El ser humano tiene un típico error: buscar culpables fuera de sí mismo, para cualquier problema. Si acertamos, es nuestra virtud, pero si erramos, seguramente será responsabilidad del otro. Antes de decir “me equivoqué”, es probable que digamos que fue por la mala suerte, el clima, el jefe, el transporte, el zodíaco o la alineación de los planetas. Cualquier cosa antes de afrontar la realidad y asumir las falencias. Es práctica habitual, y más en la actividad política, el echar la culpa a todos los factores externos habidos y por haber, en especial a lo que se ha gestionado en gobiernos anteriores, en lugar de asumir nuestros propios errores de gestión, de planteamiento, de cálculo o de planificación.
Esta actitud humana se evidencia cada vez más en la clase política, los problemas de la España de hoy, según los actuales dirigentes, son culpa de la gestión al frente del gobierno de Zapatero, pero los que se encontró Zapatero, sus partidarios se lo achacaban a los años que estuvo Aznar dirigiendo los destinos de la nación. Cuando el PP llega al poder tuvo que enfrentarse a la herencia dejada por los socialistas con Felipe González al frente y el PSOE llega a gobernar por los errores de la desaparecida UCD. La culpa de lo que aún sucede en España muchos hay quienes afirman que son consecuencia del régimen surgido tras la Guerra Civil. Lo ocurrido en 1936 fue justificado por los desordenes de la II República y la II República surge por los errores de la monarquía de Alfonso XIII y así sucesivamente.
Estamos habituados a que los políticos les echen la culpa de los problemas a los gobiernos que le antecedieron, sobre todo si es de signo contrario porque si es del mismo por disciplina de partido se callan. El ejemplo lo tenemos en la Junta de Andalucía que al llevar tantos años el mismo partido en el poder no tienen herencia a quien echarle la culpa de los problemas de los andaluces.
En Jerez, y esta pasada semana hemos sido testigo de ello, todos los males de la ciudad en la actualidad son del gobierno municipal anterior pero es que antes cuando gobernaba el PP muchos de ellos eran de la herencia socialista. Cuando llegaron los socialistas tuvieron que enfrentarse a la política municipal que desde las primeras elecciones democráticas se había llevado en nuestra ciudad y esa herencia fue el mejor argumento para no responsabilizarse de los problemas municipales.
Puede que muchos de los inconvenientes con los que se encuentre un dirigente que accede al poder sea heredado pero, lo que está claro, que no acceden a los cargos para señalar culpables sino para gestionar y buscar soluciones. La Administración no está para señalar las dificultades, sino para arreglarlas. No son tiempos los actuales de andar constantemente buscando responsables en el pasado, sino actuar mirando al futuro. Los ciudadanos están cansados ya de que los políticos hablen tanto del pasado y tan poco de sus propios fallos para corregirlos. Saben que en política se arrastra muchos inconvenientes que dificultan la marcha pero ya está bien de echar la culpa a los de antes porque al final va a tener razón aquel que decía que de tanto mirar para atrás por fin nos vamos a dar cuenta que la culpa de todo fue de Adán y Eva.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 17 de enero de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )
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