Cuentan
los historiadores que a finales de la Edad Media eran muy frecuentes las
disputas entre familias ilustres o de la aristocracia de Jerez. Discusiones y
peleas muy relacionadas con la política y con los distintos matrimonios, que se
veían tanto en el Ayuntamiento o como un duelo al sol en la propia calle, ante
todos los vecinos. Debates que nacían en el mismo Consistorio, ya que estas
familias tenían voz y voto en él, y que en muchas ocasiones la cosa acababa en
grandes dramas. Broncas inmortalizadas en las Actas Capitulares de Cabildo o en
los Protocolos Municipales con las cartas de dotes o enlaces matrimoniales,
testamentos en los que las familias dejaban detalles personales que reflejaban
a quién querían y a quién odiaban. Fuentes todas ellas que están en el Archivo
Municipal.
Las
elecciones municipales han puesto sobre la mesa afectividades y odios,
pretendientes a cargos y matrimonios mal avenidos dentro de las mismas
familias, bandos que han ganado batallas en las urnas pero no la guerra, debates
que pueden acabar en broncas y broncas que hoy, porque interesan, se convierten
en debates.
Y
mientras esos duelos al sol en la propia calle se producen, los ciudadanos
asisten impactantes a la espera de saber que se va a hacer con su voluntad
mayoritaria. Con el deseo de que se anteponga lo que une por encima de lo que
separa, de que se hable más de Jerez y de cómo afrontar su futuro que de
diferencias políticas. Esperan que se den
respuestas a las necesidades y expectativas de los ciudadanos, de forma
eficiente, por un equipo humano profesional y orientado a la excelencia y a la
innovación; que se cuente con una atención personalizada y transparente, que se
sea eficiente en la gestión de los recursos y que se apliquen medidas de
respeto a las creencias y protección del patrimonio cultural e histórico, en
definitiva que se atienda a la ciudad y a todo lo que ella significa por encima
de ideologías o intereses partidistas de una u otra tendencia.
Los
conceptos de izquierda y derecha -nacidos con la Revolución Francesa- como
analizadores de la posición política, luego de dos siglos han caído en una
franca confusión de sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende
moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del
electorado, como la derecha histórica que ha lavado sus textos en una suerte de
populismo para lograr adeptos entre el proletariado. En estos momentos en el
que tanto se mira a izquierda y derecha el pueblo cada vez tiene más claro que
no hay que mirar a un lado ni a otro sino al frente para poder avanzar, marcarse metas y
sacar la ciudad adelante, más aún cuando de Ayuntamientos se trata.
Yo,
mientras se ponen de acuerdo, me quedo con esta canción de nuestros paisanos “A
dos velas”. Tan a “A dos velas” como muchos municipios. “Me gusta la gente que
cuando saluda te aprieta la mano con fuerza y sin dudas. Me gusta la gente que cuando te habla te mira los ojos, te mira de frente, te dice a la cara aquello que siente y nada se calla y no tiene dobleces; me gusta esa gente”.
Son gentes que existen incluso en los sillones de la política.
(Artículo que publiqué el pasado domingo 31 de mayo de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).
Caballeros jerezanos en la plaza del Arenal. Siglo XVII. |
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