A la reciente denuncia de expertos conservadores sobre la
"intervención" en la imagen de San Jorge de Estella (Navarra), -una
escultura de madera policromada de principios del siglo XVI a la que se le ha
lijado la policromía original, se le ha aplicado varias capas de escayola y se
ha repintado con un resultado que ha provocado esta denuncia- se ha sumado la efectuada hace unos días
sobre la desaparición de cuatro ángeles de La Roldana de la catedral de Cádiz,
algo que se está investigando. En ambos casos se exige que se depuren
responsabilidades con el fin de que estos hechos no se vuelvan a repetir. Es
necesario que se pongan los medios adecuados para salvaguardar todo ese
patrimonio histórico-artístico que forma parte de esa valiosa riqueza cultural
de nuestros pueblos y ciudades.
En
este anhelo por preservar el patrimonio artístico y cultural también acaban de
saltar las alarmas por dos conventos de clausura que, al parecer, pueden verse
abandonados en breve por sus actuales comunidades religiosas. Nos referimos al
de las carmelitas descalzas de Sanlúcar de Barrameda y al de Madre de Dios de
Jerez, de franciscanas clarisas. Con respecto al convento sanluqueño las
propias religiosas han trasladado a los habitantes de Sanlúcar que "la
comunidad de Carmelitas Descalzas va a conservar siempre en Sanlúcar de
Barrameda su Iglesia y Museo Conventual para el disfrute de todos los amantes
de la belleza y la espiritualidad". Con respecto al convento jerezano aún
no se sabe bien que destino le espera aunque lo que es deseable que todo el
valioso patrimonio que contiene no corra la misma suerte que ha sufrido el
monasterio de dominicas del Espíritu Santo y, al igual que el de Sanlúcar, se
mantenga en Jerez para disfrute de todos los amantes de la espiritualidad y el
arte.
A
este respecto el profesor emérito de la Universidad de Sevilla y miembro de la
Real Academia Sevillana de Buenas Letras Rogelio Reyes Cano, al recibir
recientemente el XVIII Premio Joaquín Romero Murube por su artículo “Sevilla
por sus conventos”, en el que reflexionaba sobre la gran riqueza artística y
cultural de los cenobios sevillanos, defendía la necesidad de que las
administraciones y la sociedad civil encuentren una fórmula para garantizar su
supervivencia dado el inmenso tesoro de arte que guardan y la urgente necesidad
de evitar que todo ese importante patrimonio quede desperdigado o, en el peor
de los casos, perdido. Un imperativo moral de toda la sociedad que debe ser
consecuente con el riquísimo legado histórico recibido.
Como
muy bien se menciona en el Plan Nacional de
Abadías, Monasterios y Conventos asistimos a un proceso de cambio,
abandono y cierre de muchos de estos conjuntos como consecuencia de la
evolución de la sociedad. Paralelamente, se observa el desarrollo de procesos
de aculturación por la entrada de religiosos/as procedentes de otras culturas
que introducen nuevos valores y usos. Estos factores hacen que estos conjuntos,
de importantes valores patrimoniales, sean cada vez más vulnerables. Debemos
tener en cuenta la importancia de su declaración como BIC y la atracción social
desde el punto de vista cultural que estaban teniendo estos Bienes en la
actualidad. Es el momento de hacer una puesta en común y reflexionar sobre este
tipo de Patrimonio Cultural tan importante, singular, diferenciado, vulnerable
y desconocido en la mayoría de los casos para nuestra sociedad. La historia nos
lo agradecerá.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 1 de julio de 2018 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Desaparecido claustro del convento de Madre de Dios de Jerez de la Frontera. |
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