El
antiguo edificio de Díez Mérito, de titularidad municipal, sigue abandonado,
sin uso y a la espera de un eterno acuerdo con el SAS que nunca llega.
En
el año 2009 se daba la noticia de que, por fin, el edificio sería reutilizado. La
singularidad del inmueble y la necesidad de adaptarse a lo ya construido fueron
los principales motivos que alargaron la elaboración de un anteproyecto
destinado a acoger un centro de salud que sustituiría al actual de Madre de Dios,
en la calle Porvenir. Y cuando el panorama sanitario parecía calmado en la
ciudad, la Junta de Andalucía sorprendió con esta convocatoria de la
contratación de servicio para la redacción del anteproyecto y del proyecto
básico y de ejecución de las obras de un nuevo centro de salud en Jerez,
mediante la reforma de las antiguas Bodegas Diez-Mérito de la localidad. Por lo
que el nuevo y demandado ambulatorio de Madre de Dios iniciaría su andadura. Según
publicó el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), el Servicio Andaluz
de Salud (SAS) resolvió convocar la contratación de este servicio, que incluía
la redacción, la coordinación en materia de seguridad y salud durante la
elaboración del proyecto. Asimismo, la convocatoria incluyó que el contratista
llevara a cabo la dirección de la obra, dirección de ejecución de la misma y la
coordinación en materia de seguridad y salud durante la ejecución de las obras.
El importe total ascendía a 454.372 euros, exigiéndose al contratista solvencia
económica y financiera, así como solvencia técnica y profesional.
No
sabemos si esa solvencia económica o financiera ha sido el motivo de que este
proyecto aún no se haya llevado a cabo o son otros intereses los que han
impedido que este amplio y singular
edificio se encuentre actualmente restaurado y a pleno rendimiento.
Mientras tanto distintos colectivos
y medios de comunicación siguen denunciando que este edificio, sede, por
último, de la Escuela de Relaciones Laborales sigue siendo víctima de un
auténtico expolio desde que quedase en desuso. Unas magníficas instalaciones
que continúan absolutamente abandonadas y con un importante deterioro
progresivo.
Un edificio que corona
una figura que con sus brazos abiertos parece clamar al cielo para que ni la
burocracia, no los intereses mundanos impidan por más tiempo salir de la
situación penosa en la que se encuentra. Unos brazos abiertos encima de un
enorme barco que se hunde y que, como un Titanic en un mar de modernas
edificaciones, intenta mantenerse a flote mientras quienes capitanean esta nave
llevan ya demasiado tiempo tocando sus violines.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 13 de enero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)
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