Acaba la Feria del Caballo 2015, una edición que ha venido
marcada por el calor en la que los horarios de entrada han cambiado a la
tarde-noche y los atuendos veraniegos han prevalecido por encima de otros más
propios de los días feriales. Una Feria del Caballo que se ha llenado de
visitantes de fuera de nuestra ciudad, entre ellos de polillas, no de esos
Polillas, agrupación musical, que nació en Cádiz en el acuartelamiento de San
Severiano y que hoy ha alcanzado gran popularidad, sino de esa plaga de
incómodos insectos que han tomado la ciudad estos días.
La Feria del Caballo 2015
será recordado, aparte de su esplendor por sus altas temperaturas que nos ha
adelantado al verano y más concretamente al mes de agosto, a esas otras ferias
como la de Málaga, que los propios nativos dicen que tiene un calor especial,
con calles entoldadas y mucho pantalón corto y chanclas, hasta tal punto que en
alguna ocasión se ha tenido que tomar medidas con el fin de evitar que se entre
en las casetas sin camiseta y en chanclas sobre todo
por las heridas que se producían en los pies con los cristales de vasos y
botellas. Entonces surgieron opiniones de todo tipo y hay quien dejó dicho públicamente:
“No podemos perder
el alma de lo que somos pero, no, esto no es Jerez”.
Esto nos viene a decir el concepto que se tiene de la
Feria del Caballo jerezana más allá de nuestras fronteras, un sello que ni las
altas temperaturas han logrado alterar, aunque aún quedan cosas por mejorar y
es una tarea que el propio Ayuntamiento debe emprender para que nuestra Feria
del Caballo siga siendo un referente mundial, regularizando cuanto haya que
regularizar para preservar la esencia de la fiesta.
Y puesto a
mejorar aspectos feriales llama la atención las ordenanzas municipales del
Ayuntamiento de la localidad de Fuengirola que solamente permite música interpretada en español: "Bajo
ningún concepto se permitirá la ambientación musical con géneros como funk,
rap, reggaeton, electrónica, metal, alternativa, hip hop, reggae, heavy metal,
country, punk, gótica y ritmos latinos en general". Así aparece en el bando municipal firmado por la alcaldesa,
Esperanza Oña, para regular, entre otros aspectos, las casetas y peñas
instaladas en el recinto ferial. De igual modo, la decoración de las casetas
deberá basarse en "elementos
relacionados con Andalucía, su cultura, arte y tradiciones", tanto
en el interior como en la fachada, quedando expresamente prohibidos los
letreros luminosos y la instalación de altavoces emitiendo sonido al exterior.
Con estas medidas, subraya la regidora del PP en el citado bando, "sólo se
pretende que todos disfrutemos de unos
días festivos en orden y que la convivencia entre los que participamos
de la Feria sea cordial". Oña aprovecha para invitar a vecinos y
comerciantes a engalanarse con atuendo
andaluz y a decorar los establecimientos con motivos festivos, recomendaciones,
por cierto, que no están de más.
Feria
agosteña en pleno mes de mayo que, como todo lo ocurre en estas tierras del sur,
viene condicionado por un clima que este año se ha empeñado en darnos calor
antes de tiempo, en hacer también en Jerez que la Feria del Caballo, como la de
Málaga, tenga un calor especial. Ahora solo queda esperar a ver si las
previsiones económicas se han cumplido y los que habían depositado sus
esperanzas en ella han hecho su particular agosto.
Año 1972. La elegancia de la Feria del Caballo jerezana. |
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