Además de las
celebraciones, reuniones y buenos deseos que trae el fin de año, es la
oportunidad para hacer balances. Así pues, se considera que un año es un ciclo,
el cual comprende un inicio y un fin, y aunque la vida no se termina cuando el
reloj muestra la medianoche del treinta y uno de diciembre, sí es la clausura
de un período de la vida que merece cierta reflexión. Tal como al
comienzo del año se acostumbra hacer una proyección del futuro, también es
importante echar un vistazo atrás y hacer un recuento de los sucesos negativos
y positivos que acontecieron.
De todo ello ha sido
testigo, durante todo el 2012, este recuadro de Jerez intramuros. Iniciamos el
mes de enero con los reyes capoteando temporales, el anuncio de las elecciones
en Domingo de Pasión, las iniciativas para la plaza de la Encarnación y la
creación de una serie de rutas guiadas por la ciudad. Continuamos, por febrero,
con el asunto de los palcos de Semana Santa. Marzo vino con la venta de las
aguas, la crispación social, con la plaza Esteve y su remodelación y con la
ciudad “a dos velas”. Abril se inició con la Semana Santa y la “visita
indeseada” de la lluvia, llegaron de nuevo el “encierro en las iglesias” y la
“pasión por el motor” con motivo del mundial de motos. Mayo nos llegó con las
“comuniones”, con la feria “vendiendo una cosa que no vale tres”, con la
recuperación de los claustros y el recuerdo a Salvador Díez, el bicentenario de
González Byass y la memoria de Manuel María González. Un nuevo conflicto llegó
en Junio, el de los bomberos que “echaban chispas”, la loable “custodia de la
Iglesia” y los 200 años del Beaterio. Julio nos trajo otra efeméride, la de la
parroquia de Los Descalzos, las iniciativas para “Jerez Plaza”, los juegos
olímpicos y las relaciones “Jerez-Londres”. Agosto vino con sus “liquidaciones
por cierre”, los 150 años de Benlliure y los despidos en el Ayuntamiento.
Septiembre acogió el reconocimiento a Madre Coraje y la pisa de la uva entre
“pitos y flautas”. Octubre los efectos del picudo rojo, las fiestas patronales,
el cartel de la Semana Santa y el atractivo de los tabancos. Noviembre fue el
mes de la huelga de la recogida de basuras y diciembre el de la polémica
absurda de la mula y el buey y el de la alarma por Santiago.
Un exégeta anglo sajón ha dejado escrito
que: “Todas nuestras ansiedades se relacionan con el tiempo. Solo los seres
humanos pueden tener en mente el pasado de manera que este pese sobre el
momento presente con toda su herencia; y también puede introducir el futuro en
el presente, para imaginar que sus ocurrencias son actuales.... Toda desdicha,
cuando no hay causa inmediata para la pena, proviene de la excesiva
concentración en el pasado o de la extrema preocupación por el futuro”. Vivimos
pues el presente y que Dios reparta suerte en este 2013.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 30 de diciembre de 2012)
Perímetro de las antiguas murallas jerezanas. Grabado de Xerez y sus murallas. |
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