Jerez
ha clausurado brillantemente, el pasado jueves festividad de la Inmaculada
Concepción, los actos conmemorativos del IV Centenario del Voto Concepcionista de
la ciudad.
Era el
momento en el que la Iglesia sustituía en la liturgia la palabra
“Santificación” por el término expreso de la “Concepción” de María cuando el
franciscano Luis de Carvajal estaba metido de lleno en la fabricación de la
suntuosa capilla de la Concepción del jerezano convento de San Francisco. Una capilla
que consigue que se haga realidad a expensas de la ciudad y de números devotos.
La misma capilla que en 1617 sirve de
marco para que autoridades, religiosos de distintas órdenes y el pueblo
jerezano, rompiendo diques, emiten en 1617 solemne juramento y voto de sangre
de defender el glorioso privilegio de María, siglos antes que la propia Iglesia
reconociera la Inmaculada Concepción de la Virgen como dogma de fe.
La
historia de la devoción a la Inmaculada Concepción de María está, por tanto, vinculada
a la historia de la ciudad de Jerez, muy enraizada, por otra parte, en la
religiosidad popular que supo crear todo un elenco patrimonial de obras de arte
para potenciar aún más esta creencia. Tallas de Martínez Montañés, Alonso Cano,
Pedro de Mena, Roldán, Alonso Martínez o Pedro Duque de Cornejo, y las pinturas
de El Greco, Cristóbal Gómez, Pedro Villegas Marmolejo, Francisco Pacheco, Juan
de Roelas, Zurbarán y sobre todo Murillo, entre otros muchos, son la mejor
muestra de la fe a la Virgen Inmaculada
de un pueblo que siempre se ha sentido profundamente sensibilizado con este
misterio.
Jerez puede presumir de contar con
un rico patrimonio relacionado con la Inmaculada. Magníficas esculturas de la
Pura y Limpia han sido veneradas durante siglos en iglesias y conventos.
Algunas de ellas incluso presidiendo retablos mayores, como los de San Mateo,
San Francisco o el convento de San José de la calle Barja; otros ya
desaparecidos tales como el de la Vera-Cruz, cuya portentosa talla de la
Inmaculada se conserva actualmente en la sacristía de Santo Domingo o el
neoclásico de San Pedro con una escultura de la Purísima que hoy preside el
templo de la aurora en la bella localidad serrana de Grazalema.
Otras bellas imágenes de la Inmaculada
Concepción presiden templos jerezanos, desde un lugar destacado de su
presbiterio, como la Inmaculada Concepción de nuestra catedral, obra de
Baccaro, la montañesina de San Pedro, la dieciochesca de San Dionisio o la
conocida como Virgen de Nazaret de la parroquia de Madre de Dios, que hace
patente, como ya hemos dicho anteriormente, esa defensa que los Jesuitas
también hicieron del misterio y que, en Jerez, se hizo presente, durante años,
en la Congregación de la Inmaculada de los Luises de la antigua residencia de
la plaza de la Compañía, donde aún perdura ese azulejo con la Inmaculada sobre
la puerta lateral de la que fuera iglesia de San Ignacio.
Podríamos
mencionar muchas más, tallas de la Purísima que se reparten por iglesias y
conventos de nuestra ciudad además de cuadros, pinturas, retablos cerámicos,
leyendas, jaculatorias con el “Concebida sin pecado original” sobre mansiones y
viviendas populares y hasta comercios con el nombre de La Concepción que forman
parte ya de nuestra historia local. Una ciudad que no olvida su pasado y que
sigue empeñada, a pesar de los nuevos tiempos, en mantener todo este patrimonio
material e inmaterial que tanto nos enriquece.
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 10 de diciembre de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
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