Se
cumplen en este año el cuatrocientos aniversario del Carisma Vicenciano. En la
reunión anual que los representantes mundiales de las ramas de la Familia Vicenciana
tuvieron en Roma durante el mes de enero de 2016, se anunció oficialmente la celebración
de los 400 años del Carisma Vicenciano, con el siguiente lema: “Fui forastero y
me recibisteis… Mt 25, 35)”. El actual Superior General de la Congregación de
la Misión y de la Compañía de las Hijas de la Caridad, P. Tomaz Mavric, C. M.,
con ocasión de la fiesta de San Vicente de Paúl, volvió a recordar esta fecha
como “una gracia especial que la Providencia nos ofrece”.
La
Fundación de la Congregación de la Misión o Misioneros Paúles tuvo lugar el día
25 de Enero de 1617, día de la Conversión de San Pablo. El Carisma Vicenciano,
es la intuición o visión profética de San Vicente de haber sabido captar los
problemas acuciantes de su tiempo, en el contexto sociológico, cultural y
religioso de su época y haber dado respuesta evangélica a esa problemática.
Las Hijas de la Caridad constituyen,
sin duda, junto a los Misioneros
Paúles, la
obra maestra de Vicente de Paúl. Su sola presencia, como institución dentro de
la Iglesia, supone una verdadera revolución, algo que socaba los cimientos
mismos de la concepción de la vida religiosa femenina, e incluso del papel de
la mujer en la iglesia, de entonces, y aún de ahora, aunque en menor medida. Heredera
de una ancestral tradición, que todavía hoy no ha sabido adaptar del todo a los
nuevos tiempos, la institución eclesial ha reducido a la mujer, durante siglos
a un papel secundario, a actuar entre bastidores. El claustro era el único
camino válido en el pasado para aquellas que decidieran servir a Dios en cuerpo
y alma. Otros habían intentado,
antes que Vicente, romper este cerco, cada vez más angustioso, pero sus
esfuerzos había resultado vanos. Vicente, en cambio, tras un forcejeo tenaz,
llevará a cabo, con éxito, la empresa: a partir de él, la contemplación y el
claustro dejarán de ser el único camino que se ofrecerá a la mujer para
consagrarse a Dios. La Hija de la Caridad encontrará a Dios en el pobre y le
buscará allí donde el pobre se encuentre.
La
gran familia Vicenciana está presente en los cinco continentes con diferentes
ministerios: desde las misiones, pasando por las obras de salud, la atención a
las personas en situación de calle, a los refugiados, a los niños abandonados,
y a las madres jefes de hogar, hasta la educación, la formación y las obras de
promoción y desarrollo.
Las Hijas de la Caridad que en nuestra ciudad han atendido
centros como el Asilo de San José, en la antigua Residencia General Primo de
Rivera, la Gota de Leche o la Casa Cuna posteriormente “Hogar de los Dolores,
llegaron a Jerez en 1841, concretamente al antiguo hospital de Santa Isabel,
posteriormente iniciaron en 1897 su labor en el colegio del Salvador, donde hoy
mantienen el loable comedor benéfico y, años más tarde, concretamente en 1909,
en las escuelas de Madre de Dios.
De
este colegio de Madre de Dios partió el pasado lunes la Virgen de la Medalla
Milagrosa, hasta la Santa Iglesia Catedral para celebrar allí un triduo
conmemorativo del cuatrocientos aniversario del Carisma Vicenciano. Cuatro
siglos al servicio de la Iglesia y de los pobres.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 3 de diciembre de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
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