martes, 4 de noviembre de 2014

RECORDANDO A LOS FOSSORES


 
 
Llegada la festividad de los fieles difuntos vuelven las tradicionales visitas a los cementerios. Es un día muy especial para hacer memoria y recordar, junto con nuestros seres queridos que ya se marcharon, la meritoria labor que durante años realizaron en Jerez los Hermanos Fossores de la Misericordia en el cementerio de nuestra ciudad.

Esta institución religiosa, considerada como una de las más originales surgidas durante el siglo XX en el seno de la Iglesia, tuvo su origen en Guadix en el año 1952 y su fundador se inspiró en el Libro de Tobías (1,16-18) para crear una congregación dedicada a cumplir, de forma específica, las dos últimas obras de Misericordia: enterrar a los muertos y rezar por los vivos y difuntos. El 16 de julio de 1958, sería erigida por decreto episcopal como “Pía Unión”.

La nueva institución religiosa fue acogida con gran interés y admiración por el pueblo de Guadix y, debido a su originalidad e impacto social, la noticia no tardó en divulgarse por otras regiones de España. Pronto llegaron peticiones de distintos municipios que, a medida que se fue nutriendo de vocaciones y formando a sus nuevos miembros, fueron siendo atendidas de forma pausada y razonable. Así, a través de seis años (1953-1969) se fundaron hasta siete comunidades de Hermanos Fossores en otras tantas poblaciones: además de Guadix, entre ellas Jerez de la Frontera.

La de Jerez fue la segunda fundación de la orden y se llevó a cabo el 26 de agosto de 1959. Era Concejal Delegado de Cementerios y Beneficencia Manuel González de la Peña y Reyes que con Juan Pedro Domecq y Díez se pusieron en contacto con la Orden para que vinieran a Jerez, al nuevo cementerio de La Merced.

Agustín Sánchez Díaz,  que fuese delegado episcopal de los Hermanos Fossores de la Misericordia en un artículo publicado en la Revista Amanecer de la Parroquia del Sagrado Corazón de la Estación de Guadix en septiembre de 1959 escribió: “Siempre Jerez fue elegancia y caballerosidad, al Excmo. Sr. Alcalde y a todos cuantos hicieron posible la nueva fundación, siempre les conservaremos uno de nuestros más gratos recuerdos. El prestigio de la noble ciudad, Jerez, su sabia y clásica armonía, su estilo y sus grandes medios de difusión han llevado a la prensa y radio de innumerables países el nombre de la nueva institución”.

Después de 34 años en nuestra ciudad, de cuido del Camposanto, de servicio en los duros momentos de la muerte y de su labor de apostolado, el 25 de febrero de 1993, los Hermanos Fossores de la Misericordia  abandonaron definitivamente el cementerio de Nuestra Señora de la Merced. Con una misa oficiada por el Obispo Bellido en la pequeña capilla del cementerio, como única despedida - ya que ellos no quisieron ningún acto oficial- fray Hermenegildo y fray Tobías dijeron adiós Jerez.

En el Camposanto / como en su elemento / de noche y de día. / Con sol o lloviendo /están los fossores / en perenne asiento / velando los sueños / de los que se fueron. / Por eso yo cambio / de Bécquer los versos / pues no quedan solos / Dios mío, los muertos.

En este mes de los difuntos que ahora comenzamos el recuerdo a los Hermanos Fossores de la Misericordia plasmado en estos versos que publicó fray Tobías con motivo de la despedida. Aquel día, como predecían los versos becquerianos, si que se quedaron un poco más solos los muertos.
(Artículo publicado en INFORMACIÓN JEREZ  el pasado domingo 2 de noviembre de 2014 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Llegada de los Hermannos Fossores a Jerez.


Momentos de la despedida del cementerio jerezano.
 

 

 

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