La jerezana plaza del
Mamelón está de última. La salida de la vuelta ciclista a España y ahora la
polémica surgida en torno a la Fiesta de la Bulería, trasladada a este sitio
tras muchos años de celebración en la plaza de toros, han puesto este popular
enclave jerezano en el candelero.
Los datos nos dicen que a comienzos del s. XIX, la plaza
era conocida como Alameda de Sevilla, posteriormente la zona llevó el nombre de
Reina Victoria y oficialmente la plaza está dedicada a la Virgen de
Fátima. La población siempre la ha
conocido como el Mamelón a secas. Según la Real Academia de la Lengua Española,
mamelón es una colina baja en forma de pezón de teta. Históricamente se
ha interpretado que durante el periodo árabe, en ese lugar existiría un
montículo desde donde se podía divisar Jerez, y que después de la Reconquista
fue allanado y añadido al Llano de San Sebastián, si bien permaneció el nombre
popular. Tras las transformaciones ocurridas en la Alameda Cristina y en la
Plaza de Aladro, en 1893 la plaza se urbaniza y embellece, y se convierte en un
bonito paseo.
En
1952 se le añade el monumento a San Juan Bautista de la Salle. A principios de
los años setenta adquiere las dimensiones actuales tras el derribo de las dos
manzanas que separaba este espacio de la Alameda Cristina. Las manzanas estaban
divididas por la prolongación de la calle San Juan de Dios y la más cercana a
la Alameda Cristina la ocupaba la mansión de los marqueses de Salobral que, con
su airoso mirador, presidía los antiguos llanos de San Sebastián.
En
el solar resultante de ambas manzanas se instalaron las atracciones de la
última Feria de la Vendimia, trasladada al centro con la intención de hacerla
más popular, aunque resultó un fracaso. En 1987 la plaza experimentó la última
gran remodelación, con la creación del lago y nuevo mobiliario urbano. Con un
presupuesto de 60 millones de pesetas, el arquitecto que diseñó la plaza fue
José Ramón Díaz Pinto. Finalmente con motivo de los Juegos Ecuestres Mundiales
de 2002 se volvió a reformar añadiendo el monumento al enganche.
Solo
la zona del monumento al fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
mantiene su aspecto evocador y romántico de tiempos pasados. Lugar de rezos
ante la Virgen de Fátima peregrina, de aquella pequeña gasolinera cuando el
tráfico aún era escaso, de juegos infantiles y de reuniones juveniles con la
cafetería Manila o el bar Los Palitos en el recuerdo.
Ahora
ese mamelón o montículo ha servido para subirse en él y mostrar a Jerez y a
toda España los encantos de una ciudad entre botas de vino y venencias
derramando líquidos elementos, para tomar impulso con los pedales y bajar a
recorrer en bicicleta las carreteras de nuestra noble patria y, también, para
la genuina fiesta del flamenco, en esa Fiesta de la Bulería que, con sus ecos,
hará del centro de Jerez un gran escenario abierto a todos.
Antonio
Gallardo Molina, que de arte sabía mucho y más, con la gracia y genialidad que
le caracterizaba nos dejó para siempre estos versos dedicados al Mamelón: “Tampoco
a mi dan nombre de plaza. Ni yo lo quiero, pues sin que alguno se asombre, yo
lo soy de cuerpo entero. Del camino de Sevilla soy hermana y compañera, y huelo
de maravilla al llegar la primavera. Si estoy llena de alegría, yo no encuentro
la razón… ¡Dios mío…! ¿Quién me pondría el nombre de Mamelón?
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 31 de agosto de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
El Mamelón ya con el monumento de San Juan Bautista de La Salle y su dedicación a la Virgen de Fátima. |
Postal antigua del Mamelón cuando se denominaba Avenida de la Reina Victoria. |
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