miércoles, 3 de junio de 2015

MIRAR DE FRENTE


 
 
Cuentan los historiadores que a finales de la Edad Media eran muy frecuentes las disputas entre familias ilustres o de la aristocracia de Jerez. Discusiones y peleas muy relacionadas con la política y con los distintos matrimonios, que se veían tanto en el Ayuntamiento o como un duelo al sol en la propia calle, ante todos los vecinos. Debates que nacían en el mismo Consistorio, ya que estas familias tenían voz y voto en él, y que en muchas ocasiones la cosa acababa en grandes dramas. Broncas inmortalizadas en las Actas Capitulares de Cabildo o en los Protocolos Municipales con las cartas de dotes o enlaces matrimoniales, testamentos en los que las familias dejaban detalles personales que reflejaban a quién querían y a quién odiaban. Fuentes todas ellas que están en el Archivo Municipal.

Las elecciones municipales han puesto sobre la mesa afectividades y odios, pretendientes a cargos y matrimonios mal avenidos dentro de las mismas familias, bandos que han ganado batallas en las urnas pero no la guerra, debates que pueden acabar en broncas y broncas que hoy, porque interesan, se convierten en debates.

Y mientras esos duelos al sol en la propia calle se producen, los ciudadanos asisten impactantes a la espera de saber que se va a hacer con su voluntad mayoritaria. Con el deseo de que se anteponga lo que une por encima de lo que separa, de que se hable más de Jerez y de cómo afrontar su futuro que de diferencias políticas. Esperan que se den respuestas a las necesidades y expectativas de los ciudadanos, de forma eficiente, por un equipo humano profesional y orientado a la excelencia y a la innovación; que se cuente con una atención personalizada y transparente, que se sea eficiente en la gestión de los recursos y que se apliquen medidas de respeto a las creencias y protección del patrimonio cultural e histórico, en definitiva que se atienda a la ciudad y a todo lo que ella significa por encima de ideologías o intereses partidistas de una u otra tendencia.

Los conceptos de izquierda y derecha -nacidos con la Revolución Francesa- como analizadores de la posición política, luego de dos siglos han caído en una franca confusión de sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del electorado, como la derecha histórica que ha lavado sus textos en una suerte de populismo para lograr adeptos entre el proletariado. En estos momentos en el que tanto se mira a izquierda y derecha el pueblo cada vez tiene más claro que no hay que mirar a un lado ni a otro sino  al frente para poder avanzar, marcarse metas y sacar la ciudad adelante, más aún cuando de Ayuntamientos se trata.

Yo, mientras se ponen de acuerdo, me quedo con esta canción de nuestros paisanos “A dos velas”. Tan a “A dos velas” como muchos municipios. “Me gusta la gente que cuando saluda te aprieta la mano con fuerza y sin dudas. Me gusta la gente que cuando te habla te mira los ojos, te mira de frente, te dice a la cara aquello que siente y nada se calla y no tiene dobleces; me gusta esa gente”. Son gentes que existen incluso en los sillones de la política.
(Artículo que publiqué el pasado domingo 31 de mayo de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ  y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Caballeros jerezanos en la plaza del Arenal. Siglo XVII.
 

 

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