Cuando este año por primera vez en la noche del sábado se hizo la luz en el González Hontoria nuestro gran parque dejó de ser aquel lugar olvidado, oscuro y desolado de todas las noches del año para, con la iluminación de la luz de varios miles de bombillas, convertirse de nuevo en Feria del Caballo. El magnífico escenario pensado por el alcalde Julio González Hontoria ha visto la evolución que la Feria ha experimentado a lo largo del pasado siglo. Desde los grandiosos templetes que poblaban el real en sus primeros años a hoy, la Feria de Jerez ha cambiado, pero su espíritu, glosado por destacados escritores y poetas, el de las propias gentes de esta ciudad sigue inalterable y siempre con la presencia del vino.
Martín Ferrador en su “Elogio de la ciudad” nos dice: “Jerez, ciudad insigne que logró de la pluma sincera de Cervantes la alabanza de disputarla por principal lugar de los más ricos y nobles de Andalucía, ha merecido siempre, de propios y extraños, toda suertes de elogios y encumbramientos.”
La glosó un gaditano universal, aunque ligado a Jerez por vía matrimonial, José María Pemán, que confesó en cierta ocasión que nunca se separaba "de la monarquía, 'El divino impaciente' y la Feria de Jerez", inmortalizando nuestra Feria en aquellos conocidos versos, todo un clásico, que finalizaban: “A menos negocio, mayor fantasía, / así son las cosas de esta Andalucía:/ más sal que sustancia... ¡Feria de Jerez!/ ¡Rumbo y elegancia de esta raza vieja/ que gasta diez duros en vino y almejas,/ vendiendo una cosa que no vale tres!”.
La glosó Luis Pérez Solero: “¿Quién le da fama a la Feria de Jerez?”: “¡Feria jerezana, gitana y señorial! / ¿Quién te presta tu belleza y tu alegría? / ¿Es el sol que va filtrándose ese día / entre la arboleda de un parque sin igual? - ¿Es el incopiable desfile matinal / de centauros? ¿Es la recia gallardía / de algún ‘tronco’ que, con toda algarabía / - fusta y cascabeles – conduce un mayoral? - ¿Son las jerezanas que, con su proverbial / gentileza y singular campechanía, / riegan todo el parque de risa, luz y sal? - ¡Dicen que no es esa la causa principal; / que a la Feria, su sin par categoría, / se la da su vino, de fama universal!”.
También Ofloda que cantó a la Feria de Jerez y sus vinos con estos versos: “Esta Feria es un derroche/desde el alba hasta la noche/ es espectacular y elegante/ que acoge a todos los visitantes/ sean de Oriente u Occidente/ regalando un buen ambiente. /Así que no lo pienses más/ ponte pronto en camino/que aquí te espero ya/ con una copita de vino.” Esa copita de vino con la que Manuel María González Gordon, Marqués de Bonanza, acabó su libro “Jerez-Xerez-Sherish”, brindando como ya lo hiciera en el siglo XIX Gumersindo Fernández de la Rosa: “Sobre las suaves colinas/ donde más Baco prospera,/ alza la frente altanera/ en riqueza y majestad/ la muy noble y leal ciudad/ de Jerez de la Frontera./ Brindo por este confín/ que el sol dora y baña el mar/ de Bonanza a Trafalgar/ desde la Algaida a Retín:/Brindo por este jardín/ de la España honor y prez/ donde rinden a la vez/ sal el mar, la tierra azúcar;/ por Cádiz y por Sanlúcar/ por el Puerto y por Jerez./.” Brindemos pues.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 1 de mayo de 2016)
Vino y caballo, un perfecta fusión plasmada en el cartel de la edición correspondiente al año 1967 |
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