En el barrio de Santiago de Jerez hay mucho de la historia de nuestra ciudad, en sus entrañas vibran los sentimientos de muchos vecinos. Este barrio es punto de referencia en el mundo entero, quizás más conocido que algunas capitales españolas, es un emporio del arte en todos los sentidos y un foco de espiritualidad indiscutible, tiene una rica historia que nace allá por el siglo XIV en un viejo arrabal extramuros de la ciudad, posee un templo con aires catedralicios, tiene sus patronos devocionales en el Señor del Prendimiento, el Cristo de la Buena Muerte y en la Madre morena de la Merced; tiene su Navidad, su Semana Santa y sus ferias y fiestas de cada peña o en cada casa de vecinos donde el arte brota por los caliches, pero se había quedado sin su Corpus.
Muchos vecinos del barrio aún recuerdan aquellas procesiones de impedidos para el cumplimiento pascual. Las vivencias de las vísperas de tan regia visita, preparándolo todo en una mañana primaveral de cantos eucarísticos, de olores a incienso y a cera derretida con sones musicales de marchas triunfales. Recuerdos que quedaron para siempre en la memoria de muchos niños y jóvenes de entonces.
Aquellas visitas sacramentales llenaban de actividad el vecindario. Se lavaban colchas, se desempolvaban viejas telas de brocados y floreados mantones, se abrillantaban macetas y candelabros, se planchaban paños con encajes y se descolgaban cuadros de santos para los altares. Todo en honor de Jesús Sacramentado, colchas, brocados y mantones engalanando balcones y ventanas, pequeños altares en distintos rincones del patio o de la escalera con todos esos elementos que durante el año permanecían guardados y juncia y romero para cubrir el itinerario eucarístico. La mañana de la sacramental visita se vivía en la casa de una forma especial, llena de alegría e ilusión porque de nuevo el Señor se hacía presente en aquel hogar que un día al año se trasformaba en un templo de fe popular y sencilla, de religiosidad para acoger al Rey de Reyes.
El encanto de todo esto forma ya parte del pasado y esas visitas solemnes del Santísimo para dar la Comunión a los enfermos pasaron ya a la historia, pero había otra procesión también eucarística que se realizaba el domingo de la Trinidad, era el Corpus de la Sacramental de Santiago. La que ya existía a finales del siglo XV o principios del XVI, una Hermandad de Ánimas que pasó a dar culto al Santísimo Sacramento por influencia de las que, con ese fin, se fundan en la Capital de la Archidiócesis Hispalense en esa época, auspiciadas por Doña Teresa Enríquez, llamada la “Loca del Sacramento”, y la misma que ya año 1568 consta “que la fundaron unos feligreses de la Parroquia, y que en tiempo en que fue provisor de Sevilla, el futuro Obispo de León, D. Juan Fernández Temido, con su licencia se comenzó a pedir limosnas y celebrar los cultos en honor del Santísimo Sacramento y sufragio de sus hermanos”.
Esta histórica Hermandad Sacramental, felizmente reorganizada, ha devuelto este fin de semana al barrio de Santiago su Corpus, un Corpus lleno de recuerdos para sus vecinos y para los amantes de esas tradiciones jerezanas que tanto enriquecen la historia de la ciudad.”Celebremos ya, todos redimidos, el banquete de la paz y del amor”, gloria que nos trae, de nuevo, este Corpus de Santiago.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 22 de mayo de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )
El Corpus de la Hermandad Sacramental de Santiago en tiempos pasados. |
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