Tal
como se puede leer en la página de la jerezana Hermandad de la Vera-Cruz la Iglesia de San Juan de los Caballeros tiene sus
orígenes en la reconquista de la ciudad por parte de las tropas del monarca
Alfonso X El Sabio. Su sobrenombre “de los Caballeros” obedece a la tradición
de la asistencia y reunión de nobles caballeros en este templo pertenecientes a
las distintas órdenes militares, cuyos escudos campean en distintas claves,
bóvedas y paramentos de este edificio, indicando sus enterramientos.
En su interior, de una sola nave, presenta tres zonas
constructivas bien diferenciadas. La más antigua se remonta al siglo XV. La
apariencia actual del templo obedece a la restauración realizada entre los años
1884 y 1895 por el arquitecto José Esteve y López, que ejecutó una versión
subjetiva-medieval del edificio, retirando el antiguo coro de la nave y el
retablo mayor de la cabecera, cerrando las portadas de acceso de las capillas
colaterales al presbiterio y abriendo unas pequeñas puertas de inspiración
neomudéjar.
Entre una de las capillas interiores que fueron
cerradas al templo destaca la de los
Carrizosa, que fue incluso sagrario y hoy es sacristía. Está cubierta por una
bóveda gótica de crucería estrellada de la primera mitad del siglo XVI, destacando
en ella el sepulcro del comendador de la Higuera, D. Diego López de Carrizosa y
Perea, obra del arquitecto Antón Martín de Burgos en 1617.
Diego
López de Carrizosa y Perea, además de Comendador de la Higuera fue Caballero de
la Orden de San Juan de Jerusalén, nació el 11 de noviembre de 1564 y falleció
el 14 de julio de 1616. Era hijo de D. Diego López de Carrizosa y de Dª
Catalina de Perea y nieto del Jurado Juan de Perea. Fue bautizado en San Juan
de los Caballeros ya que vivió en la cercana calle del Molino de Morla.
Contrajo matrimonio con Luisa Ponce de León, perteneciente a esta ilustre
familia tan vinculada a nuestra ciudad.
Don
Diego quiso descansar para siempre en este templo de San Juan al que se sentía
tan unido, allí no sólo se conserva su suntuoso sepulcro sino también su
estatua orante. Un recinto que necesitaba de urgente restauración y que gracias
al convenio llevado a cabo hace unos años entre la Hermandad de la Vera-Cruz y
el Ayuntamiento de la ciudad, junto a otras colaboraciones y otros espacios del
templo, como la histórica capilla de la Jura, la antigua capilla de los
Carrizosa luce desde el pasado lunes totalmente restaurada. El Caballero Diego
López de Carrizosa ha ganado una nueva batalla y disfruta ya de su morada
eterna tal como él la concibió. Un logro más de esta señera cofradía en pro del
mantenimiento y conservación de la iglesia de San Juan de los Caballeros.
Y a todo
esto no olvidemos que el patrimonio cultural, además del enorme valor que
atesora, es fuente de crecimiento económico y creación de riqueza y empleo, no
sólo de forma directa, sino también como estímulo para el turismo. Todos los
estudios existentes relacionados con patrimonio y economía revelan su notable
importancia como motor de desarrollo en los sectores público y privado,
destacando un porcentaje alto de retorno de la inversión y un beneficio directo
a la mejora de la economía local. El templo de San Juan de los Caballeros se
prepara también para ello.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 16 de octubre de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Foto del ayer de la capilla de los Carrizosa, actual sacristía de la iglesia de San Juan de los Caballeros. (Arriba la misma capilla tras su reciente restauración) |
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