En el Marco de Jerez, se conoce como bota a un barril o tonel de 600 litros fabricado en roble americano. Estas botas se usan para
madurar el vino de Jerez, también llamado «Sherry» en los
países anglosajones, de acuerdo a las normas del consejo regulador.
Antiguamente, las botas en las que
se exportaba el Jerez a Inglaterra se vendían a productores de whisky de Escocia, que las
utilizaban para envejecer el whisky ya que le añade una gran complejidad debido
al Jerez que tienen impregnado. Hoy en día todo el Jerez sale ya embotellado,
así que los escoceses utilizan las barricas usadas en EE.UU. para el
envejecimiento del Bourbon, aunque todavía hay un mercado de
«envinado» y exportación de botas desde Jerez a Escocia para envejecer los whiskies
de mejor calidad.
Se
cree que todo fue una casualidad. En el siglo XVIII los productores de whisky
decidieron almacenar su destilado en botas de oloroso de Jerez vacías para burlar un nuevo impuesto del
parlamento escocés destinado
a financiar el ejército. Por aquel entonces, los vinos de Jerez eran muy
populares en Gran Bretaña. Tanto, que convirtieron Jerez de la Frontera en una
enorme ciudad-bodega orientada a la exportación. En el siglo XIX las destilerías de scotch empezaron a usar conscientemente las
botas que habían contenido vino dulce, ya que descubrieron que aportaban unos matices organolépticos
interesantísimos al destilado de malta que ahí se dejaba criar.
Desde entonces no hay ningún whisky
escocés de alta calidad (blended
y single malts)
que no apueste por botas de roble español previamente envinadas en oloroso de
Jerez (normalmente unos dos años).
Jerez, por tanto, se siente muy
unido a Escocia, principalmente por las relaciones comerciales del mundo del
vino, de todo ello nos puede hablar mejor José Luis Jiménez y su estudio sobre
los personajes del Jerez. Uno de ellos fue Arthur Gordon, con títulos de nobleza en su ascendencia, lo
encontramos por primera vez en Jerez en 1754, huido de su patria a causa de las
persecuciones religiosas desencadenadas tras la batalla de Culloden, y
políticas entre los partidarios de los Estuardo y los Tudor. Dedicado a negocios diversos de exportación e
importación, con halagüeña fortuna, pronto los abandonó para dedicarse por entero
al de vinos, adquiriendo en principio diversas bodeguitas de Jerez hasta
edificar en 1787 las suyas propias, amplísimas, en la plaza de las Atarazanas.
Arthur Gordon dio nuevo rumbo al comercio de vinos, introduciendo innovaciones
científicas y prácticas no sólo en los sistemas de elaboración y crianza de los
vinos de Jerez, sino en el de la exportación, creando una amplia red de agentes
y distribuidores que pronto convirtieron su firma en una de las más potentes.
Otro fue Kenneth Mackenzie que también era originario de Escocia y que
entre 1859 y 1860 se traslada a Jerez donde establece su firma Mackenzie&CºLtd.
Y
un personaje singular que muchos recordarán era aquel señor mayor, corpulento y
vestido de escocés que nos visitaba todos los años por Feria. Pepe “El escocés”,
no se perdía una Feria, en especial la de Sevilla, El Puerto de Santa María y
Jerez, donde nada más llegar ya probaba los exquisitos caldos del Marco
jerezano y, como las botas que desde aquí se exportaban a su tierra, no paraba
hasta llenar su propio barril.
Hoy
Pepe “El escocés”, rompedor de fronteras, tras el referéndum celebrado en
Escocia, levantará su copa por Europa, por Reino Unido, por Escocia, por
Sevilla, El Puerto y Jerez y por la
unidad de todos los pueblos.
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 21 de septiembre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Pepe "El escocés" un personaje que era habitual en las Ferias del sur de España. |
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