El pasado año la directora del Departamento de Geografía,
Historia y Filosofía de la Universidad Pablo Olavide, Silvia María Pérez
González, ofreció una conferencia en el Obispado de Jerez sobre 'Las cofradías
jerezanas de la Baja Edad Media y los orígenes de la Semana Santa', dentro de
los actos del 525 aniversario de la recepción canónica de la Hermandad del
Mayor Dolor. En esta conferencia habló de cofradías jerezanas y su gobierno,
mencionando a una Hermandad integrada sólo por mujeres, Santa María de las
Candelas Amarillas, con una función social "muy importante",
desaparecida a finales del siglo XVI.
La misma investigadora en un interesante artículo sobre mujeres
y cofradías en la Andalucía de finales de la Edad Media, nos dice que para la ciudad de
Jerez de la Frontera hay documentada una cofradía, la de Santa María, que tenía
su advocación en la iglesia de San Salvador, cuyo prioste o, mejor dicho, cuya
priosta era una mujer, Elvira Alfonso, viuda. Recordemos que el prioste de una
cofradía era el cargo más importante para la época estudiada dentro de su junta
de gobierno. Sería el equivalente a los actuales
hermanos mayores.
La Semana
Santa es un fenómeno importante por su calado social, por su dimensión
religiosa, por su atracción cultural. Y ello, porque se trata de una expresión
fundamentalmente popular; esencialmente religiosa, necesariamente cultural. Además nos encontramos ante un acontecimiento susceptible de
ser analizado y considerado desde muy distintos puntos de vista, y con
planteamientos no necesariamente convergentes. Efectivamente, al tratarse de
una realidad que bebe de todo aquello de lo que se nutre la propia sociedad que
le da vida, las cofradías, sus manifestaciones y posicionamientos sociales
serán, inevitablemente, un reflejo de ese mismo pueblo.
Hay que
tener en cuenta que las propias cofradías se encuadran históricamente en su
sociedad en la que el papel de dirigentes estaba reservado a los hombres, solo
hay que repasar el listado de alcaldes, presidentes del gobierno o de entidades
y organismos de importancia para comprobar que la mujer brilla por su ausencia.
En nuestra
ciudad solo la Hermandad de Jesús Nazareno fue abanderada de la mujer en su ya
larga historia, pues en su Estatutos de 1865, año de su reorganización, ya
permitía el ingreso tanto de hombres como mujeres y no se señala que las
mujeres no vayan en la procesión o no figuren en la junta de gobierno, debiendo
suponer que en esto se remitían a las normas existentes.
Pero esto
era un hecho aislado pues no es hasta 1996 cuando el Obispo Bellido Caro
equipara, por decreto, la igualdad de derecho de hombres y mujeres en nuestras
Hermandades. Sin embargo no ha sido hasta el pasado miércoles cuando la mujer
ha dado el paso definitivo de su integración total en el universo cofrade
jerezano. Eva Castañeda, es su nombre y desde dicho día es ya la Hermana Mayor
electa de la Hermandad del Perdón, una corporación que rompió moldes cuando se
creó desde el mundo obrero, con un Crucificado muy distante de los modelos
barrocos y que, ahora, con esta elección, vuelve a hacer historia en la ciudad.
La primera Hermana Mayor de esta nueva era de
las cofradías, que, como todo en la vida, ha necesitado su tiempo, un tiempo en
el que la mujer ha demostrado cuanto pueden aportar a unas instituciones
antiguas, celosas de su rico legado pero a su vez abiertas a los nuevos tiempos.
Un logro más a favor de la igualdad.
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 14 de septiembre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Las hermanas de Jesús Nazareno, una tradición de siglos de participación de la mujer en la Semana Santa de Jerez. |
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