Diego Ortiz de Zúñiga afirmaba rotundamente en 1506,
que “en las cofradías se ve una de las mayores grandezas de la ciudad... que
siendo cristiana devoción y lo ostentoso de la exterioridad, no puede desearse
cosa de mayor ejemplo y de más cristiana grandeza".
Si bien las Hermandades realizan una loable labor
social durante todo el año es en la Navidad donde se hace más patente esa
ejemplar entrega a quienes más lo necesitan. Las noticias que nos llegan estos
días hablan por sí solas de ese esfuerzo común del mundo cofrade por atender a
las clases más desfavorecidas y regalar felicidad en estos días de conmemoración
de la venida del Niño-Dios.
Las
Hermandades desarrollan en la actualidad una labor asistencial vigorosa que va
en aumento con los años. Son incontables los proyectos asistenciales a los que
nuestras corporaciones prestan su apoyo, bien a través de una participación
indirecta, bien mediante la implicación efectiva de sus miembros en algún
proyecto específico. Una muestra de ello son las pujantes Bolsas de Caridad, la
incesante colaboración con instituciones benéficas como el comedor del Salvador
o el Hogar San Juan, con las residencias de ancianos y con las distintas
Cáritas parroquiales o, incluso, la creación de varias iniciativas con fines
asistenciales tales como el comedor benéfico creado recientemente por la
Hermandad de la Esperanza de la Yedra con motivo de la Coronación Canónica de
la Virgen. Mención aparte merece, también, la ayuda de las Hermandades a los
conventos de clausura, colaborando no solo en el cumplimiento de sus fines
sino, incluso, en el mantenimiento de unos cenobios que, en la mayoría de los
casos, acumulan siglos de historia jerezana y atesoran incalculables joyas
artísticas y devocionales.
El
auge que nuestras Hermandades han experimentado durante el siglo XX ha
repercutido de forma notoria en la promoción de esta importante labor
asistencial cuyo desarrollo sigue un ritmo creciente en las últimas décadas. Es
innegable que la caridad ha desempeñado, históricamente, una importante misión
en el seno de las Hermandades. Es segura en el siglo XV la existencia en Jerez
de varias cofradías, casi todas ellas asistenciales, las de San Antón, San Bartolomé, Santa María
del Pilar, la Misericordia, la Sangre, la Concepción de las Viejas, Santa María
del Alcázar y la Natividad de Nuestra Señora. Es interesante subrayar este
aspecto asistencial de las cofradías jerezanas, máxime cuando ya en la
antigüedad consta el gran esfuerzo que tenían que hacer las propias cofradías
para mantener sus hospitalitos tan necesarios por aquellos tiempos.
Hoy las circunstancias han cambiado: no solo
por el progreso general de nuestra sociedad y porque nuestras Hermandades han
venido consecuentemente a mejor fortuna, sino también porque el magisterio de
la Iglesia, profundamente renovado tras el Concilio Vaticano II, urge a los
laicos a una acción directa e inmediata en la propagación del Evangelio. Fruto
de ello, los cofrades son cada vez más sensibles y más conscientes de que el
culto necesita ser autentificado en el pergamino de la vida con la tinta del
propio esfuerzo en pro de los que más necesitan de la ayuda de todos.
(Artículo que publiqué en MIRA JEREZ el pasado día 31 de diciembre de 2017)
Años 20 del pasado siglo XX. Comida ofrecida por la Hermandad del Cristo de la Expiración a los ancianos del barrio de San Telmo. |
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