"El alma tiene ilusiones como el pájaro tiene alas; es lo que la
sostiene." Víctor Hugo.
No desean acostarse ni dormir para verlos llegar. Sus padres, al final, les
convencen. Los zapatos puestos junto al árbol, soñando con el despertar…, les
puede el sueño de la ilusión, un sueño alimentado para preservar su inocencia. La mañana de Reyes pone punto y final a la Navidad, una forma de ponerle final por todo
lo alto. Es la mañana de las prisas, de los nervios, de los pequeños de la casa,
una noche en la que los nervios no nos habrán dejado
dormir bien pero que la mañana llega de
una forma distinta, luminosa aunque estuviese lloviendo o con niebla y expectante
por muy seguro que se esté de los regalos que se van a recibir.
La mañana de Reyes comienza en el dormitorio, en el momento que
abrimos los ojos y recordamos el día que ha amanecido, los más pequeños suelen correr en busca de los padres para compartir tan
mágico momento o directamente hacia el lugar en el que los Reyes hayan dejado
los regalos, para
ver con qué les sorprenden este año.
Es
el único día del año en el que los niños madrugan sin protestar. En el que todos
dan por hecho que se han portado bien y por lo tanto los Reyes Magos le van a
traer todo lo que han pedido.
También a los mayores, si hemos sido buenos, probablemente encontraremos que debajo del árbol de Navidad los Reyes Magos nos han
dejado algún regalito…
aunque la verdad es que quienes salen ganando siempre con sus
Majestades suelen ser los niños. Pero lo que sí es verdad es que hay en esa ilusión de unos y otros un trasunto de la inocencia infantil que
no se puede herir, ni menos matar, porque ellos, los niños, son los verdaderos
reyes de la casa, donde otros Reyes les visitarán en la noche de los sueños
fugaces. Quitar a un niño la posibilidad de soñar, es como
despertarlo de un sueño fantástico. Y lo más grave del caso, es hacerlo
molestos porque nosotros, los mayores, hemos perdido la capacidad de imaginar
ilusiones. La realidad o la irrealidad de un sueño, no depende de lo soñado,
sino de la aptitud de quien sueña. Por eso, para los niños los sueños siempre
son reales...
Mañana de Reyes, la casa es un hervidero
de idas y venidas, abriendo paquetes hasta deshacerlos y ver de nuevo su carita
de ilusión para luego salir a la calle a jugar y enseñar los juguetes a vecinos
y amigos. Mañana de Reyes exclusiva de los niños y para ellos. Los juguetes
cumplen la ilusión de la inocencia no perdida, de los sueños todavía no rotos,
la ilusión guiada por una estrella llena de felicidad.
Los Reyes Magos han pasado por Jerez,
como por tantos otros lugares, aunque aún haya quien no se lo crea. Seguirán
viniendo mientras encuentren la mirada ilusionada de un niño, mientras la
mañana de Reyes siga manteniendo su magia, mientras sepamos darle la majestad
que como reyes de la ilusión merecen. Mientras exista la ilusión.
Ahora se inicia la cuenta atrás para un
nuevo 5 de enero, para ir pensando en la carta
que el próximo año se habrá de entregar al Gran Visir. Trescientos sesenta y cinco días fabricando
ilusiones que se harán realidad en la mañana de un nuevo día de Reyes, la
mañana donde todos somos un poco más felices.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 6 de enero de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)
Adoración de los Reyes Magos.
Altorelieve de la catedral jerezana.
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