El asedio de Baler (30 de junio de 1898 - 2 de
junio de 1899) es la defensa de la última posición española
en Las Filipinas. Durante casi un año, 54 soldados españoles
resistieron el ataque de 400 soldados tagalos desde el interior de
la pequeña iglesia de Baler. Después
de 337 días, el teniente Saturnino Martín Cerezo y sus
compañeros, salieron de la iglesia, harapientos con los máuser enmohecidos, sin
municiones, muchos desdentados, pero salieron con honor de la iglesia que les
había protegido durante 337 días, desfilando con marcialidad de cuatro en
fondo orgullosos y con la cabeza bien levantada, recibiendo los honores de las
tropas zagalas.
Cuentan los historiadores que durante el asedio, Cirilo Gómez Ortiz, al mando de las
tropas sitiadoras, hizo gala de caballerosidad para conseguir la rendición del
destacamento sitiado y les ofreció una tregua hasta la caída de la noche,
enviando una cajetilla de tabaco para el capitán y un pitillo para cada soldado. Los españoles aceptaron la suspensión de
hostilidades, que sería la única en todo el asedio, e informaron a Ortiz de que
tenían abundantes provisiones, regalándole a su vez una botella de Jerez.
Puede que
desde entonces los filipinos tengan predilección por el Jerez y que por ello,
al cabo de los años, sigan interesándose por los caldos jerezanos hasta el
punto de que, de un tiempo a esta parte, estamos viendo como los filipinos
están realizando importantes inversiones en nuestra tierra. Esta pasada semana
nos ha llegado la noticia de que un magnate filipino acaba de salvar a la
bodega Garvey. Esa misma bodega que otro extranjero William Garvey, aristócrata
irlandés del condado de Waterdorf, fundara en 1,780 y el cual consiguió en
corto espacio de tiempo, hacer de Garvey una de las principales bodegas de Jerez.
Se dice que la oferta de Lucio Tan, que es como se llama
este filipino, ha llegado en un momento crítico en el que Garvey parecía
abocada a la liquidación. Según se informa la oferta presentada por el magnate
filipino por la unidad productiva oscila entre los 20 y los 25 millones de
euros, subrayando la dificultad que ha entrañado la negociación, iniciada hace
meses, por lo disperso de la propiedad de los activos de Garvey. Esto se une a
la reciente compra por el grupo filipino Emperador de las marcas Fundador,
Harveys, Terry y Tres Cepas, así como las plantas de producción de Jerez y de
Tomelloso, que se cerraron en una operación al contado valorada en 275 millones
de euros. A lo que se le suma la venta, hace unos años, de Bodegas San Bruno,
brandy de González Byass, al grupo filipino Emperador Distiller, reforzando así
el liderazgo mundial de Filipinas en producción de brandy.
El sitio de Baler es la gesta de un pequeño grupo de
españoles, los últimos de
Filipinas, que apagaba definitivamente un Imperio de 400
años en América. El imperio terminó y la cultura, la lengua, el derecho, la
religión y la tradición actual de los países americanos de hoy, mucho tienen
que ver con las de aquellos que durante 4 siglos defendieron con esfuerzo y
sangre el Imperio Español en América. El Jerez también se resiste y todas estas
inversiones que nos están llegando vienen, sin duda, a mantener el imperio de
la marca Jerez para que no se apague como se apagó el Imperio Español con los
últimos de Filipinas.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 5 de junio de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
William Garvey fundador de la afamada bodega jerezana que lleva su apellido. |
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