martes, 22 de enero de 2013

EL MANTO DEL DESCONSUELO


 
 
 
La Sala Compañía ha acogido esta semana el acto de presentación de la restauración llevada a cabo estos últimos años sobre el manto de María Santísima del Desconsuelo, una obra salida del taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que sin duda marcó un antes y un después en el bordado cofradiero.

No hay que olvidar que Juan Manuel Rodríguez Ojeda (nacido en 1853) como bordador y diseñador sevillano marcó la revolución en el mundo de la Semana Santa actual, labor que desarrolló desde 1874 hasta su muerte en 1930. Su labor se desarrolla en dos etapas, una primera de carácter restauracionista, de 1875 a 1900, donde el modelo romántico de sus palios y mantos fueron ejemplo a seguir.

En una segunda, se vincula más con el regionalismo y costumbrismo, desde 1900 a 1930. De esta segunda etapa es este manto que, diseñado y bordado por Juan Manuel en el año 1905 para la Virgen de la Amargura de Sevilla, fuese adquirido en 1926, junto al conjunto de los bordados del palio, por la popular hermandad de los “Judíos de San Mateo” de Jerez.  

Si a esto sumamos su diseño de la túnica de capa, el atuendo de hebrea de las Dolorosas en Cuaresma, el uniforme de los armaos, los tocados de las Vírgenes o el diseño de la corona de la Macarena, podemos hablar de la Revolución de Juan Manuel, siempre refiriéndonos a la Semana Santa.

El manto de la Virgen del Desconsuelo había perdido su concepción original tras distintas intervenciones realizadas a mediados del siglo pasado que alteraron el diseño así como las medidas originales y su perímetro. Todo ello unido al precario estado de conservación de los bordados llevó a la hermandad a acometer una restauración en la que se ha abordado también la recuperación del diseño original.

Un nuevo reto que afronta felizmente la Hermandad del Desconsuelo en pro del patrimonio artístico y monumental de la ciudad (recordemos su importante papel en la restauración y reapertura del histórico templo de San Mateo). Una nueva aportación de las Hermandades jerezanas a la riqueza de una ciudad que puede presumir de tener una de las mejores Semanas Santas del mundo, fuente de riquezas inagotables, gracias a una labor de siglos, de jerezanos que, movidos por una fe y una religiosidad, han ido acumulando, y también manteniendo, la mayoría de las veces a costa de los propios bolsillos de los cofrades, todo un tesoro, en el que, sin lugar a dudas, se encuentra este manto juanmanuelino que ahora se presenta para orgullo de la propia ciudad y singular atractivo para quienes nos visiten.

Desde el respeto y el pluralismo hay que reconocer la relevancia e importancia que tienen las cofradías dentro de la realidad social no solo de Jerez sino toda Andalucía, por lo que es necesario seguir trabajando en ese sentido para que la ciudad sea consciente de cuanto aportan unas instituciones que llevan siglos colaborando no solo en la conservación del patrimonio local sino en otros aspectos, independientemente de su carácter religioso, como el asociativo o en el campo social. El profesor Sánchez Herrero en su “Origen y evolución de las Hermandades y Cofradías” afirma que las hermandades y cofradías se han vuelto con el tiempo más serias en sus formas y más religiosas en su fondo, pero todo ello sin abandonar el gusto por lo bello, por lo estéticamente bello, que constituye parte de la entraña de este pueblo hispano. Esta restauración es prueba de ello.
 
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 20 de enero de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Palio y manto de la Virgen de la Amargura sevillana antes de ser vendido a la Hermandad del Desconsuelo de Jerez.
 

  

 

 

1 comentario:

  1. Creo sinceramente que el manto antiguo se tenia que haber dejado en una vitrina para posterior estudio de los que nos dedicamos al mundo del bordado, puesto que el resultado ha sido un manto totalmente nuevo perdiendo así el autentico manto de Juan Manuel, pudiéndose hacer una replica exacta del mismo.

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