullarán las quebradas/  que serpentean sin parar… /el frailejón  y otras flores/  forman jardín natural / con suerte hasta una nevada/ lo pondrá a titiritar/ en el lindo panorama/ mágico y espectacular.                  

           (Artículo publicado el pasado domingo 8 de febrero de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)


La plaza del Banco tras la última nevada que cayó en Jerez.
Arriba la cercana localidad de Grazalema cubierta de nieve hace unos días.

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